El historiador Lorenzo Meyer dijo que el contubernio de gobernantes y narcotraficantes lleva más de un siglo presente en México, por lo que romperlo es complicado.
El momento histórico que vive la sociedad mexicana, en su exigencia por seguridad y justicia, concentra un gran número de los problemas arrastrados con el paso de los años.
Por ese motivo, Lorenzo Meyer considera que en la demanda de una solución rápida a la crisis de violencia e impunidad que prevalece en el país “va a haber un área de frustración, tanto de los demandantes como del gobierno”.
“Estamos metidos en una espiral no sólo el gobierno, sino la sociedad mexicana misma”, expresó Meyer y añadió:
-No puede haber soluciones rápidas. El gobierno actual heredó instituciones muy destruidas, (pero) no puede haber otras. No puede empezar de borrón y cuenta nueva. Tiene que usar las mismas instituciones peneteradas, corruptas y tratar de mejorarlas.
Durante su participación en la Mesa Política de Aristegui en Vivo, el historiador estimó que el contubernio entre gobernantes y grupos dedicados al tráfico de la droga lleva más de un siglo de existencia, desde los tiempos en que la Revolución se institucionalizó y el gobernador del entonces territorio (aún no era estado) de Baja California, el coronel Esteban Cantú, fue el primer gobernante en ponerse en contacto con pequeños productores y comercializadores de la droga, para abastecer la demanda en Estados Unidos.
Sin embargo, por décadas el Estado mantuvo a raya a estos grupos criminales, hasta que en la década de los ochenta, se destapó la corrupción en las altas esferas de las corporaciones de seguridad federales, señaladas de trabajar a favor de los emergentes cárteles de la droga.
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AMLO y la Caminata
Denise Dresser cuestionó la forma en como el presidente López Obrador se ha referido a la Caminata por la Verdad, Paz y Justicia, encabezada por Javier Sicilia y la familia LeBarón, al catalogarla como “un show”, y referirse a sus participantes como conservadores o hipócritas.
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¿Acaso fue un show marchar contra el desafuero (de López Obrador) y el sabotaje antidemocrático de Vicente Fox. Acaso fue un show el movimiento Yo Soy 132, las manifestaciones por Ayotzinapa, o las marchas contra los feminicidios?, preguntó.
¿Dónde está el Andrés Manuel López Obrador que entendía el dolor, la angustia, apoyaba la exigencia y encabezaba las expresiones de enojo de las víctimas?, añadió.
Ayer domingo, durante la Caminata por la Paz y la Dignidad, había una tristeza compartida por ver a un presidente trivializando el dolor y despreciando a quienes lo padecen, señaló Dresser.
Critica Aguayo a la CNDH
Por su parte, Sergio Aguayo recordó cómo en septiembre de 2018, López Obrador se reunió en Tlatelolco con familiares de las víctimas y se comprometió a que habría una comisión de la verdad, pero ahora decidió darles “el portazo”, al no recibirlos en Palacio Nacional.
Aguayo criticó también la omisión de la presidenta de la CNDH, Rosario Piedra Ibarra, quien no ha emitido declaraciones sobre el tema ni se ha reunido con los familiares de las víctimas
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“Si el (presidente) tacha -nos tacha porque yo me siento parte de este movimiento- de hipócritas, conservadores, simuladores, ¿con qué autoridad vamos a ser atendidos por una franja del gobierno?”.
