Gracias al barro que cubrió su cuerpo inerte, este nuevo ejemplar de nodosaurio se ha mantenido en perfecto estado con el paso de los años. Aunque el descubrimiento data del año 2011, se ha necesitado más de un lustro para poder reconstruir la figura y el armazón de tan increíble criatura. El dinosaurio fue encontrado en Canadá dentro de una mina de arenas de petróleo. Se cree que fue arrastrado por la fuerza de un río hasta desembocar en el océano, donde finalmente se hundió. Después, gracias a los restos y los minerales posados sobre su estructura, la preservación fue absoluta.
¿Cuál era el aspecto del nodosaurio?
Este fósil corresponde al espécimen mejor conservado de la historia, un hallazgo único y excepcional. El paleontólogo Othniel Charles Marsh le dio su nombre, que significa “lagarto noduloso”. El ejemplar presenta una armadura casi intacta, que muestra los detalles más explícitos de su anatomía. Carecía de una maza en su cola, a diferencia del resto de miembros de la especie. En su lugar, tenía dos grandes espinas que le sobresalían de los hombros. Los restos encontrados afirman que el dinosaurio poseía una dentadura débil, quizás consecuencia de su naturaleza herbívora. Además, a lo largo de todo el tronco es posible distinguir multitud de púas óseas, destinadas a su protección.
El nodosaurio vivió a finales del período Cretácico, hace aproximadamente 95 millones de años, en lo que hoy conocemos como Norteamérica. Los expertos aseguran que alcanzaba los seis metros de largo. Su cabeza era estrecha, con un hocico muy acentuado y una mandíbula grande y prominente. Sin embargo, a pesar de esta característica, su alimentación era muy básica y ligera. El método de defensa que empleaba recuerda mucho al de los erizos modernos. Atacar al enemigo no era una opción. En su lugar, se escondía dejando solo al descubierto los lados acorazados de su armadura.
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