Cuando está de turno, ella trabaja en “el área negra”, que es la zona donde trataban a pacientes con complicaciones graves y el lugar en el que actualmente están las personas contagiadas de Covid-19.
Hace dos años, Silvia Rosas entró a trabajar como enfermera en el Hospital General de Tijuana, uno de los nosocomios más concurridos de esa ciudad fronteriza. Ha pasado por el área de urgencias y en el tercer piso conocido como “el área negra”, que es en donde trataban a pacientes con complicaciones graves y en donde actualmente están los contagiados de Covid-19.
El coronavirus no respeta a nadie, dice la enfermera de 40 años a Mexicanos Contra la Corrupción e Impunidad (MCCI), y por ello a pesar del sacrificio que implica, acondicionó su camioneta Voyager blanca 1994 para vivir en ella cuando esté de turno; la estaciona en el Hospital General. De esta forma, señala, no pone en riesgo la vida de sus cuatro hijos ni la de su marido.
El texto firmado por Laura Sánchez Ley, refiere que el esposo de Silvia fue quien acondicionó el automóvil: le quitó asientos, le puso un colchón, y metieron lo indispensable para poder estar ahí entre cobijas, almohadas, zapatos y ropa.
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A Silvia le impresiona el desinterés de algunas personas, dice que verlos pasear por la calle la desmorona. “Claro que da miedo todo el tiempo, y ahí estamos. Está saturado el servicio, no se van a salvar porque no va haber el equipo para salvarles la vida, entonces lo que queremos es disminuir (el número de pacientes) para darnos abasto y poder disminuir la cantidad de personas que pudieran fallecer”, señala.
La enfermera indica que lo que se busca es evitar el punto donde se tenga que evaluar a quién se le da prioridad, porque apunta, “eso sería una catástrofe”.
Hasta el sábado 11 de abril, en todo el país se contabilizaban 4 mil 219 contagios y 273 muertes. Específicamente en Baja California había 278 casos positivos y 20 defunciones.