El arroz es simplemente el alimento más consumido del mundo y en la parte superior del ranking de consumo, encontramos los mismos países que más lo producen, a saber, China, India y Bangladesh, que con el tiempo nos han exportado el cultivo del arroz. Versátil en la cocina, rico en fibra y proteínas y por lo tanto apto para quienes llevan una dieta mucho más que de pasta, este cereal también es naturalmente libre de gluten , por lo que es apto para celíacos y es más digerible y saciante que el trigo. Un alimento que en teoría es fácil de cocinar pero que a veces da a varios errores, uno de ellos el hecho de enjuagarlo antes de cocinarlo.
El error al enjuagar el arroz
Como decimos, cocinar el arroz no es muy complicado, pero entonces ¿por qué mucha gente falla? ¿Por qué no nos queda como debería? Puede deberse a un error que como decimos es bastante común: enjuagarlo antes de echarlo a la olla para cocinarlo.
En concreto existen algunas recetas o platos con arroz en la que lavarlo o enjuagarlo antes de cocinarlo, significa arruinar el plato desde el principio: por ejemplo si queremos hacer un excelente risotto, que se pierda el almidón que cubre cada grano puede hacer que ya no sepa igual. Del mismo modo, también para preparar platos japoneses a base de arroz es importante no lavarlo antes de cocinarlo, dado que si lo pasamos por debajo del agua antes de cocinarlo e incluso después, cuando ya lo hemos colado, de nuevo eliminaremos el almidón y no nos quedará igual.
En cambio, sí que es posible enjuagar el arroz o de hecho se recomienda, en el caso de que estemos cocinando arroz del tipo basmati, o en cualquier caso no nacional, ya que puede haber rastros de talco para blanquearlo. Además, lavar el arroz nos ayuda a que los granos queden más blandos y digeribles, sin sufrir molestos trastornos gastrointestinales.
Otros errores a evitar con el arroz
¿Otros gestos a evitar cuando se trata de arroz? Cocinarlo a fuego fuerte, mézclarlo y no ponerle sal al agua . En el primer caso, el riesgo es que los granos se desmenucen por fuera y queden crudos por dentro; en el segundo caso significa que el almidón aún presente se liberará en el agua; finalmente en el tercer caso, gracias a la sal se evitará la gelatinización dando más sabor al plato final.
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