Con un escueto mensaje de 58 palabras, el expresidente de México, Enrique Peña Nieto, ha anunciado públicamente su divorcio con la actriz Angélica Rivera, conocida popularmente como La Gaviota por su papel en el drama televisivo Destilando Amor. El mandatario entre 2012 y 2018 ha dado a conocer en las redes sociales que ha “concluido legalmente” la relación que mantuvo con Rivera por más de una década, desde su boda en noviembre de 2010. “Deseo que le vaya bien siempre y que tenga éxito en todo lo que emprenda. Angélica, muchas gracias por todo”, escribió el priísta en Instagram y Facebook.
Rivera ya había hecho público el rompimiento. También en las redes sociales. “Hoy toda mi energía, fuerza y amor está enfocada en seguir siendo una buena madre, en recuperar mi vida y mi carrera profesional, escribió la ex primera dama el pasado mes de febrero en las redes sociales. Este mensaje llegó días después de que Peña Nieto fuera fotografiado con Tania Ruiz Eichelmann, una modelo mexicana de 31 años, en las calles de Madrid. “Lamento esta situación tan dolorosa para mí y para nuestros hijos”, añadió Rivera.
La separación de la pareja era un secreto a voces desde inicios de año. La pareja fue fotografiada junta por última vez en enero de 2019 durante el velorio de Alfredo del Mazo González, un exgobernador del Estado de México que sirvió de mentor a Peña Nieto, también mandatario de la entidad antes de convertirse en candidato del PRI a la presidencia. La relación con Rivera, una popular actriz de telenovelas de Televisa que también figuró en campañas para promover los logros de Peña, fue vista por muchos como una estrategia para apuntalar su candidatura. La relación entre ambos se fue enfriando mientras avanzaba el sexenio de Peña Nieto.
A lo largo de los primeros meses de 2019, la prensa mexicana había reportado la negociación entre la pareja para poner fin a su matrimonio. En marzo, un columnista del diario El Universal afirmó que la ex primera dama exigió a Peña Nieto la entrega de 35 coches de último modelo y viajes en primera clase por los próximos 12 años como requisito para firmar los papeles del divorcio. Esta información no fue confirmada por el abogado de Rivera. El periodista también aseguró que los papeles de la separación estaban listos desde antes del 1 de diciembre de 2018, fecha en la que Peña Nieto entregó la banda presidencial a Andrés Manuel López Obrador, quien arrasó en las elecciones presidenciales desplazando al PRI al tercer sitio de los comicios.
El matrimonio Peña Rivera sobrevivió turbulentos años durante el periodo presidencial. En 2014, la pareja protagonizó un escándalo cuando una investigación periodística reveló que la lujosa casa de ambos en la exclusiva zona de Las Lomas había sido construida por uno de los contratistas favoritos de la Administración del PRI en el Estado de México. La polémica por el conflicto de interés, conocido popularmente como la Casa Blanca de Peña Nieto, tocó al presidente justo cuando era visto como un ambicioso transformador de la realidad mexicana. El escándalo fue el punto de partida del annus horríbilis de Peña Nieto, que cerró con la desaparición de 43 estudiantes en Iguala, Guerrero. A partir de allí, la suerte cambió para el Gobierno del PRI, que terminó sin poder sacudirse la pesada losa de la corrupción, alimentada por otros episodios.
En los momentos álgidos de la polémica de la Casa Blanca, Rivera sirvió de portavoz para restar la presión que se le sumaba al presidente. En un mensaje a la nación, la primera dama dijo que la mansión de siete habitaciones era de su propiedad y agregó que había pagado unos 14 millones de pesos con los ingresos que obtuvo como actriz televisiva. La explicación, que concluyó con el anuncio de la puesta en venta de la residencia, no fue bien recibida por la opinión pública. Peña Nieto reconoció años después que la revelación periodística generó “momentos difíciles” en la relación.
Angélica Rivera busca nuevos aires para su carrera de actriz. Uno de sus últimos intentos fue en la adaptación que Televisa prepara de Cuna de Lobos, una popular telenovela de los años 80. Rivera quería convertirse en la villana de la historia, Catalina Creel. Sin embargo, la española Paz Vega se quedó con uno de los papeles más entrañables de la televisión mexicana. De momento, Rivera ha logrado con el divorcio separarse un poco del último papel que interpretó. El de primera dama de México.