Confirmado que Enrique Ponce estaba en Madrid el pasado fin de semana, todo apuntaba a que la firma del convenio regulador, como paso previo a la solicitud de divorcio de su matrimonio con Paloma Cuevas, le había traído a la capital. Sin embargo, ninguna cita en la agenda para finalizar el trámite que da inicio al proceso legal de separación. Es de mutuo acuerdo y lo formalizan con carácter privado antes de llevarlo al juzgado. Por ahora, no hay firma fijada.
Durante su estancia en Madrid, además de ocuparse de otros asuntos personales, fue a felicitar personalmente a su todavía mujer el día de su cumpleaños. Fue este viernes cuando la empresaria, ya de vuelta en casa tras una larga temporada en la finca familiar de Jaén, retomó sus salidas con amigos. El torero se acercó a saludar a su todavía mujer a la early dinner – una merienda cena de toda la vida- a casa de los amigos comunes que quisieron compartir con ella el día de su cumpleaños. No se quedó a cenar, pero sí acudió a felicitarla y a saludar a los íntimos, reunidos en una preciosa vivienda ubicada en una de las urbanizaciones más distinguidas a las afueras de Madrid. Tampoco fue una sorpresa, pues hubiera sido muy arriesgado no avisar a Paloma sin conocer de antemano su reacción al ver aparecer a Enrique. La conocen bien y, ahora, sus amigos son un apoyo fundamental. La reunión se preparó de acuerdo con la propia homenajeada, quien normaliza así su buena relación con el hombre con el que ha compartido más de 25 años de su vida, pese a estar en trámites de separación matrimonial.
Sin embargo, la firma del divorcio está estancada, o al menos sin día ni hora. No avanza. Cuevas y Ponce comparten abogado para la disolución civil de su matrimonio de mutuo acuerdo y, aunque es cierto que en las últimas semanas han ido apareciendo informaciones que apuntaban a que los tramites seguían pendientes de inicio, este lunes confirmaba que las condiciones, las bases del divorcio están ya fijadas y decididas. A la situación sentimental de Ponce, que consolida su relación con Ana Soria, le sigue la necesidad de firmar el divorcio y comenzar una nueva etapa en su vida. Sin embargo, pese a que haya consenso en las medidas a tomar, en cuanto al régimen familiar tras la separación, y que se desplazara a Madrid (estuviese ya), el convenio regulador que de mutuo acuerdo ratificarán posteriormente en un juzgado de Madrid, sigue sin firmarse. El divorcio podría estar listo mucho antes de lo que finalmente va a estar, me explican. “Paloma está decidida y tiene muy claro que quiere el divorcio ya”, me asegura una fuente de confianza. “Cuando firme, ya estará todo en orden para iniciar una nueva etapa y estar tranquila”. Por otra parte, la relación de Ponce con su nueva pareja sigue siendo de “idílico romance”, tal y como lo califican en su entorno más cercano.
Enrique Ponce y Ana Soria, en una imagen de este verano / GtresSi fuera solo cosa de dos, entiendo que el matrimonio podría marcar otros tiempos, pero Enrique ha rehecho su vida junto a Ana Soria, la joven de la que está enamorado, fue él quien dejó su casa y quien tiene planes de comenzar una nueva etapa junto a la joven almeriense. Hasta dónde sé, él plantea la separación y divorcio. A la nulidad eclesiástica no le dieron opción, pero sí la barajó, según supe en su momento. Desde que saliera de su casa rumbo a Almería para seguir su romance ya decidido a separarse de su mujer, han pasado casi seis meses. Su relación con Ana Soria sigue adelante y el matrimonio con Paloma queda muy, muy atrás. El domicilio conyugal es el que, de momento, ocupan Cuevas y sus hijas. Enrique busca “algo” para instalarse en Madrid y el matrimonio, una vez divorciado, reorganizará su vida cada uno por su lado, unido por el interés común de proteger a su familia.
Intento contactar con Ponce, pero no lo consigo. Paloma Cuevas ya dejó claro que su opción era el silencio y ponía en manos de un gabinete de comunicación el contacto con los medios. Inútil también obtener algún detalle. Solo me insisten en que aún no hay nada cerrado. No hay novedad ni avances. Mis fuentes me aseguran, sin embargo, que está todo decidido, al menos en cuanto al régimen familiar, custodia y pensión alimenticia. La disolución de gananciales se resolverá más adelante. Solo falta firmar.