A lo largo de la historia, han existido muchos oficios que han terminado desapareciendo, como por ejemplo el de lechero, el de pregonero o el de frenólogo. También otros más peculiares como el de trilero. Hasta hace relativamente poco tiempo, era habitual ver a los trileros en los parques, pero ahora no hay ni rastro de ellos. ¿Dónde se han metido?
¿Qué ha sido de los trileros?
«¿Dónde está la bolita?» es un juego, generalmente asociado a la estafa, que hasta hace no mucho tiempo era habitual en parques. Lo trileros tenían tres cubiletes y una bolita y el jugador tenía que adivinar debajo de qué cubilete estaba la bolita.
Generalmente, estaban acompañados de otros compinches que actúaban a modo de ganchos que convencían a las víctimas de la facilidad para acertar y de ganar dinero. Los trileros se valían del juego de manos para evitar que los jugadores acertara en la posición correcta.
Lo que hacían era esconder la bolita en alguna de sus manos para que las víctimas no la localizaran. También utilizaban otros métodos para cometer la estafa, basados en la habilidad al mover los cubiletes.
Por ejemplo, cambiaban la bolita de un vaso a otro de forma que no se pudiera apreciar. Esto lo conseguían comprimiendo los cubiletes entre ellos y moviendo la bolita a su voluntad.
Turista en Benidorm
En el verano de 2019, un joven británico recibió una paliza en Benidorm a manos de un grupo de trileros que estaban en la vía pública por avisar a otros turista de que les estaban estafando. Lo trileros agredieron con palos y patearon al joven mientra sus amigos trataban de defenderle. La víctima sufrió heridas en la cabeza y en el cuerpo y tuvo que ser trasladada a un centro de salud.
La Policía pidió al turista y a sus amigos que acudieran a la comisaría para intentar identificar a los agresores en los archivos. Sin embargo, «como la víctima no llevaba encima sus documentos de identificación y el trilero estaba esperando y observando frente el centro de salud, los muchachos perdieron la fe en el sistema y decidieron suspender la denuncia, ya que tampoco tenían la opción ni el deseo de tener que volver a España en una fecha posterior para ir a los juzgados», según recoge ‘La Vanguardia’.
El 15 de agosto de 2019 el juzgado de Benidorm interpuso una orden que prohibía a los trileros acercarse a las zona más turísticas de la localidad.
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