Para bien o para mal, los científicos han descubierto cómo impresión 3D alimentos reales y comestibles, y si nos guiamos por el desarrollo más reciente (una tarta de queso con siete ingredientes), el futuro parece decididamente poco apetecible. Los avances en la impresión 3D durante la última década han abierto la puerta a todo tipo de aplicaciones, desde la fabricación de baratijas para aficionados hasta la fabricación y la construcción de edificios. Un cohete fabricado principalmente con piezas impresas en 3D incluso se lanzó con éxito en marzo de 2023 y logró un breve vuelo (pero no llegó a alcanzar la órbita). Sin embargo, trabajar con alimentos plantea desafíos únicos y los defensores de la impresión 3D de alimentos llevan mucho tiempo intentando hacerlo bien.
El último ejemplo, y quizás el más complejo hasta el momento, proviene de un equipo de ingenieros de la Universidad de Columbia, que han compartido una mirada al proceso de impresión de rebanadas de tarta de queso usando “tintas comestibles para alimentos”, también conocidos como ingredientes. Eso incluye galletas Graham, mantequilla de maní y Nutella, además de glaseado y varios rellenos a base de frutas. Una impresora 3D no sólo escupe un plato completamente formado y bellamente ejecutado como una especie de Star Trek replicador, sin embargo; se construye capa tras capa pegajosa, lo cual es evidente en el aspecto de las tartas de queso resultantes. En el futuro, dicen los investigadores, la impresión 3D podría generar alimentos procesados mejores, más nutritivos y personalizables. Suena, trago, delicioso.
Llevando los alimentos impresos en 3D a un nuevo nivel
Los pasteles de queso del equipo de Columbia marcan un gran salto con respecto a intentos anteriores de impresión de alimentos en 3D, que, según señalan los ingenieros, generalmente se han centrado en menos ingredientes crudos. Sin embargo, esa complejidad adicional no viene exenta de desafíos adicionales, y se necesitaron varias rondas de prueba y error para lograr porciones de pastel que pudieran permanecer estructuralmente intactas. ¿La clave? Una base de galleta Graham. También usaron ingredientes más pesados como mantequilla de maní y Nutella para formar pequeños charcos que pudieran contener las mermeladas menos firmes y el puré de plátano para que no se derramaran por los lados.
La pregunta obvia es, Por qué? Por un lado, dicen los investigadores, la impresión de alimentos en 3D podría permitir una preparación de alimentos más segura al reducir la cantidad de manipulación humana que implica el proceso. Al considerar el potencial de algo como un electrodoméstico que viene con cápsulas de ingredientes, la tecnología también podría permitir comidas rápidas más personalizadas que contengan más nutrientes y satisfagan necesidades dietéticas específicas. Esto podría resultar útil tanto en un hogar familiar como en lugares como residencias de ancianos, afirman.
“Tenemos un enorme problema con el bajo valor nutritivo de los alimentos procesados.”, dijo el profesor Christen Cooper de Nutrición y Dietética de la Universidad Pace, quien contribuyó a la investigación. “La impresión 3D de alimentos seguirá produciendo alimentos procesados, pero quizás el lado positivo sea, para algunas personas, un mejor control y adaptación de la nutrición: nutrición personalizada..” Al menos por ahora, el futuro de la impresión 3D probablemente todavía esté muy lejos.
Fuente: Universidad de Columbia
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