La vicepresidenta de Estados Unidos, Kamala Harris, pidió prohibir de las armas de asalto, después de asistir al funeral de Ruth Whitfield, de 86 años, quien fue asesinada durante un tiroteo en un supermercado de Buffalo hace dos semanas por un supremacista blanco declarado.
Harris, quien habló solo después de que el reverendo Al Sharpton la llamó, reflexionó sobre los tiroteos masivos durante los últimos años y dijo que Estados Unidos está experimentando “una epidemia de odio”.
“Lo que pasó aquí en Buffalo, en Texas, en Atlanta, en Orlando, lo que pasó en las sinagogas, este es un momento que requiere que todas las buenas personas, todas las personas que aman a Dios, se pongan de pie y digan: ‘No toleraremos esto’. ¡Es suficiente!’ Nos uniremos y no dejaremos que esas personas, que están motivadas por el odio, nos separen o nos hagan sentir miedo”, dijo.
Whitfield, madre de cuatro hijos, incluido el excomisionado de bomberos de Buffalo, Garnell Whitfield, fue asesinada después de visitar a su esposo durante 68 años en un hogar de ancianos del área.
Ella era una de las 13 personas, 11 de ellas afroamericanas, baleadas el sábado por un hombre armado que, según las autoridades, había planeado cuidadosamente con miras a matar a tantos negros como pudiera.
Cuando abordó un avión para salir de Buffalo, Harris pidió prohibir de armas de asalto y verificaciones de antecedentes obligatorias.
Un arma de asalto es un arma de guerra, sin lugar, sin lugar en una sociedad civil.
Diez días después del tiroteo en Buffalo, Nueva York, un hombre armado de 18 años ingresó a una escuela primaria en Uvalde, Texas, con un rifle semiautomático AR-15 y abrió fuego, matando a 2 maestros y 19 niños.
Los tiroteos masivos han reavivado el debate sobre el control de armas. (Reuters)
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