La vacuna desarrollada por Pfizer Inc. y su socia alemana BioNTech debe ser transportada y almacenada a -70 grados centígrados (-94°F), lo que requiere ultracongeladores especializados o hielo seco.
Las autoridades sanitarios de las zonas rurales de Estados Unidos se preparan para vacunar a personas dispersas a lo largo de miles de kilómetros, en la que podría ser la campaña de vacunación más compleja de la historia del país, con el desafío además de tener suficiente hielo seco para evitar que se arruine una vacuna que debe mantenerse a temperaturas subárticas.
La vacuna desarrollada por Pfizer Inc. y su socia alemana BioNTech SE podría ser autorizada para uso de emergencia esta misma semana. Debe ser transportada y almacenada a -70 grados centígrados (-94°F), lo que requiere ultracongeladores especializados o hielo seco.
Más de una decena de estados, incluidos Washington, Nuevo México, Misisipi, Luisiana e Indiana, dijeron a Reuters que se están apresurando para asegurar el hielo seco necesario para rellenar los contenedores de transporte de Pfizer, del tamaño de una maleta.
Una vez abiertos, si son usados como almacenamiento temporal por un centro de vacunación, las vacunas pueden conservarse un total de 30 días, reponiendo el hielo cada cinco días, afirmó Pfizer.
La farmacéutica indicó que considera que hay suficiente suministro de hielo seco para atender las necesidades de los 50 estados sin limitaciones serias.
“Este es el programa de vacunación más desafiante que se haya intentado. Será especialmente complicado en las comunidades rurales y remotas“, declaró la doctora Kelly Moore, asesora del programa de vacunas Covid-19 de Pfizer y directora adjunta de la Immunization Action Coalition.
Si bien la pandemia de Covid-19 en Estados Unidos se centró al principio en zonas densamente pobladas del noreste del país, el coronavirus se está propagando ahora por todo el territorio, golpeando con especial fuerza a pueblos pequeños y zonas rurales con recursos limitados.
Las zonas rurales acogen a alrededor de 60 millones de personas, menos de una quinta parte de la población de Estados Unidos.
La vacuna de Pfizer podría ser sucedida pronto por la de Moderna Inc., que puede conservarse en un congelador estándar.
Autoridades de estados como Texas y Arkansas ven la vacuna de Moderna como la principal solución para las zonas rurales, pero muchos responsables estatales y hospitalarios tienen previsto recibir suministros de la vacuna de Pfizer y expresaron su preocupación por la logística que conlleva.
Pfizer envía su vacuna en lotes mínimos, del tamaño de una caja de pizza, con algo menos de mil dosis, junto con un recambio de hielo seco para que dure un total de cinco días.
Después del tiempo añadido que toma llevar las vacunas a las comunidades rurales, “¿es suficiente tiempo para entregarlas y vacunar a la gente?”, se preguntó Soumi Saha, directiva de Premier Inc., que coordina las compras de miles de hospitales y sistemas de salud de Estados Unidos.
“¿Dirán: ‘Oiga, ni siquiera tiene suficiente gente, va a desperdiciarla’?“, añadió. “¿Significa eso que tienen estos vacíos en todo el país donde la gente ni siquiera tiene acceso, debido a esa preocupación?”.
El hospital Margaret Mary Health, con sede en Batesville, Indiana, a medio camino entre Cincinnati e Indianápolis, tiene planes para evitar el desperdicio o deterioro de las vacunas mientras se prepara para inocular a los trabajadores sanitarios en su área de 3 mil 626 kilómetros cuadrados.
Tiene varios proveedores de hielo seco y congeladores listos para prevenir contratiempos, y programará citas de vacunación, con una lista de respaldo para que las faltas de asistencia no se traduzcan en desperdicio de dosis.
“Si la sacamos de la nevera, irá al brazo de alguien”, aseguró el director ejecutivo de Margaret Mary, Tim Putnam.
Vulnerabilidad en el suministro de hielo seco
Más allá del recambio opcional de hielo seco de 23 kilos acordado por Pfizer con la compañía de envíos United Parcel Service Inc, los receptores de la vacuna dependen de sí mismos.
Muchos estados ya están programando entregas de hielo seco. Gehm and Sons en Akron, Ohio, tiene un acuerdo para proveer a Ohio con 15 mil libras (6 mil 804 kg) a la semana de pellets de hielo seco a 55 centavos la libra, incluyendo la entrega.
El hielo seco está hecho de dióxido de carbono. La Asociación de Gas Comprimido dijo que espera que la actual capacidad de producción de hielo seco satisfaga un aumento estimado del 5% en la demanda de dióxido de carbono por las vacunas.
Sin embargo, algunos proveedores de hielo seco dijeron que es difícil planificar el despliegue de las vacunas, porque se desconoce la cantidad de hielo seco que se necesitará.
“Habrá focos en otras partes del país en los que haya vulnerabilidad o debilidad en el suministro”, indicó Steve Atkins, vicepresidente ejecutivo de gases de nexAir en Memphis, Tennessee.
Muchas plantas de etanol -una importante fuente de dióxido de carbono- se cerraron a principios de la pandemia. A pesar de las mejoras, la producción de dióxido de carbono de las plantas de etanol sigue siendo un 25% inferior a la del año pasado por estas fechas, según la Asociación de Combustibles Renovables.
La compañía de hielo seco de Grant Hagberg en Indiana está recibiendo llamadas de la mayoría de los hospitales locales. Los fabricantes y distribuidores de hielo seco “son pocos y distantes entre sí”, dijo Hagberg, su director general.
(Rts)