1. Muchas familias jóvenes con niños tienen ingresos muy bajos. Viven en riesgo de pobreza un tercio de las personas de estos hogares, en los que la persona de referencia no llega a los 40 años. Son unidades donde la renta apenas llega a la mitad de la mediana nacional: familias con dos adultos con ingresos de unos 12.000 euros netos, por ejemplo, madres que viven con un hijo y solo disponen de 5.000 o 6.000 euros anuales.
Según los datos del INE de 2019, el 69% de las familias jóvenes monoparentales están en riesgo de pobreza. Y lo mismo pasa con muchas familias numerosas.
Es un patrón. Las familias con niños son más pobres que las familias sin niños, pero si además los padres son jóvenes, la brecha es mayor. En los hogares jóvenes, un 34% está en riesgo de pobreza, frente al 24% de los hogares con hijos pero donde la persona de referencia tiene 40 años.
Pero esto no es así en toda Europa. En España el riesgo de pobreza es siete puntos mayor para los hogares con hijos, mientras que en gran parte de Europa es al revés.
2. Sin embargo, España es uno de los países de la UE que ha invertido menos en familias e infancia en los últimos años. En 2018, que es el dato más reciente, esa partida apenas superaba el 5% de todo el gasto en protección social, solo por delante de Italia (4%), Países Bajos (4%) y Portugal (5%), y lejos de países como Dinamarca (11%), Alemania (12%) o Estonia (14%).
En España no han existido hasta ahora ayudas universales por niño, que sí existen en 17 países de la UE, según un estudio del Observatorio Social de La Caixa. Ahora, el Gobierno ha propuesto un complemento de 50 euros para niños de rentas bajas, aunque es probable que sigamos lejos de países como Alemania o Irlanda, donde la renta es universal y supera los 120 euros.
También están por medirse los efectos del ingreso mínimo vital, que se introdujo el año pasado y que debería reducir las tasas de pobreza en familias jóvenes.
3. ¿Escuelas infantiles para todos? En muchos países de nuestro entorno es habitual que los niños acudan con dos años a escuelas infantiles, como sucede en Alemania (70%), Bélgica (80%) o los países nórdicos (90%). En España hay variedad —en el País Vasco es el 89% y en Murcia no llega al 30%—, pero en promedio la escolarización de niños de dos años ronda el 50%. Además, el acceso es desigual: entre los menores que en 2016 acudían a escuelas infantiles, según el INE, había el doble de niños de rentas altas (hijos de hogares del 20% más rico) que de rentas bajas.
Hay diferentes motivos para no llevar a los niños pequeños a escuelas infantiles, pero en España hay uno que aparece muy por encima: la falta de recursos.
Un 35% de los hogares de rentas bajas o medias-bajas necesitaba servicios “de centros de cuidado infantil” que no tenía cubiertos. Y el motivo para la gran mayoría era no poder permitírselos. De hecho, España era el país europeo donde más gente alegaba motivos económicos para no tener esas necesidades cubiertas: un 51%, frente 16% de media UE.
Más allá de los tres años sigue habiendo hogares con problemas. Aunque la escuela es ya universalmente gratuita, todavía un 30% de los hogares pobres decía en 2016 que tenía dificultades para afrontar los gastos de estudiar.
5. El mercado laboral que enfrentan los jóvenes es un cráter, porque falta el empleo y porque es precario, pero también por el reto de conciliar. Hemos visto que hay gente sin acceso a escuelas infantiles, tampoco es habitual que los jóvenes se reduzcan la jornada en España, y al final más de la mitad de los hogares acaban recibiendo ayuda de abuelos y otros familiares para cuidar de sus hijos.
Las dificultades para conciliar trabajo y crianza son, sobre todo, para las mujeres. Según la encuesta de fecundidad del INE de 2018, en la mayoría de hogares son las que se encargan de vestir a los niños, de llevarlos al médico, comprarles ropa o decidir las comidas.
Una prueba de esas dificultades es ver qué valoran las madres de un trabajo. El 45% de las mujeres de 40 años que tienen niños dice que lo más importante son sus medidas de conciliación, el horario o que esté cerca de casa. Solo el 25% valora las condiciones económicas antes que nada, y apenas el 9% puede priorizar que el trabajo sea interesante.
PD. Mientras tanto, España sigue siendo uno de los países con menos fertilidad. Tiene la tasa más baja de la UE (1,2 niños por mujer), solo por detrás de Malta y lejos de la media (1,6). Ha sido así desde hace dos décadas. También se ha elevado la edad a la que las mujeres tienen su primer hijo, como en gran parte de Europa, aunque España con 31 años de media se mantiene por encima de la mayoría de países del continente.
Los motivos para estas transformaciones son variados, pero es difícil pensar que trabajos, ayudas y escuelas no tengan nada que ver.
Capítulo 5. Familia
Reportaje | La maternidad como renuncia
Testimonios | “Tener hijos es un lujo que no me puedo permitir”
‘Podcast’ | Mi familia ideal
Opinión | El deseo insatisfecho de formar una familia
TODA LA SERIE | Una generación en busca de futuro
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