Se suele decir que la peste del coronavirus pilló a la humanidad desprevenida, pero es mentira. Los primeros casos de extrañas neumonías en China se conocieron a finales de diciembre. El 11 de enero, los científicos chinos publicaron el genoma del culpable: un coronavirus desconocido hasta entonces. Solo dos días después, el 13 de enero, la empresa estadounidense Moderna y los Institutos Nacionales de Salud de EE UU terminaron el diseño de una vacuna experimental y comenzaron a fabricarla. El 16 de marzo, en un tiempo récord de 63 días, pincharon la primera vacuna a un voluntario. El médico israelí Tal Zaks, nacido en Haifa en 1965, es uno de los responsables de este récord sin precedentes. Su vacuna experimental contra la covid es una de las más adelantadas y ya se prueba en un ensayo internacional con 30.000 personas. Los primeros datos en adultos de más de 55 años, incluso en septuagenarios, son prometedores. “Estoy muy contento de los resultados que hemos tenido en las personas mayores, porque hace un mes me convertí en una de ellas”, bromea Zaks, director científico de Moderna, en una videoconferencia desde la ciudad estadounidense de Cambridge.
Pregunta. Su vacuna requeriría dos dosis.
Respuesta. Sí, creemos que una segunda dosis claramente estimula la respuesta inmune. Si puedes, quieres dar un empujón. ¿Es posible que una dosis sea suficiente? Puede. Decidimos probar con dos dosis porque, dada la gravedad de esta pandemia, no queremos asumir riesgos. No quiero hacer algo que solo sea la mitad de bueno. Quiero ofrecer la mayor protección posible. Y esto se consigue con una segunda dosis.
P. ¿Qué implicaciones tiene necesitar dos dosis? Si con una dosis ya es un gran desafío vacunar a casi toda la población mundial, dos dosis es algo sin precedentes.
R. Es cierto que, desde el punto de vista operativo, es más complicado. Y es cierto que requerirá más recursos. Pero ¿queremos una vacuna que sea muy efectiva o una vacuna que sea efectiva? Yo quiero ofrecer la mejor vacuna posible. Y creo que la situación con la covid justifica el desafío logístico de dar a la gente dos dosis. Si se necesitan dos inyecciones para deshacerse de esta pandemia, encontraremos una manera de poner dos inyecciones.
P. ¿Qué puede salir mal durante el actual ensayo en fase 3 [la prueba final, con 30.000 personas]?
R. Lo que más me preocupa es que no haya suficientes personas que se infecten y tengan la enfermedad durante el ensayo. Es estupendo para la sociedad que la situación [epidemiológica] esté bajo control y el virus desaparezca, pero la capacidad de la fase 3 para demostrar la eficacia de la vacuna depende de tener más casos en el grupo de control, cuyos miembros reciben un placebo, que en el grupo de personas vacunadas. Si no hay casos, no sabremos si la vacuna es eficaz.
“Si no hay contagios, no sabremos si la vacuna es eficaz”
P. ¿Cuáles son los riesgos de empezar a vacunar a la gente demasiado pronto? Parece que Donald Trump querría comenzar a vacunar antes de las elecciones presidenciales del 3 de noviembre.
R. No voy a hablar de política [risas]. Creo que es importante, para nosotros y para la sociedad, entender bien el perfil de seguridad y los eventos adversos antes de empezar a vacunar. Estamos haciendo un gran ensayo clínico, con un grupo de control que recibe un placebo. Si vemos eventos relacionados con la seguridad, sabremos si ocurren con la misma frecuencia en el grupo del placebo y en el grupo de los vacunados. Si empezamos a poner la vacuna a la gente, hay que saber que ninguna vacuna es efectiva al 100%. Algunas personas enfermarán a pesar de mi vacuna. ¿Cómo sé que estas personas no han empeorado a causa de mi vacuna? La gente puede empezar a decir: “Ay, Dios mío, me han puesto tu vacuna y estoy enfermo. Tu vacuna me ha hecho enfermar”. Esto no es científico, pero necesitamos datos para poder explicarlo. Como promotores del ensayo, queremos asegurarnos de que tenemos datos que confirmen la eficacia y la seguridad de esta vacuna antes de empezar la campaña de vacunación.
P. Hay prisas lógicas para disponer de vacunas.
R. Creo que hay un debate público legítimo sobre cuándo tienes suficiente información para justificar el riesgo. Incluso si esperamos hasta el final del año o hasta el comienzo de 2021 para tener más información sobre los ensayos, seguiremos teniendo datos limitados y seguiremos sin saber lo que no sabemos. Quizá haya eventos adversos a largo plazo. ¿A partir de qué punto se justifica el riesgo de que la gente siga muriendo pese a que se podrían vacunar? Es un debate muy difícil sobre el riesgo y el beneficio. Cuantos más datos tengamos, mejor: a nivel gubernamental, porque al final el Gobierno de cada país tendrá que decidir si compensa el riesgo/beneficio, pero no solo a nivel gubernamental. También es una elección individual. No creo que nadie vaya a imponer vacunas obligatorias. Cada persona, para querer vacunarse, tendrá que estar tranquila respecto a que la vacuna es suficientemente segura y probablemente eficaz. Así que es importante tener estos datos, para que las personas puedan tomar una decisión fundamentada por sí mismos. Y para que los Gobiernos puedan tomar decisiones fundamentadas para sus ciudadanos.
“Ninguna vacuna es efectiva al 100%. Algunas personas enfermarán a pesar de mi vacuna”
P. La farmacéutica británica AstraZeneca ha asegurado que producirá la vacuna de la Universidad de Oxford a precio de coste. ¿Por qué la vacuna de Moderna va a ser más cara que otras vacunas?
R. Creo que, para ser justos, el precio tiene que reflejar hasta cierto punto el valor de esta vacuna. Creo que el precio que pedimos, con el valor que tiene, es más que razonable respecto a la inversión que hemos hecho. El precio es menor que el de un test de diagnóstico. Y, cada vez que estás enfermo, necesitas hacerte un test de diagnóstico. Con una vacuna, deberías estar protegido durante mucho tiempo. Así que si pensamos en el valor para la sociedad… Quizá otras empresas pueden ofrecer sus vacunas gratis: es su elección y quizá pueden permitírselo. Pero no creo que haya que esperar de nosotros que podamos hacer esto. Y, sinceramente, no creo que sea justo, dada la inversión que ha hecho posible esta vacuna.
P. ¿Cuánto va a durar la inmunidad?
R. La gente me pregunta a menudo cuánto va a durar la protección. Y la respuesta es: no lo sé, pero, obviamente, cuanto mayor sea la cantidad de anticuerpos [generados por la vacuna] con la que se empieza, más probable es que funcione y más probable es que dure más tiempo. Hay que llegar al menos a niveles similares a los de personas que han superado la enfermedad, pero si podemos llegar a niveles superiores, esperamos que sea mejor. Nosotros elegimos dosis mayores de vacuna porque pensamos que nuestra plataforma nos permite hacerlo de manera segura y tolerable.
P. Usted y otros ejecutivos de Moderna han vendido acciones de su empresa por valor de millones de dólares en los últimos meses. ¿Por qué ha vendido acciones, si se supone que la vacuna funciona y ganaría más vendiendo más tarde?
R. Es muy sencillo. Respondo lo mismo que le contesté a mi esposa: no puedo vender acciones en función de si la vacuna funciona o no funciona. Eso es ilegal, es información privilegiada. Solo puedo vender acciones si preparo un plan predeterminado de venta antes de saber nada [se establecen condiciones para la venta automática si el precio de las acciones alcanza un determinado nivel]. Cuando preparé mi plan todavía no habíamos inyectado la vacuna a nadie. No sabía nada. Lo que sabía es que he estado trabajando con la empresa durante cinco años, tenía un poco de dinero [acumulado en acciones] y necesitaba diversificar lo que tenía. Mirando atrás, no sé si fui estúpido, pero no lo puedo cambiar.
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No basta con evitar la covid
Uno de los grandes enigmas es si las actuales vacunas experimentales serán capaces de parar la pandemia. Una vacuna puede evitar la enfermedad, la covid, pero no impedir las infecciones asintomáticas. ¿Una persona inmunizada con la vacuna de Moderna podrá transmitir el virus a otras personas si se infecta? “No lo sabemos. Y va a ser muy difícil saberlo”, reconoce el médico Tal Zaks. El director científico de Moderna recuerda que un equipo de investigadores de Hong Kong acaba de descubrir el presunto primer caso de reinfección por el coronavirus: un paciente de 33 años que tuvo una primera infección con síntomas muy leves y una segunda asintomática cuatro meses después. Zaks cree que los métodos de detección del virus son tan sensibles que es difícil interpretar estos casos. “Si ya soy inmune al virus, pero alguien infectado me estornuda encima, el virus va a estar en mi nariz. Si llegas cinco minutos después y me pones un bastoncillo en la nariz, verás el virus. ¿Eso significa que estoy enfermo? No. ¿Significa que puedo transmitir en esos cinco minutos el virus a otra persona? Puede, quién sabe”.