Con las heridas aún abiertas por la derrota ante Suecia (2-1), España afronta este domingo (20.45, TVE1) en el Nuevo Vivero de Badajoz un duelo ante la modesta Georgia en el que solo le vale ganar si aún pretender disputar la primera plaza que da plaza directa al Mundial 2022 a su verdugo del jueves. Un partido ha bastado para difuminar el optimismo que generó haber alcanzado las semifinales de la pasada Eurocopa. El traspié ha reabierto las dudas sobre la fiabilidad de una selección que en el Friends Arena de Solna mostró la falta de contundencia en las dos áreas que le penalizaron en algunos partidos del pasado Europeo. Sin solidez defensiva y con problemas para hacer gol, la Roja volvió a lucir el cartel de selección capaz de ganar, empatar o perder contra cualquiera. “Contra Georgia volveremos a tener dificultades, el partido de la primera vuelta lo ganamos en el último minuto”, aventuró Luis Enrique. España necesita vencer y golear en las porterías del Nuevo Vivero, llevadas desde Madrid el jueves y prestadas por el Getafe para poder cumplir con los parámetros de homologación de la UEFA.
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Perder en Suecia ha vuelto a poner en primer plano los números del preparador asturiano como seleccionador: 29 partidos, 15 victorias, 10 empates y cuatro derrotas. “Todos los datos son siempre mejorables, pero como siempre me hacen preguntas con datos negativos yo intento contrarrestarlos. Hasta el partido de Suecia, de los últimos 10 solo habíamos perdido con Ucrania”, se defendió el técnico. El porcentaje total de victorias en sus dos etapas es de un 52%, pero las diferencias entre la primera (80%) y la segunda (37%) son alarmantes.
La sensación reinante en la Ciudad del Fútbol es de inquietud ante la posibilidad de no alcanzar la primera plaza y tener que acudir a la repesca con su diabólico nuevo formato que obliga a ganar dos eliminatorias a partido único. “Si ganamos los dos partidos de la repesca vamos al Mundial, hay que superar las dificultades y en esas estamos”, prosiguió el técnico, que en la sala de prensa del Friends Arena señaló la pérdida de duelos individuales como la gran causa de la embarazosa derrota ante los suecos. “No estuve acertado en lo de los duelos, no perdimos tantos como creía. Después de ver el partido tengo una mejor idea individual de lo que hicieron algunos jugadores”, quiso matizar Luis Enrique.
El seleccionador también admitió que al término del partido realizó una peineta a un aficionado que le insultó: “Lo que me resulta gracioso es que los jugadores y los entrenadores suframos violencia verbal y a la prensa os interese más la respuesta de la persona que la sufre y no condenéis el hecho”.
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