España evita sumarse al grupo de países que acogen refugiados de Lesbos


Una gota en un vaso de agua. Diez países europeos se han comprometido este viernes a acoger a 400 menores no acompañados de entre los 13.000 refugiados que vivían en el gran campo griego de Moria, arrasado por un incendio esta semana. Lo ha anunciado en Berlín Horst Seehofer, el ministro de Interior de Alemania, el país que ostenta este semestre la presidencia de turno de la Unión Europea. Francia y Alemania acogerán entre 100 y 150 menores cada uno y el resto se repartirán entre Bélgica, Finlandia, Eslovenia, Croacia, Portugal, Luxemburgo, Países Bajos y Suiza. Mientras tanto, en la isla griega de Lesbos la tensión no deja de crecer tres días después del incendio y tras tres noches en las que la mayoría los antiguos moradores del campo han tenido que dormir al raso.

“Diez países europeos van a participar en el traslado”, ha anunciado Seehofer en conferencia de prensa conjunta con Margaritis Schinas, vicepresidente del Ejecutivo comunitario. Seehofer ha explicado que se trata de un primer paso al que le seguirá la acogida de familias con niños, siempre en un marco europeo. Schinas ha recordado que a finales de mes, la Comisión Europea presentará su propuesta para un nuevo pacto de migración y asilo, que debe ser “duradero y eficaz”. Desde hace años, la UE es incapaz de consensuar una política de asilo comunitario que reemplace a las soluciones ad hoc y de emergencia como la anunciada este viernes en Berlín. Schinas añadió que la Comisión Europea financiará la construcción de un nuevo centro de acogida en la isla de Lesbos.

En Alemania, una red de ciudades ha reiterado su ofrecimiento a acoger a demandantes de asilo. También lo han hecho varios Länder, pero le corresponde al Gobierno y en concreto al ministerio del Interior autorizarlo. Berlín ha bloqueado hasta ahora este tipo de iniciativas, porque insiste en que la solución que se adopte debe ser de carácter europeo y no unilateral. Parlamentarios socialdemócratas y también conservadores presionan al ministro de Interior alemán para que Alemania acoja a miles de refugiados. Alegan que esperar una solución europea puede demorarse meses. Miles de personas salieron a la calle el miércoles para pedir una solución a los políticos tras el devastador incendio.

Una red de organizaciones no gubernamentales alemanas, incluida Cáritas, Pro Asyl y Amnistía Internacional, han enviado una carta a la canciller, Angela Merkel, en la que piden la evacuación inmediata de los migrantes. “Una catástrofe de esta magnitud no puede ser abordada con soluciones de mínimos […] Es necesaria una solución permanente para todos los afectados”, estiman.

Por distintas razones, tanto los propios refugiados como los habitantes de la isla coinciden en que los migrantes deben abandonar Lesbos y ser evacuados al continente. Este viernes, cientos de refugiados han protestado por la situación en la carretera que lleva a la capital de la isla, Mitilene, bloqueada por decenas de agentes antidisturbios que les han impedido avanzar. Los vecinos de la isla también han llevado a cabo protestas, estableciendo bloqueos de carreteras que, según los medios locales, están dificultando el traslado de los refugiados más vulnerables a un ferry de pasajeros y dos buques de la Armada anclados en el puerto de Mitilene que deberían servir de refugio.

Entre tanto, el Gobierno griego ha enviado tiendas de campaña —que se suman a los suministros de Suiza y Alemania— para alojar temporalmente a los refugiados en los alrededores del campamento de Kara Tepe, otro campo ya existente en el que hasta ahora se alojaban familias e individuos en situación vulnerable. Será una solución provisional hasta que se reconstruya Moria, esta vez como centro de detención totalmente cerrado. El Gobierno del conservador Kyriakos Mitsotakis ha desechado la evacuación de los refugiados —que exige el gobierno local de Lesbos— para evitar sentar un precedente, pues considera que serviría para premiar el acto de haber incendiado las instalaciones.

Según el diario Kathimeriní, las investigaciones sobre la autoría del incendio de la noche del martes al miércoles —al que han seguido otros fuegos en los días sucesivos— se centran en una treintena de jóvenes afganos que habrían aprovechado la protesta de 35 refugiados a los que se quería obligar a un confinamiento total tras dar positivo en un test de covid-19.

Otra de las razones del Gobierno para no evacuar a los refugiados es el temor a un contagio masivo, puesto que de los 35 positivos solo se ha logrado contactar con ocho tras el incendio y, tras tres días en que los muchos han dormido apelotonados para combatir el frío, cree que las infecciones se podrían haber disparado.

“Se deben identificar soluciones a largo plazo para los refugiados de Moria y de otras islas griegas. Los incidentes en Moria han demostrado que hay que actuar para mejorar las condiciones de vida, reducir el hacinamiento y mejorar la seguridad, las infraestructuras y el acceso a los servicios en los centros de recepción de las islas griegas”, subrayó Acnur en un comunicado.

Más dura ha sido la respuesta de Médicos Sin Fronteras (MSF), con años de experiencia trabajando en la isla griega, que ha condenado el plan del Ejecutivo griego de evacuar solo a los menores no acompañados: “Muestra que las autoridades griegas insisten en la criminalización y el castigo colectivo”, afirmó la organización humanitaria en un comunicado: “MSF presionó durante semanas para que las autoridades griegas diesen una respuesta adecuada a la covid-19. Pero las autoridades griegas han fracasado a la hora de establecer un plan, y la Unión Europea y los Estados miembros tampoco hicieron nada por resolver la situación. Las cenizas de Moria son el testigo de esta negligencia”.


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