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España plantea mantener la cuarentena para británicos si Londres no levanta las restricciones para españoles


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Los viajeros que lleguen a España desde el extranjero, incluidos los procedentes de la UE o del espacio Schengen, deberán guardar una cuarentena de 14 días, según una orden del Ministerio de Sanidad publicada este martes en el Boletín Oficial del Estado (BOE). La medida se aplicará desde este viernes, 15 de mayo, y estará vigente durante el estado de alarma, hasta el día 24, y sus posibles prórrogas, y “muy probablemente durante todo el periodo de desescalada”, ha dicho el ministro de Sanidad, Salvador Illa, tras el Consejo de Ministros. El objetivo, que “el esfuerzo enorme de estas nueve semanas no se malogre por un caso importado”. Hasta ahora, esta medida solo se había aplicado a las autorizaciones excepcionales otorgadas para los españoles y residentes en España repatriados desde Italia. Ahora se hará con todo viajero internacional, salvo algunas excepciones por razones de trabajo.

Fernando Simón, director del Centro de Coordinación de Emergencias Sanitarias, ha explicado que la imposición de la medida en este momento responde a que la evolución de la epidemia está siendo “muy buena”, de forma que si se consigue parar la transmisión en el interior de España, “los que vienen de otros países pueden convertirse en uno de los mayores riesgos”. “Estaríamos en una situación parecida a la de finales de febrero y principios de marzo, cuando todos los casos eran importados o asociados a casos importados”, ha recordado en su comparecencia diaria. Esta cuarentena es, según Simón, un “ejercicio de prevención” que se aplicará durante “un periodo de tiempo suficiente para que otros países lleguen al nivel de transmisión” logrado en España.

El espacio temporal de 14 días coincide con el período de incubación máximo del virus. “La media de incubación es de cinco a siete días, pero se alargó el doble para cubrir la mayoría de casos”, apunta Toni Trilla, jefe de Medicina Preventiva del Hospital Clínic de Barcelona.

Salvador Illa, ministro de Sanidad, explica la cuarentena para los viajeros que lleguen del extranjero, en la rueda de prensa posterior al Consejo de Ministros. (EPV)

Los primeros en hacer cuarentenas en España fueron, motu proprio, algunos ciudadanos chinos residentes en España a principios de febrero. El coronavirus aún quedaba lejos y nadie pensaba entonces en una pandemia mundial, pero un puñado de personas que habían viajado a su país natal, conscientes de la que se venía encima, se confinaron en su casa. A medida que el virus se expandía por el mundo, los países más avezados tomaban medidas. Como Israel, que el 4 de marzo impuso la cuarentena a los viajeros procedentes de España y otros países europeos. Diez días después, ya eran 110 países los que prohibían la entrada o imponían cuarentenas en sus territorios a los viajeros españoles.

La propia orden expone que en gran parte de los países europeos se han establecido periodos de cuarentena de 14 días a los viajeros. Entre ellos están Italia y Alemania, que, como España, tampoco hacen excepciones por país de procedencia. Holanda la impone para los pasajeros procedentes de zonas consideradas de alto riesgo infeccioso. En los últimos días, Francia y el Reino Unido anunciaron también la puesta en marcha de medidas similares, aunque en el caso francés, el Elíseo tuvo que salir a especificar su plan inicial y excluir de la cuarentena a los ciudadanos de la Unión Europea, del espacio Schengen y del Reino Unido. Boris Johnson adelantó este domingo que los visitantes que entren al país por vía aérea deberán someterse a un confinamiento “para evitar contagios del exterior”, aunque la medida, que no se aplicará a los ciudadanos franceses, no se tomará hasta que la transmisión interior del virus baje. La Comisión Europea, partidaria de medidas menos restrictivas, ha reclamado este martes que la decisión de confinar se tome basándose en criterios científicos y se apliquen las mismas reglas para todos.

En España estos 14 días se contarán desde el día siguiente a la llegada del viajero a España. Durante este periodo, la persona afectada deberá permanecer en su domicilio o alojamiento y solo podrá salir para comprar alimentos, productos farmacéuticos o de primera necesidad, además de para ir a “centros, servicios y establecimientos sanitarios” o por causas de “fuerza mayor o situación de necesidad”. En todos los desplazamientos será obligatorio usar mascarilla.

La orden establece el deber de la persona en cuarentena de “observar todas las medidas de higiene y/o prevención de la transmisión” del coronavirus, “en especial en lo que se refiere al contacto con convivientes”. Durante estas dos semanas, las autoridades sanitarias podrán contactar con los viajeros para realizar su seguimiento. Si aparecen síntomas como fiebre, tos, dificultad respiratoria, malestar general u otros que hagan sospechar que se padece la covid-19, se deberá contactar por teléfono con los servicios sanitarios mediante los números habilitados por las comunidades autónomas, indicando la situación de cuarentena por proceder del extranjero.

“Se van a establecer los mecanismos para dar seguimiento a esa cuarentena y se van a establecer normas para evitar incongruencias”, ha afirmado Simón. Así, habrá dos componentes de control: por un lado, a través de restricciones del transporte y la movilidad, y por otro, de tipo sanitario. Aunque no ha especificado en qué consistirán, el portavoz de Sanidad ha puesto como ejemplo que “no tiene sentido que un español no pueda trasladarse a su segunda residencia, por ejemplo, en Baleares, y una persona que vive en el extranjero pueda hacerlo por vía aérea. Son agravios comparativos a evitar”.

Viajeros autorizados

Las personas autorizadas a entrar en España por vía aérea y marítima son los ciudadanos españoles o residentes habituales acreditados, los trabajadores transfronterizos, los profesionales sanitarios o del cuidado de mayores que se dirijan a ejercer su actividad laboral, o aquellos que acrediten documentalmente causas de fuerza mayor o situación de necesidad, según una orden del Ministerio del Interior complementaria de la de Sanidad, publicada también este martes en el BOE, que restablece temporalmente los controles fronterizos en el espacio Schengen.

El texto recuerda que “el mero hecho de poseer una vivienda no acredita la residencia en España”. Por vía terrestre se permite la entrada, además de a estos viajeros, a los residentes en otros Estados miembros o asociados a Schengen que se dirijan a su lugar de residencia, según la orden publicada el viernes 8. También se permite la entrada al personal extranjero de las misiones diplomáticas y organismos internacionales en España. De todos ellos, Sanidad exime de la cuarentena a los trabajadores transfronterizos, transportistas y las tripulaciones, así como a los profesionales sanitarios, siempre que no hayan estado en contacto con personas diagnosticadas de covid-19.

“En España se ha conseguido un nivel de control de la epidemia y, si se abre de nuevo el tráfico, tendremos el problema de antes. De hecho, entonces, cerramos el espacio aéreo muy tarde. Ahora tiene más sentido hacer estas cuarentenas porque queremos ver cómo evoluciona la epidemia con las medidas de desescalada. Si estas medidas no se aplican a los que vienen de fuera, puede haber un factor de confusión con los resultados”, expone Jesús Molina Cabrillana, portavoz de la Sociedad Española de Medicina Preventiva, Salud Pública e Higiene. Trilla coincide en que “en esta fase tiene sentido detectar cuanto antes los casos importados”. Los últimos documentos sobre advertencias de viaje de la Organización Mundial de la Salud, datados del 29 de febrero, no recomiendan el cierre de fronteras ni la cuarentena a las personas que venían de zonas de riesgo. Aunque admite que restringir el movimiento de personas puede resultar “temporalmente útil” en algunos contextos y se justifican “al comienzo de un brote”. La OMS no ha respondido a este diario sobre si ha actualizado estas consideraciones tras la declarar el brote de coronavirus como una pandemia mundial.

Esta medida, sin embargo, también ha suscitado críticas. Benito Almirante, jefe de Enfermedades Infecciosas del Hospital Vall d’Hebron de Barcelona, sostiene que “en este momento de la epidemia, no tiene sentido”. El médico apunta que esta medida no tiene aplicación práctica porque las fronteras ya están cerradas al grueso del tráfico de pasajeros. “Imponer una cuarentena a cualquier ciudadano no tiene justificación científica. Tiene poco sentido que se limite el acceso de personas de países con baja incidencia. Es el mismo virus y la probabilidad de transmisión es menor en otros países que en España. ¿Tenemos que someter a una cuarentena a un ciudadano de Islandia, donde no hay transmisión comunitaria? No tiene sentido”, critica. El infectólogo valora que este tipo de medidas se tomaron “al principio de la epidemia y no se volvieron a evaluar”.

La decisión de imponer la cuarentena también ha provocado algunas críticas por su impacto en el turismo. La Junta de Andalucía considera que supone “la muerte del turismo internacional este verano”, informa Eva Saiz. “Nadie va a venir a pasar sus vacaciones aquí si tiene que estar 15 días esperando en un apartamento o en un hotel”, ha señalado el vicepresidente andaluz y consejero del ramo, Juan Marín. También el expresidente de Baleares y actual eurodiputado de Ciudadanos, José Ramón Bauzá, ha calificado la medida de “una nueva improvisación” que “ha paralizado los movimientos turísticos para este verano”. Es posible que España participe en algún pacto de reciprocidad que exima de cumplir la medida. Así, la ministra de Transporte italiana, Paola de Micheli, anunció este lunes que Italia prepara con España, Francia y Alemania la posibilidad de que haya vuelos este verano sin cuarentena entre esos países.

Las agencias de viaje, los turoperadores y compañías de transporte deberán informar a los viajeros de estas medidas al inicio del proceso de venta de billetes a España. En el caso de los viajes en avión, las aerolíneas deberán facilitar el formulario de salud pública para localizar a los pasajeros (Passenger Location Card) contemplado en el anexo 9 de la Convención Internacional de Aviación Civil. Este documento, que deberá entregar el viajero a su llegada a España, es un formulario estándar internacional utilizado en el caso de riesgo epidémico. Así, si se detecta que una persona infectada ha viajado en un avión, el formulario permite localizar rápidamente a los demás pasajeros y limitar la expansión del virus.

Con información de Silvia Ayuso, Isabel Ferrer, Rafa de Miguel, Daniel Verdú, Ana Carbajosa y Javier Martín.

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