España se acerca a una Semana Santa con restricción de movimientos entre comunidades autónomas. La mayoría de ellas son partidarias de mantener los cierres, que están en vigor en todas, excepto en Madrid, Extremadura, Baleares y Canarias. Los técnicos del Ministerio de Sanidad estudian un plan común que rija en todo el país y el departamento de Carolina Darias está buscando adhesiones entre los gobiernos regionales para que la decisión consensuada sea el cierre perimetral, según ha dicho este martes el consejero de Sanidad de Castilla-La Mancha, Jesús Fernández.
El Ministerio de Sanidad, a través de una portavoz, se remite a las palabras de Darias el pasado miércoles: “El objetivo es bajar a 50 casos de incidencia acumulada. Es fácil subir y muy difícil bajar. Estamos centrados en preservar la salud y seguir salvando vidas. [Hacemos una] llamada a la prudencia, la responsabilidad y al sentido común. Estamos en el buen camino, pero no nos podemos confiar. Estamos en pleno proceso de vacunación, cogiendo ritmo y es importante que salga bien”. Según los últimos datos, la incidencia es de 168,4 casos por 100.000 habitantes y, aunque no es imposible bajar de los 50 casos en cuatro semanas si se sigue con el ritmo de caída, se antoja complicado. Es una cifra que no se ve desde finales de julio.
Esto va en la línea de lo que ya expresó el lunes en rueda de prensa Fernando Simón, director del Centro de Coordinación de Alertas y Emergencias Sanitarias (CCAES): “Soy epidemiólogo, me interesa controlar la epidemia, y obviamente mis visiones son diferentes de las que puedan tener, por ejemplo, los empresarios. Si las condiciones de transmisión no son las correctas para que se pueda tener un poco más de apertura, creo que no se debe ni plantear”. Este mismo mensaje ha sido respaldado este martes tras el Consejo de Ministros por la portavoz del Gobierno, María Jesús Montero, quien ha llamado a la “prudencia” y no hacer una desescalada “abrupta” para no asistir a una cuarta ola de la pandemia.
En los últimos días, los consejeros y presidentes de la mayoría de las comunidades autónomas se han sumado al mensaje de prudencia y a buscar posturas consensuadas. Es el caso del responsable andaluz de Salud, Jesús Aguirre, quien manifestó el lunes en la cadena COPE que de cara a la Semana Santa, la apertura (de actividades y movilidad en materia de prevenciones frente a la pandemia de coronavirus) “sea posiblemente menor de la que se piensa”, ya que la epidemia evoluciona hacia una “meseta plana”, pero con “cifras muy altas en hospitalizaciones y UCI”.
Este martes por la mañana, el consejero de Sanidad de Castilla-La Mancha, Jesús Fernández Sanz, ha afirmado que “parece que el ministerio” se inclina por recomendar el mantenimiento de los cierres perimetrales durante la Semana Santa y también ha apoyado la medida: “Nos gusta, nos sentimos cómodos. Nos ha ido muy bien cuando las medidas son de carácter nacional y cuando todo el mundo toma medidas muy parecidas”.
Otras comunidades han manifestado su conformidad con la posibilidad de mantener los cierres perimetrales durante la Semana Santa. Varios presidentes autonómicos lo han dicho con rotundidad, como el socialista asturiano Adrián Barbón: “Asturias tiene el propósito de mantener el cierre perimetral mientras dure el estado de alarma. Y hay que pinchar el globo de si vamos a vivir la Semana Santa como la Navidad. Si queremos descender a niveles objetivos de seguridad pública hay que sacrificar la Semana Santa”. El popular murciano Fernando López Miras también dice estar en contra de aliviar las restricciones: “Estamos todavía en mitad de una pandemia, todavía no hay un porcentaje suficiente de la población inmunizada. Esta Semana Santa tendrá que ser diferente”. Castilla y León también apuesta por la prudencia, al igual que Navarra, el País Vasco, La Rioja y la Comunidad Valenciana.
Madrid, que hoy por hoy no está cerrada perimetralmente, se ha desmarcado de esta postura, pero su presidenta, Isabel Díaz Ayuso, no ha sido rotunda: “Lo que hacemos es conjugar la salud y la vida. El motor económico de Madrid no puede pararse y debe buscar medidas sensatas y equilibradas que conjuguen ambas cosas. Veremos cómo evoluciona la situación para proteger vidas y no poner aún más en peligro nuestra maltrecha economía”. Ayuso ha matizado que es “un poco precipitado” concretar cuál será su decisión. “Madrid está sufriendo parones [económicos] muy importantes. Espero que la Semana Santa nos ayude a recuperarnos en cierto modo”. Y ha recalcado: “Tenemos que ser sensibles a esta necesidad”.
Otros mandatarios autonómicos han optado por mantenerse a la expectativa del avance de los datos epidemiológicos. La portavoz de la Generalitat, Meritxell Budó, ha dicho este martes que el Ejecutivo catalán está “comenzando a trabajar” para poder “planificar” o elaborar un “calendario” sobre las restricciones que estarán en vigor durante la Semana Santa, con el fin de dar ya algunas certezas a la hostelería y a la restauración. En la rueda de prensa posterior a la reunión semanal del Consell Executiu, Budó ha apuntado que el Govern no tiene ninguna decisión tomada al respecto, al tiempo que ha aseverado que se decidirá si se relajan o no medidas en función de la evolución epidemiológica. Sí ha señalado, sin embargo, que el Ejecutivo “está trabajando”, sin haber todavía concretado nada, para “poder planificar la Semana Santa y los días posteriores” con algo de antelación. “Deberíamos ser capaces de poder planificar y prever un poco, siempre y cuando la epidemia nos lo permita, qué medidas se pueden ir relajando de cara a Semana Santa”, ha dicho la portavoz. En concreto, sin entrar en detalles, se ha referido a relajar el confinamiento perimetral (ahora comarcal), a ampliar los horarios de apertura de bares y restaurantes o a permitir que tengan lugar actividades extraescolares.
En la misma línea se manifestó la semana pasada el presidente de la Xunta de Galicia, Alberto Núñez Feijóo, cuando le preguntaron por la Semana Santa: “Quien quiera hacer predicciones es que no conoce el funcionamiento del virus”. La misma postura mantiene Aragón a través de una portavoz del Gobierno: “Es pronto aún para tomar una decisión al respecto. En Aragón se analizan los datos día a día y hay que ser prudente con generar falsas expectativas”.
Canarias y Baleares, con sus singularidades insulares y dos de las tasas de contagio más bajas de España (una incidencia de 105 y 74, respectivamente), no se plantean cerrar sus fronteras en Semana Santa, y seguirán pidiendo pruebas negativas para los que quieran ir. Lo que sucede es que si el resto de España cierra, a efectos prácticos solo podrán visitar las islas los extranjeros.
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