La salud del mercado laboral continúa en proceso de inmunización frente al virus. El número de ocupados aumentó en el tercer trimestre de 2021 en 359.300 personas, hasta alcanzar los 20.031.000, lo que supone no solo un aumento del 1,83% con respecto al trimestre anterior, sino la superación de la barrera de los 20 millones de ocupados por primera vez desde el cuarto trimestre de 2008, cuando comenzó la pasada crisis financiera.
El número de parados también se ha visto acompañado por la dinámica sanadora que está experimentando la economía española a lo largo de las últimas mensualidades. Entre los meses de julio, agosto y septiembre el paro cayó en 127.100 personas (-3,59%) hasta situarse en 3.416.700 desempleados y reflejar una tasa del 14,57%. Un porcentaje que sigue a la baja por cuarto trimestre consecutivo, según recogen los últimos datos publicados este jueves por el Instituto Nacional de Estadística (INE) correspondientes a la Encuesta de Población Activa (EPA).
Mucho ha llovido desde los tiempos de la Gran Recesión. Y aunque la pandemia ha provocado un impacto mucho mayor en la economía mundial, la mejoría de la situación sanitaria, reflejada en la caída de la incidencia del virus, y acorde con el amplio despliegue de las vacunas que ha permitido una amplia inmunización de la población ha derivado en que el mercado laboral español vuelva a recuperar el fuelle.
“Este dato confirma que la recuperación del empleo, después del golpe intenso que ha supuesto una convulsión económica como la pandemia, ha sido muy rápida, teniendo en cuentra el comportamiento histórico de la economía española”, ha valorado el secretario de Estado de Economía, Gonzalo García Andrés. “El éxito de la campaña de vacunación nos coloca en una situación sanitaria buena. Seguimos en medio de una pandemia y el riesgo sanitario sigue siendo uno de los principales para el horizonte macroeconómico”, ha añadido.
El tercer trimestre del año, además, es tradicionalmente un buen periodo para el empleo, por aglutinar los meses de verano. Esta estacionalidad tiene su reflejo en el incremento de la población activa (personas de 15 años y más con disposición y disponibilidad para trabajar durante la semana anterior a la realización de la entrevista), y que en el tercer trimestre de 2021 creció en 232.200, hasta situarse en los 23.447.700 de demandantes de empleo. Según subraya el INE, este colectivo se ha incrementado en 547.900 personas respecto al tercer trimestre de 2020.
Este aumento del número de personas que buscan un trabajo (y que supone el 50,52% de la población activa) impacta directamente sobre el cómputo de la tasa de empleo (que toma como referencia el tamaño de este nicho), por lo que su incremento con respecto a los guarismos del segundo trimestre es algo ligeramente significativa, puesto que no llega al punto porcentual (+0,89%).
El número de personas ocupadas creció en 359.300 personas respecto al cómputo de los meses de mayo, abril y junio, y según apunta el INE ha aumentado en 854.100 en los últimos doce meses (+4,45%). La ocupación ha aumentado en todos los sectores, especialmente en los servicios, donde hay 377.200 trabajadores más; seguido de la industria con 63.000. Sin embargo, esta ha bajado en la agricultura (-49.600) y la construcción (-31.200).
En cuanto a los asalariados, como ya sucediera en el segundo trimestre, aumentan también en el tercero en 409.100. Por tipología de contrato, aquellos con contrato indefinido lo hacen en 145.000, mientras que los temporales vuelven a ser mayoría con 264.200. El mantenimiento de esta dinámica contractual provoca que la tasa de temporalidad siga sin reducirse y se extienda hasta el 26,02%, muy lejos de los niveles del resto de países de la Unión Europea (14%). Frente a esta circunstancia, desde CC OO han reclamado “una reforma a fondo de las medidas de contratación” que permita acaba “con la hiperflexibilidad” y “con la descausalización a la hora de contratar”.
El ministro de Inclusión, Seguridad Social y Migraciones, José Luis Escrivá, se ha felicitado por los resultados de la EPA, haciendo hincapié en la progresiva reducción que viene produciéndose en el tramo final del año entre aquellos trabajadores acogidos a un Expediente de Regulación Temporal de Empleo (ERTE). “Es de destacar que no solo se crea mucho empleo, sino que al mismo tiempo los trabajadores que están en ERTE se incorporan”, ha subrayado. Según los últimos datos trasladados por Seguridad Social, a 15 de octubre 208.847 trabajadores se mantenían todavía bajo este mecanismo de suspensión.
Para que la recuperación del mercado de trabajo se consolide necesita aumentar su capilaridad por todo el país, y según los datos estadísticos, la mayoría de las comunidades autónomas han observado una mejora en sus registros. Los mayores aumentos de ocupación se han dado en tres territorios especialmente dependientes del turismo, y que se han beneficiado del remonte de este sector en el segundo verano de la pandemia: Cataluña (62.300 más), Canarias (50.000) e Islas Baleares (47.900). Aun así, otras comunidades como Andalucía (–7.200) o La Rioja (–2.100) no han salido tan reforzadas. Sin embargo, en cuanto a la variación anual (comparando los datos con los del tercer trimestre de 2020) el empleo ha subido en todas las comunidades, focalizándose los mayores incrementos en el número de ocupados en Andalucía (+162.300), Cataluña (+155.500) y la Comunidad de Madrid (+124.000).
Dentro de la mejoría macro del panorama laboral, en el plano corto también hay pequeñas grandes conquistas. Una de ellas tiene que ver con los datos de desempleo juvenil, que en el tercer trimestre del año se han retrotraído hasta los resultados de finales de 2019. 73.100 menos de 25 años entraron en el mercado laboral en los meses de verano, y la tasa de paro para ellos mermó hasta posicionarse en el 31,15%, lo que supone un mordisco de siete puntos con respecto a la del trimestre anterior (38,38%).
Desglosado por edades, el desempleo juvenil descendió especialmente en aquellos entre 20 y 24 años (-13,2%), por delante de los de 16 a 19 años (-9,5%). Extendiendo algo más el rango de edad, es en las personas de entre 25 y 54 años donde se recortó más profusamente el desempleo, con 119.500 parados menos (-5%). Sin embargo, a partir de esta franja la balanza se inclina hacia el lado contrario: el paro subió entre los mayores de 55 años en 65.500 (+11,6%). En términos interanuales, el desempleo en la franja de los 20 a 24 años ha descendido en 86.300 personas (-18,3%), y mucho menos para los jóvenes de 16 a 19 años con 12.000 personas (-8%).
Otra pequeña luz se ilumina en los hogares que tienen a todos sus miembros activos en paro y que descendieron en 35.800 en el tercer trimestre, hasta establecerse en 1.122.100; y que son 50.700 menos que hace un año. La otra cara de la moneda es igualmente positiva: el número de hogares con todos sus miembros activos ocupados aumentó en 197.300 hasta llegar a los 10.798.900, la cifra más alta en los últimos 14 años.
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