Los bancos centrales están siendo presas de mandatarios populistas. El mejor ejemplo lo tenemos en Donald Trump, quien, como ningún otro, ha presionado a la Reserva Federal para bajar las tasas de interés, escribe José Yuste en Excélsior.
Los diarios de circulación nacional presentan opiniones y editoriales con información y trascendidos relevantes en materia económica.
Dinero, de Enrique Galván, en La Jornada:
INE: patológica adicción al dinero
Lo que no se dijo en la sesión de la Cámara de Diputados en abril del lejano 2014, en la que fueron designados los integrantes del Consejo General del Instituto Nacional Electoral, fue que padecen una condición sicológica conocida como crematomanía. Se define como adicción al dinero.
Desde entonces, incluyendo el presupuesto recién aprobado para 2020, el Consejo del INE ha costado a los contribuyentes 83 mil 695 millones de pesos (ver gráfica). En cambio, sí se habló del origen espurio del consejo.
El entonces coordinador de MC, Ricardo Monreal, dijo que el INE sería un órgano descafeinado por ser producto de un vulgar y grosero reparto de cuotas donde el PRI se llevó cinco posiciones, el PAN tres y el PRD tres. El diputado del PT, Manuel Huerta, los identificó por sus nombres y afiliación: Diputados, no se engañen ni engañen a la ciudadanía, nosotros no elegimos al consejero presidente ni a ninguno de los 10 consejeros electorales. Y es obvio que hay que desenmascarar este cochupo.
Miren, el pueblo tiene que saber que Ciro Murayama Rendón, Alejandra Pamela San Martín Ríos y Valle y Javier Santiago Castillo son posiciones del PRD. Del PAN, pusieron a Benito Nacif Hernández, Arturo Sánchez Gutiérrez y a José Roberto Ruiz Sal-daña. Del PRI son el resto, incluido el presidente Lorenzo Córdova, para vergüenza de su raigambre. Los priístas son Beatriz Eugenia Galindo Centeno, Marco Antonio Baños Martínez, Enrique Andrade González y Adriana Margarita Favela Herrera.
Capitanes de Reforma:
T-MEC borran esperanzas
Aunque se habló de que sí era factible que el Tratado entre México, Estados Unidos y Canadá (T-MEC) se aprobara este año, las esperanzas se diluyen. De hecho, se había puesto el día de Acción de Gracias, el próximo jueves, como la fecha límite cuando por fin EU podría aprobar el T-MEC. Pero al cierre de la semana pasada, Nancy Pelosi, presidenta de la Cámara de Representantes en EU, bajó los ánimos, pues puso en duda que la ratificación ocurra antes del cierre de 2019.
Legalmente no hay un límite para que se apruebe el pacto comercial, pero el gran miedo es que en 2020 habrá elecciones en EU, por lo que probablemente el tema del tratado deje de ser prioridad.
Mucho se le ha apostado a la pronta aprobación. Por un lado, para cerrar un capítulo que ha desgastado a los equipos negociadores de los países miembros. Por otro, en el caso de México en el T-MEC se fincan parte de las expectativas de crecimiento, pues la construcción del marco macroeconómico considera que ya se tenga para el próximo año el nuevo tratado.
Hasta el presidente Andrés Manuel López Obrador pidió que no se tome el T-MEC como rehén en las diferencias políticas entre republicanos y demócratas.
Coordenadas, de Enrique Quintana, en El Financiero:
La nueva caída de la producción petrolera
Este fin de semana, Pemex informó que su producción de petróleo en México durante el mes de octubre cayó a 1 millón 655 mil barriles diarios en promedio, cuando en septiembre se habían producido 1 millón 705 mil barriles por día.
Esto implica un retroceso de 50 mil barriles, 2.9 por ciento, pero, sobre todo, rompe una tendencia positiva que se había presentado desde mayo.
Debe ponderarse el hecho de que, desde el 24 de septiembre, en la “mañanera”, el director de Pemex, Octavio Romero, anunció que en octubre, por labores de mantenimiento del buque tanque Yùum K’ak Naab, y de las plataformas Akal C7 y C8, habría un impacto negativo de 32 mil 800 barriles por día.
Aun considerando esa circunstancia, habría una caída de la producción de 17 mil 200 barriles por día.
Las cifras de la Comisión Nacional de Hidrocarburos indican, por otro lado, un incremento de la producción de crudo por parte de empresas privadas, de 800 barriles al día, con una producción de 28 mil 700 barriles diarios, lo que implica un crecimiento de 84 por ciento a tasa anual.
El presidente Andrés Manuel López Obrador tendrá que ver de manera conjunta los resultados. Tenemos un sector petrolero en el que no logra estabilizarse la producción de Pemex, y menos aún, hacerla crecer. Y, al mismo tiempo, hay una producción privada que va al alza, aunque sigue siendo baja.
Ricos y Poderosos, de Marco Mares, en El Economista:
Salario mínimo, 2020
Viene la definición del aumento del salario mínimo para el 2020. Será la primera vez que se revise a través de la Comisión Nacional de los Salarios Mínimos (Conasami), encabezada por Andrés Peñaloza Méndez, designado ya en este gobierno de Andrés Manuel López Obrador.
La decisión tendrá que tomarse al final de éste o a principios del siguiente mes. Todos están de acuerdo en que hay que aumentar el salario mínimo. La diferencia estriba en el monto.
¿Cuánto hay que aumentarlo? El secretario general de la Confederación Autónoma de Trabajadores y Empleados de México (CATEM), Pedro Haces, asegura que hay voluntad por parte del gobierno para lograr un aumento del salario mínimo diario de 29%, con lo que pasaría de 102 pesos con 68 centavos a 132 pesos para el próximo ejercicio fiscal 2020.
Beneficiaría a más de 30 millones de trabajadores mexicanos que ganan entre uno y dos salarios mínimos.
Sin embargo, por el poderoso sindicato patronal, Coparmex propone un aumento en un rango de entre 117 y 128 pesos. Según sus cálculos, esto sería resultado de otorgar un incremento de 9 pesos en Monto Independiente de Recuperación (MIR) más 5%, para alcanzar el monto base de 117.72 pesos.
Y para alcanzar el nivel máximo, se propone fijar 19 pesos de MIR, más un alza porcentual del 5%, llevando así a los mínimos a su nivel óptimo de 127.76 pesos.
Activo Empresarial, de José Yuste, en Excélsior:
Populismo y banco central
Muchos regímenes populistas capitalizan el descontento de la gente y enfocan baterías a terceros factores, entre ellos a los bancos centrales, apuntó Guillermo Ortiz, el exbanquero central que puso el dedo en la llaga al asistir al evento de gala que tuvo el Banco de México para celebrar su 25 aniversario de autonomía.
Es cierto. Los bancos centrales están siendo presas de mandatarios populistas. El mejor ejemplo lo tenemos en Donald Trump, quien, como ningún otro, ha presionado a la Reserva Federal para bajar las tasas de interés.
La pregunta es: ¿en México estaremos exentos de esas presiones, del discurso a corto plazo que busca echarle la culpa a los demás, incluido al instituto central?
Debemos ser claros. En México, el presidente Andrés Manuel López Obrador ha sido respetuoso de la autonomía del Banco de México, del manejo autónomo de su política monetaria. Es cierto que en una ocasión comentó que le gustaría ver tasas de interés más bajas, o en otra ocasión que si había crisis financiera le echaran la culpa a otros, como al Banco de México. Pero fueron ocasiones esporádicas, aisladas y más bien el discurso del Presidente ha sido, reiteradamente, de respeto a la autonomía del instituto central.