El incendio declarado el sábado pasado en la provincia de Ávila se ha conseguido estabilizar. El consejero de Fomento y Medio Ambiente de la Junta de Castilla y León, Juan Carlos Suárez-Quiñones, ha confirmado hoy que ya no hay llama en los 130 kilómetros de su perímetro, solo alguna reproducción interior. Lo que no implica que esté controlado, algo que ocurre cuando se enfría ese perímetro y los riesgos de rebrotes son muy pequeños. “No es una situación de control”, ha puntualizado. El incendio continúa en nivel 2 de peligrosidad en una escala de 0 a 3, pero sin riesgo para la población. El Ejecutivo regional cuantifica en no menos de 12.000 las hectáreas quemadas, mientras que el servicio de Emergencias de Copernicus de la Unión Europea, que proporciona información geoespacial precisa, calcula una superficie de 21.993 hectáreas calcinadas hasta hoy, que ascienden a 22.723 sumando las 730 hectáreas de otro fuego declarado muy cerca, en El Tiemblo.
“Es pronto para hacer esa valoración, porque hay zonas interiores no quemadas, una cosa es la superficie dentro del perímetro y otra la calcinada”, ha recordado Suárez-Quiñones. Pero de lo que no hay duda, ha concretado, es de que “va a ser uno de los incendios más extensos que se hayan producido nunca en Castilla y León”. El incendio se declarará extinguido solo cuando toda su superficie se haya enfriado, una situación que puede tardar semanas en llegar.
Todavía brotan columnas de humo que se detectan desde un helicóptero equipado con un sistema de fotografías infrarrojas. Los vecinos también están ayudando. Se trata de preservar áreas que no han arrasado las llamas, que han calcinado sobre todo pasto, monte bajo, matorral y alguna zona arbolada. El incendio comenzó al arder un vehículo en Navalacruz, en el entorno del valle de o Ambles y durante estos días se extendió por la sierra de la Paramera.
Suárez-Quiñones ha asegurado que ya se está trabajando en el plan de restauración para reestablecer el suministro de pastos para la ganadería, la protección de los acuíferos y captaciones de agua de las poblaciones, la extracción de la parte de madera quemada, además de la repoblación forestal en las partes arboladas. La declaración de zona catastrófica corresponde al Gobierno de España.
El incendio de Ávila se ha convertido en el mayor sufrido en España este año, pero la ola de calor ha dejado tras de sí un reguero de fuegos, la mayor parte estabilizados o bajo control. Esta mañana se ha dado por controlado el incendio que se declaró el martes en el municipio de El Paso, en la isla de La Palma, aunque preocupan las fuertes rachas de viento y las altas temperaturas que todavía afectan al archipiélago canario. Las llamas han arrasado 300 hectáreas provocando un importante daño material porque han quemado zonas agrícolas, viviendas o coches.
Los medios de extinción intentan controlar un incendio forestal que se ha declarado hoy en Tarifa (Cádiz), en el paraje Monte Ahumada. Es el segundo fuego consecutivo que se produce en la localidad tras otro que fue estabilizado ayer por la tarde. Esta tarde se ha producido un rebrote en el incendio de Lucena del Puerto (Huelva), que se consiguió estabilizar ayer y que ha afectado a 200 hectáreas. Al lado de Huelva, en la frontera con Portugal, se desató el lunes otro incendio en el Algarve portugués. El incendio, controlado desde ayer por la tarde, arrasó 6.700 hectáreas y obligó a realizar cortes en la autopista A 22 y la nacional N 125, que conectan el Algarve con España.
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