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Estados Unidos, México y Canadá firman la versión final del TMEC


Chrystia Freeland, Jesús Seade y Robert Lighthizer, en México. PRESIDENCIA DE MÉXICO

El pacto comercial entre Estados Unidos, México y Canadá está sellado. Los gobiernos de los tres países han firmado este martes en Ciudad de México las últimas modificaciones al tratado de libre comercio del que depende la estabilidad económica de la región norteamericana. A pesar de que las negociaciones finalizaron en noviembre de 2018, Estados Unidos, a través de los legisladores demócratas, exigieron en el último año a México elevar los estándares de las condiciones laborales, por lo que el país latinoamericano emprendió una reforma a su Ley del trabajo.

Los negociadores del TMEC ––Robert Lighthizer, representante de Comercio de Estados Unidos; Jesús Seade, subsecretario para América del Norte por parte de Mexico; y Chrystia Freeland, vice primera ministra de Canadá–– firmaron en Palacio Nacional las modificaciones al tratado que contemplan nuevas condiciones en materia laboral, medioambiental, en biomedicina, y para el contenido de la industria automotriz. El presidente mexicano, Andrés Manuel López Obrador, asistió como testigo al cierre definitivo de la negociación que se extendió por casi dos años y medio.

La confirmación de que el tratado será ratificado por los congresos de Estados Unidos y Canadá ––México hará una segunda revisión–– llega de última hora y apenas unos días antes de que el Congreso estadounidense cierre para el receso de Navidad y a un mes de que comiencen las campañas presidenciales en EE UU. Trump, Trudeau y López Obrador sostuvieron una conversación telefónica al mediodía, minutos antes de firmar un protocolo modificatorio al tratado. “A los dos les agradecí su valiosa participación y apoyo para firmar el TMEC”, ha escrito López Obrador en su cuenta de Twitter.

El TMEC podría aprobarse antes del 20 de diciembre y se apuntaría como un logro del presidente Trump en materia comercial en EE UU, al mismo tiempo que enfrenta el proceso de destitución en su país. El presidente estadounidense pidió hace dos años y medio abrir la negociación del Tratado de Libre Comercio de América del Norte (NAFTA, por sus siglas en inglés) que ocurrió con el Gobierno del expresidente mexicano Enrique Peña Nieto y en el primer periodo de Gobierno del primer ministro canadiense, Justin Trudeau. Las modificaciones ocurren cuando López Obrador ya ocupa la presidencia de México y Trudeau arranca su segundo periodo como primer ministro.

“Hemos conseguido el mejor acuerdo comercial en la historia”, dijo el negociador de EE UU, Robert Lighthizer en la firma del acuerdo final. Los mexicanos accedieron a crear un panel de solución de controversias en materia laboral; también cedieron en la petición de la industria automotriz estadounidense para cumplir con un 70% de contenido norteamericano en la producción de automóviles que será revisada en siete años en los componentes de acero y en 10 años en el aluminio. Por su parte los estadounidenses dejaron de insistir en la protección de 10 años para patentes de biomedicamentos.

“Es un acuerdo que nos ayuda a impulsar el crecimiento económico de nuestras naciones, sin duda significa mayor inversión para Canadá, Estados Unidos y México. Se trata de atraer más inversión para América del Norte y como todos sabemos si hay inversión hay crecimiento, si hay crecimiento hay bienestar, si hay bienestar hay paz y hay tranquilidad”, mencionó López Obrador en el acto en el que firmó el acuerdo. El presidente mexicano añadió que el TMEC servirá también para mejorar las condiciones sociales de la región ante el tema migratorio.

Los negociadores reconocieron que el proceso ha sido todo menos fácil. López Obrador señaló que existió un momento de “desencuentro” y “ruptura” con Trump pero que las negociaciones siguieron adelante. “Lo hemos logrado juntos en un momento en el que es muy difícil conseguir que los tratados comerciales salgan adelante”, señaló la vice primera ministra canadiense, Chrystia Freeland.

Los demócratas dan una victoria a Trump

La presidenta de la Cámara de Representantes, la demócrata Nancy Pelosi, anunció este martes su apoyo al acuerdo de libre comercio entre Estados Unidos, México y Canadá que actualizará el viejo NAFTA, vigente desde 1994. “Este es el día por el que estuvimos trabajando para decir sí”, afirmó Pelosi. El sí al nuevo tratado, una prioridad en el plan económico del presidente Donald Trump, llega el mismo día en el que los demócratas —con Pelosi a la cabeza— formalizan la acusación contra el presidente por abuso de poder y obstrucción al Congreso. 

El sindicato AFL-CIO respaldó el nuevo tratado minutos antes del anuncio de la presidenta de la Cámara de Representantes. “Estos es más que un triunfo para los sindicatos. Es un triunfo para todos los trabajadores”, declaró el congresista Richard Neal, el principal negociador demócrata. El objetivo, explicó, era conseguir que el nuevo tratado resolviera los problemas pasados a la hora de aplicar las disposiciones del acuerdo con un lenguaje más firme y rotundo.

A pregunta de si los inspectores estadounidenses podrán, gracias al nuevo tratado, presentarse en fábricas en México para verificar que se cumplan las normas laborales, el congresista Richard Neal respondió con un sí tajante. Era una de las demandas clave de los sindicatos. “Hemos conseguido un acuerdo que puede apoyar con orgullo la clase trabajadora”, declaró Richard Trumka, presidente de la AFL-CIO.

Las violaciones al tratado, afirmó, tendrán consecuencias serias. Neal insistió que las negociaciones fueron de buena fe aunque admitió que en algunos momentos fueron muy duras. “Era una oportunidad que no podíamos dejar pasar”, concluyó, reiterando que nuevo tratado será “significativamente mejor que el Nafta” no solo en cuestiones laborales, sino también en medio ambiente y el sector farmacéutico.

“El acuerdo original no era aceptable”, insistió Pelosi, “había que modificarlo”. Una delegación de legisladores demócratas viajará a México para reunirse con el presidente López Obrador para presentar los cambios. Después a Canadá. El pacto se anunció con el proceso de destitución de Donald Trump entrando en una fase decisiva. “No sabíamos que día iba a producirse el acuerdo”, sostuvo.

Para llegar a la ratificación, el Gobierno mexicano impulsó este año una reforma laboral para mejorar las condiciones de los trabajadores, además prometió el desembolso de 900 millones de dólares en los próximos cuatro años para cambiar el sistema de justicia laboral. López Obrador también garantizó a los legisladores estadounidenses que el salario mínimo en México aumentará al menos un 2% por encima de la inflación cada año.  

Tanto Pelosi como Neal repitieron que el acuerdo comercial que les presentó Trump era “profundamente defectuoso” y que gracias que se mantuvieron firmes en la negociación lograron mejorarlo. Entre los otros puntos en los que obtuvieron lo que buscaban citaron la eliminación de la provisión que protegía a las farmacéuticas en nuevos medicamentos biológicos y cambios en los panales de disputas.

Los demócratas insisten en que tanto México como Canadá accedieron a los cambios que plantearon y que eso permitirá que el tratado funcione “infinitamente mejor” para los trabajadores de EE UU que la propuesta que les presentó el presidente Donald Trump. La rueda de prensa de Pelosi, acompañadas por los negociadores demócratas, se produjo dos horas antes de la firma en Ciudad de México.

El presidente Donald Trump acudió a las redes sociales para decir que el TMEC será el “mejor y más importante acuerdo comercial” nunca antes logrado por EE UU. “Es bueno para todos”, continuó, “agricultores, manufactureros, energía y sindicatos”. “Lo más importante”, concluye, “pondremos fin al peor acuerdo comercial, el NAFTA”. El republicano llegó a amenazar como candidato con retirar a EE UU si no se modernizaba.




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