“Vimos cómo una y otra vez el presidente de la República intervino de manera ilegal en el proceso electoral. El Instituto Nacional Electoral utilizó en el pasado figuras que se llaman medidas precautorias cautelares, que se emiten de forma anticipada. Esta vez el INE no emitió ninguna al presidente, a pesar de que le sacó cincuenta veces la tarjeta amarilla por estar violando la constitución. El INE se autoinhibió para cuidar sus recursos jurídicos para cuidar la integridad, la legalidad y la equidad de la elección“, dice Ciro Murayama Rendón, exconsejero del INE.
Para el profesor de la Universidad Nacional Autónoma de México, el país vivió el 2 de junio una elección dispareja y plagada de irregularidades. Pero, advierte, que eso no da elementos para decir que los votos emitidos en las urnas hayan sido distintos a los que se contaron al final de la jornada electoral. Es decir: no hubo fraude o alteración de la voluntad popular.
Murayama acusa que el reproche poselectoral de los partidos de oposición sobre el conteo de los sufragios afecta directamente al prestigio del servicio electoral del INE: “Esta es una estrategia que genera confusión y es irresponsable”. A la luz de la elección inequitativa -añade- hay que tener mucho cuidado en que esos votos que fueron debidamente contados en las urnas se traduzcan, con pulcritud constitucional, en la conformación del Congreso.
El economista publica en el más reciente número de la revista Letras Libres un artículo titulado El papel del INE, el mito del fraude y el verdadero peligro en el que manifiesta su preocupación sobre la integración de la Cámara de Diputados en la próxima legislatura.
Imágenes: Pexels/Cámara de Diputados/INE. Tratamiento: AN (MDS)
Sobre el tema, agrega en Aristegui en Vivo: “Corremos el peligro de que se presente una sobrerrepresentación inédita y anticonstitucional en la historia reciente del país, en la cual la coalición gobernante se pueda hacer de tres cuartas partes de la Cámara, cuando tuvo apenas el 54.7% de los votos. Ganó, nadie lo cuestiona. Pero no con la mayoría aplastante que les permita cambiar la Constitución por sí misma, como pretende esa coalición”.
La sobrerrpresentación, explica Murayama, equivale al doble de la que permite la Constitución: 16% sobre 8% (372 diputados 74.4% de la conformación de la cámara baja). “Estamos ante una operación poselectoral que busca inflar el apoyo al oficialismo y para comprimir el voto opositor. En término numéricos de cada 20 votos, once respaldaron al gobierno y el resto a las oposiciones”. Explica que los partidos y las coaliciones son entendidos con la misma figura en los estatutos del INE:
“Quizá la decisión más delicada que va a tomar el Consejo General del INE y después el Tribunal Electoral tiene que ver con eso: con aplicar el límite de sobrerrepesentación y evitar que los votos del oficialismo valgan más que los votos de los ciudadanos que respaldaron otras opciones políticas y eso coloque al país en una situación en la que una sola fuerza política pueda modificar la Constitución a su antojo hasta desfondarla. En esa delicada coyuntura está jugando el futuro de la democracia mexicana”.
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Cuenta que en episodios anteriores, el Consejo General del INE aprobó un conjunto de medidas -que están vigentes- para evitar que los candidatos de una coalición se disfrazaran como candidatos de otros partidos y así hubiera una oportunidad de recibir muchos más puestos de elección plurinominal. Pone dos ejemplos: el que fue el coordinador de la bancada de Morena en 2018, Mario Delgado, no ganó como candidato de Morena sino como aspirante del Partido del Trabajo. Lo mismo sucedió con el vicecoordinador de Morena, Pablo Gómez.
“Ahora estamos ante un escenario en el que la coalición ganadora pretende inflar su participación del 54% al 74.4%. Y, gracias a ello, conseguir cosas tan extravagantes como la siguiente: que el partido que quedó en quinto lugar en las preferencias ciudadanas, que fue el Partido Verde, se convierta en la segunda fuerza política en el Congreso. En qué competencia se ha visto que el que quede en quinto lugar reciba la medalla de plata. Eso es alterar los resultados electorales. Pretenden, además, que el PT, que terminó en sexto lugar, se vuelva la cuarta bancada. Esa es la alteración que está proponiendo el gobierno que ocurra: que no valgan igual los votos”.
Para el investigador, está en peligro el estado legal que rige las elecciones en México.
Ve la entrevista completa:
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