Ya ha comenzado el plan de la desescalada en España, que consta de un total de cuatro fases y que previsiblemente durará hasta finales de junio, cuando alcancemos la «nueva normalidad». Es un escenario completamente nuevo, al que nunca nos hemos enfrentando, y que por lo tanto, requiere de la implantación de una serie de medidas. Cuando las piscinas públicas vuelvan a estar abiertas al público, tendremos que cumplir una serie de normas recogidas en la guía «Recomendaciones para el restablecimiento de la actividad en las piscinas de uso público tras la crisis del coronavirus» elaborada por el Ministerio de Sanidad.
Así será la vuelta a las piscinas
En primer lugar, del mismo modo que en los establecimientos comerciales, se medirá la temperatura a la hora de acceder al recinto. Cabe señalar que la fiebre es uno de los principales síntomas de la Covid-19.
Además, una vez esté permitido el baño, todos los bañistas tendrán que ducharse obligatoriamente tanto antes como después. Por supuesto, el uso de toboganes estará prohibido, así como jugar dentro del agua a la pelota. Tampoco se permitirá saltar o salpicar.
La distancia de seguridad recomendada por las autoridades sanitarias habrá que mantenerla dentro y fuera del agua.
Será el socorrista el encargado de vigilar que se cumplen las medidas de seguridad de forma estricta para evitar en la medida de lo posible la propagación de la enfermedad.
Y, por último, los empleados deberán proceder con una desinfección completa a diario, prestando especial atención a los vestuarios y a los espacios cerrados.
Sobre cuándo abrirán las piscinas, según el plan de desescalada presentado por el Gobierno, los baños en la piscina no estarán permitidos hasta la tercera fase, que comenzará el 8 de junio.
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