La dieta mediterránea está considerada una de las mejores del mundo, la base para una alimentación saludable y equilibrada que a todas las personas beneficia. Su fama es tal que la Unesco la declaró Patrimonio Inmaterial de la Humanidad ante la petición recibida por parte de España, Grecia, Italia y Marruecos, que son los países que limitan geográficamente con ese mar.
Todo el mundo conoce la dieta mediterránea, aunque ahondando más queda claro que para muchas personas se basa únicamente en comer sano y utilizar aceite de oliva, pero es mucho más que eso. Sus pautas triunfan en todo el mundo ya que está más que demostrado que, quien sigue este tipo de alimentación, realmente logra mejorar su salud y se siente mucho mejor.
¿Cuál es el origen de la dieta mediterránea?
Esta dieta comenzó a forjarse en la década de los 50, cuando los expertos observaron que las enfermedades cardíacas no eran tan habituales en los países mediterráneos como en otros como Estados Unidos. Varios estudios llevaron a la conclusión de que la alimentación de esos países resultaba clave y muy eficaz para prevenir enfermedades cardíacas y accidentes cerebrovasculares.
La dieta mediterránea se centra en una alimentación basada en las cocinas tradicionales de España, Grecia e Italia, principalmente, y absorbe conceptos de todas cuyas costas bordean el mar Mediterráneo. El aceite de oliva es imprescindible, y se añaden otros alimentos de origen vegetal muy importantes, como legumbres, verduras, cereales integrales, frutas, semillas, frutos secos, hierbas o especias.
Al margen de los alimentos anteriores, que deben ser la base de la dieta mediterránea, se añaden con moderación otros como mariscos, pescados, lácteos y carne de aves. Lo ideal es evitar la carne roja y los dulces, dejando ambos tipos de alimentos para ocasiones muy especiales y no con frecuencia. Siendo el aceite de oliva su principal fuente de grasa añadida, es importante recurrir únicamente a aquellas que sean consideradas grasas buenas, como el aguacate, las sardinas, el salmón y cualquier pescado graso en general.
Quienes siguen esta dieta aseguran que les encanta tomarse una copita de vino al día, ya que está permitido, pero es importante hacerlo con moderación.
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