En ocasiones, vivir en Madrid puede resultar un poco caótico: gente por todas partes, tráfico, contaminación… Por este motivo, cuando llega el fin de semana son muchas las personas que salen de la ciudad en busca de relax. Una de las mejores opciones para desconectar es el turismo rural, y hay un pueblo de Castilla y León que los madrileños adoran.
Se trata de El Espinar, situado en la provincia de Segovia al pie de la sierra de Guadarrama. Se encuentra a tan solo 55 minutos de la capital en coche, y es un pueblo estupendo para pasar el fin de semana. Tiene una población de 4.958 habitantes.
Una de las principales razones por las que a los madrileños les gusta tanto este pueblo de Castilla y León es porque ofrece un amplio abanico de planes: historia, cultura, naturaleza y gastronomía. El Espinar alberga monumentos muy importantes, como la Iglesia de San Eutropio o el Palacio de los Marqueses de Perales.
¿Qué ver en El Espinar?
El Ayuntamiento de la localidad fue reconstruido a mediados del siglo XX tras el incendio que sufrió durante la Guerra Civil. Se encuentra en la Plaza de la Constitución.
El Convento de Santa Isabel es uno de los principales iconos del municipio. Su origen data de finales del siglo XVI, cuando varias vecinas de El Espinar decidieron formar un Beaterio de Terciarias Franciscanas.
La Ermita del Carmen tiene un origen aristocrático y fue consagrada en el año 1918. El acceso a la misma se realiza a través de un pequeño puente sobre el Arroyo Mayor. La Ermita del Cristo del Caloco también merece una visita.
El Parque Municipal Cipriano Geromini es un remanso de paz y tranquilidad. En el centro del paseo central hay un pequeño estanque. El Rincón de la Fuente del Altozano es uno de los más pintorescos de El Espinar.
Si te apetece disfrutar de la naturaleza y hacer ejercicio, la ruta circular por la falda norte de la Sierra de Guadarrama es espectacular, sobre todo en invierno. Comienza en El Espinar y recorre pistas forestales y caminos a través de 17,8 kilómetros. El tiempo aproxima de la ruta es de 5 horas y media con paradas. Atraviesa la Cabeza renales, la Cruz de Pedroálamo y el Peñón de la Solana.
La visita a El Espinar no está completa sin probar la gastronomía típica de la provincia de Segovia. El cochinillo es el plato emblema, que se asa en cazuela de barro. Es dorado y crujiente por fuera, y muy tierno por dentro.
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