Ícono del sitio La Neta Neta

Este miércoles, equinoccio e inicio de la primavera: académico UNAM

El equinoccio de primavera es el instante en el que el Sol cruza el ecuador celeste; coincide con la última superluna del año, que se repetirá en 18 años.

El equinoccio que se registró este miércoles 20 de marzo a las 15:58 horas abrió paso a la primavera. “Es un fenómeno universal que ocurre para toda la Tierra, lo único que cambia es la hora en cada país. Se llama así porque cuando sucede la duración del día y la noche tiene un valor igual, es decir, de aproximadamente doce horas”, explicó Daniel Flores Gutiérrez, académico del Instituto de Astronomía de la UNAM.

De acuerdo con un comunicado de la UNAM, existen muchas creencias en torno a este acontecimiento, que se deben en parte a que nuestros antepasados tenían un interés especial en estudiar los movimientos del Sol y otros cuerpos de la bóveda celeste.

Para las culturas antiguas el equinoccio indicaba la llegada de los días calurosos, aunque en México este cambio no es tan radical como en otras naciones, sobre todo los cercanos al polo norte, en latitudes arriba de 40 grados. En esos territorios, después de una temporada de invierno con grandes nevadas, llegan las altas temperaturas, la primavera, y los árboles y plantas empiezan a reverdecer, resaltó.

En nuestro país, la asociación más emblemática entre el equinoccio y las culturas mesoamericanas se ubica en Chichén Itzá, Yucatán, en la escalinata sur de la pirámide de El Castillo, aunque también se puede observar en la Pirámide del Sol, en Teotihuacán, o en el antiquísimo centro ceremonial Chalcatzingo.

El astrónomo afirmó que gracias al conocimiento legado por las antiguas culturas, actualmente se sabe que el equinoccio es el instante en el que el Sol cruza el ecuador celeste. En el caso de la primavera, el astro pasa del hemisferio Sur al hemisferio Norte, y en septiembre, cuando se vuelve a presentar este fenómeno, sucede lo contrario.

En torno al equinoccio de primavera han surgido diversas prácticas y creencias, que si bien son respetables, en realidad no tienen un sustento científico. Por ejemplo, se dice que el Sol emite con mayor intensidad su energía hacia la Tierra, pero no es así; la radiación y su intensidad es la misma para todo el mundo, semanas antes y después de este fenómeno, aclaró Flores Gutiérrez.

Sin embargo, estas afirmaciones no tienen nada que ver con los cálculos astronómicos o lo que se conoce actualmente en el campo de la física y la astronomía, sobre el movimiento del Sol, la Luna y las estrellas.

En esta ocasión, el equinoccio coincide con la última superluna del año, es decir, cuando la luna llena ocurre muy próxima a la distancia mínima entre la Tierra y nuestro satélite natural. Esto es común que suceda, pero en intervalos de tiempo grandes, ya que se repetirá dentro de 18 años.

Lo cierto es que ahora, debido al conocimiento creado por el intelecto humano a lo largo de varios siglos, tenemos la posibilidad de determinar instantes que solamente podemos conocer desde el punto de vista de la geometría de los movimientos orbitales, en este caso, se refiere a los cuerpos de nuestro Sistema Solar, expuso el universitario.

De modo que en la actualidad es factible calcular cuándo ocurrirán los equinoccios, solsticios o eclipses, “y para nosotros debería ser un motivo de disfrute poder apreciar estos fenómenos”, concluyó.




Source link

Salir de la versión móvil