*Hoy en día son los rostros de un momento histórico para la cinematografía nacional
Por Ulises Rodríguez Eleuterio
México, 6 Jun (La Neta Neta).- En la tercera y última entrega de este serial se concluye el recuento de esas presencias que aún continúan entre nosotros y que gracias a su trabajo frente a las cámaras, como heroínas o como villanos, se volvieron protagonistas de una de las etapas más fructíferas de la cinematografía nacional.
En la actualidad, aunque algunos ya se han retirado de toda actividad pública, su presencia y trabajo siguen siendo apreciados gracias a la televisión y a posibilidad que brinda de apreciar su trabajo frente a las cámaras gracias a las retransmisiones, lo que ha permitido que su nombre, su presencia y su trabajo no se diluya con el paso del tiempo y que por el contrario sean apreciados como protagonistas de la Época de Oro del Cine Mexicano.
Ana Luisa Peluffo
Recordada por haber protagonizado el primer desnudo en el cine mexicano, Ana Luisa de Jesús Quintana Paz Peluffo, mejor conocida simplemente como Ana Luisa Peluffo, nacida el 9 de octubre de 1929, es una prolífica actriz mexicana de la Época de Oro del Cine Mexicano.
Originaria del Estado de Querétaro, Peluffo debuta con un rol pequeño en la cinta estadunidense Tarzán y las sirenas de 1948, bajo la dirección de Robert Florey, pero con fotografía del mexicano Gabriel Figueroa, la cinta es relevante debido a que fue la última en la que el actor Johnny Weissmuller, se desempeñó como “Tarzán”.
A su regreso a México, participó en las cintas La Venenosa, de 1949 y Orquídeas para mi esposa, en 1954, sin embargo, fue en 1955 cuando se consagró en el cine nacional, pues fue en la cinta La fuerza del deseo, en la que personificó a una modelo, que se despojó de sus prendas para lo que hoy es considerado el primer desnudo realizado en el cine mexicano.
Respecto a la escena, la histrionisa ha comentado: “Mi cuerpo no era maravilloso, pero sí estético”, aseguró en entrevista para la portada de la revista Somos de octubre de 2001. Mientras que también reveló que, “en la calle me reclamaban: ‘¡Qué barbaridad, que desvergüenza!’”, dijo a El Universal en 2017.
Reconocida por la reveladora secuencia, Ana Luisa repitió la hazaña en los filmes El seductor, de 1955; La ilegítima, un año más tarde y finalmente en La Diana cazadora, cinta que dio origen al mito, que posteriormente se comprobó ser falso, de que ella había sido la modelo para la estatua homónima localizada en el Paseo de la Reforma de la Ciudad de México.
Entre 1948 y 2010, Peluffo participó en 63 filmes, en los que compartió créditos con actores de la talla de Fernando Allende, Margarita Gralia, Ramón Gay, Cuco Sánchez, Germán Valdés “Tin Tan”, Manuel “El Loco” Valdés y Valentín Trujillo, por mencionar algunos.
Además de su carrera fílmica, Ana Luisa también participó en 17 telenovelas, siendo las más destacadas El pecado de Oyuki, Marimar, María Isabel y Contra viento y marea; además de dos participaciones en las series Mujeres Asesinas y El Mariachi, respectivamente. En teatro no tuvo una participación tan activa, pues se limitó a tres puestas en escena.
En 1975, la actriz ganó su primera Diosa de Plata como Mejor actriz, y no fue sino hasta 1996 que volverían a dársela, en esa ocasión por su Larga Trayectoria. En agostó de 2011, recibió por parte del Hipódromo de las Américas en conjunto con la ANDA, el galardón Homenaje a los Grandes del Espectáculo, en reconocimiento a su trayectoria artística.
“A mí edad uno aprecia mucho el cariño o cualquier festejo que le hagan, ya sea de nuestros compatriotas o gente del extranjero, uno lo agradece muchísimo”, aseguró a La Neta Neta en aquella ocasión, y destacó su agradecimiento por haberlo recibido en vida.
Actualmente, Ana Luis Peluffo, quien también desarrolló una fascinación por la pintura, se encuentra retirada de las cámaras y los reflectores, vive en su casa de Cuernavaca, donde se dedica a cuidar de su jardín.
Manuel “El Loco” Valdés
Conocido popularmente como “El Loco”, Fernando Manuel Alfonso Gómez de Valdés y Castillo, es un reconocido actor y comediante de la última etapa de Época de Oro del Cine Mexicano, además de pertenecer a una familia de grandes histriones: sus hermanos Germán Valdés “Tin Tan”, Ramón Valdés (Don Ramón en el programa “El Chavo del Ocho”) y Antonio Valdés Castillo, además de algunos de sus hijos que mantienen actividad artística, entre ellos, el cantante Cristian Castro, Pedro Valdés, exvocalista de la banda de heavy metal Consumatum Est y el actor Marcos Valdés.
Nacido en Ciudad Juárez, Chihuahua, el 29 de enero de 1931, Manuel “El Loco Valdés, comenzó su carrera en 1949, cuando participó de la cinta Calabacitas Tiernas; a la que siguieron ¡Ay amor, cómo me has puesto!, de 1951 y Apasionada, un año más tarde.
Destacado por su extrovertida personalidad con la que rompió con diferentes convencionalismos tanto del cine como de la televisión, debido a su característico humor y picardía, Valdés participó en 62 películas, algunas de esa época dorada del cine, aunque se le recuerda más en comedias ligeras producidas en la década de 1970 e igualmente hizo apariciones cintas del subbgénero de ficheras como Muñecas de medianoche y Las cariñosas, ambas de 1979.
En teatro también tuvo colaboraciones importantes como en Aeroplanos, al lado de Ignacio López Tarso; Don Juan Tenorio, con el fallecido Paco Stanley; y en Divas por siempre, con las vedettes Lyn May, Princesa Yamal y Wanda Seux.
Aunque su faceta más prolífica fue en la cinematografía nacional, a Manuel se le conoce más por ser la figura central de programas de comedia en la televisión abierta como El show del Loco Valdés, Variedades de medianoche y Operación Ja Ja, producción en la que conoció a Verónica Castro, madre de su hijo Cristian.
En 2015 participó en la producción de la cinta animada Selección Canina, dirigida por Nathan Sinfuentes y Carlos Pimentel, en la que realizó el dobale para el personaje “Lobo Perreda”, y hasta 2018 fue parte de la temporada de la puesta Aeroplanos.
A principios de 2020 celebró su cumpleaños 89 al lado de sus familiares y amigos, en dicho encuentro, su nieto Iván Valdés habló con los medios de comunicación para anunciar la producción de una serie biográfica del histrión, así como un documental, aunque destacó que eran proyectos diferentes.
Debido a la pandemia por coronavirus, “El Loco” se mantiene en total aislamiento pero con base en un acuerdo con sus hijos se mantiene en comunicación telefónica con ellos: “Nosotros lo que estamos haciendo, todos los hermanos, estamos en contacto vía telefónica con él y nos pide que nos mantengamos en casa. A veces contesta, a veces no puede porque está cansado”, indicó su hijo Marco al programa “De primera mano” a finales de mayo.
Titina Romay
María Cristina Rodríguez Maz, conocida simplemente como Titina Romay, literalmente nació como parte de la Época de Oro del Cine Mexicano, ya que su padre es el director de cine Joselito Rodríguez, quien ya era célebre por haber dirigido la cinta ¡Ay Jalisco, no te rajes!
Titina inició su carrera siendo apenas una niña en la película La pequeña madrecita de 1943, un drama de abnegación y sufrimiento extremo, protagonizada por Evita Muñez “Chachita”, sin embargo, no fue hasta 5 años después que Romay continuaría su carrera en cintas como Opio y Angelitos negros, la que se convirtió en su insignia, y que además le valió un Ariel a Mejor Actuación Infantil.
Aunque su filmografía apenas supera dos decenas de producciones, Titina Romay ganó popularidad por sus interpretaciones en cintas del subgénero de luchadores, al lado de Huracán Ramírez, además se destacó como cantante y participó tanto en la versión cinematográficas de Angelitos negros de su padre, en 1948, como en la telenovela de 1970; y su nueva versión cinematográfica también de 1970, en todas tuvo que ser caracterizada como una mujer de color.
Aunque ella reconoce que su fuerte siempre fue el cine, Romay también se destacó en televisión con apariciones en programas de corte infantil conocidos como teleteatros; así como en los legendarios Variedades de mediodía y Variedades de medianoche. Su paso por el teatro ocurrió de manera casi accidental con La Malquerida, cuando una de sus protagonistas enfermó y tuvo que reemplazarla, y aunque fue muy desafortunada la función, ya que a sus apenas 13 años interpretaba a una mujer de 40, a Titina le abrió un nuevo panorama que exploró brevemente con obras como Mamá nos quita los novios” y Lío de faldas.
A su retiro en 1973, Titina ha hecho pocas apariciones públicas, sin embargo, para 2012 fue invitada a participar en el programa Momentos de Telenovela, con el reportero Alejandro Galán, emisión en la que se reveló que la actriz vive retirada en su casa en San Luis Potosí, donde se dedica a la pintura, no de forma profesional, sino como una manera de canalizar su creatividad.
Anabel Gutiérrez
Matriarca de una familia de actrices, Anabel Gutiérrez Aicua, nacida en septiembre de 1932, es una actriz de cine y televisión, de las pocas leyendas vivas de la Época de Oro del Cine Mexicano, y que continuó en activo hasta mediados de la década del 2000.
Debutó como extra en las cintas El diablo no es tan diablo, de 1949 y La liga de las muchachas, de 1950; sin embargo, cobró notoriedad luego de protagonizar Deseada, de Roberto Gavaldón, cinta en la que compartió escena con Dolores del Río y Jorge Mistral. Ese mismo año se lleva el primer crédito en Azahares para tu boda, al lado de Marga López, Sara García y Joaquín Pardavé.
Aunque ya era conocida como protagonista, su consagración llegó al filmar al lado de Pedro Infante, la máxima figura de la masculinidad en el cine mexicano, la comedia Escuela de vagabundos, en la que también participaron Miroslava Stern, Óscar Pulido y Blanca Castejón.
Su filmografía cuenta con 35 producciones cinematográficas entre 1949 y 1999, aunque en 1960 se retiró del cine durante 17 años, y probó suerte en la televisión en series y telenovelas como Variedades de medianoche, México 1900 y Carcel de mujeres, no obstante, el personaje por el que sería recordada en la pantalla chica es el de “Doña Espotaverderona”, madre de “La Chimoltrufia” en el sketch “Los Caquitos” del programa Chespirito.
Aunque su última participación en el cine fue con La paloma de Marsella, de 1999, la actriz continuó vigente en la televisión con producciones como XHDRBZ, ¡Vivan los niños!, Mujer, casos de la vida real y finalmente Lola, érase una vez.
A sus 87 años, Anabel se encuentra alejada de la vida pública, sin embargo su nombre aún resuena en el mundo del entretenimiento mexicano, pues es madre de la actriz de televisión Amairani Romero; así como abuela de la también histrionisa Macarena García, quien actualmente se encuentra en el mejor momento de su incipiente carrera tras protagonizar la primera temporada de Control Z, serie original de Netflix.
Angélica María
Conocida como “la novia de la juventud” y posteriormente “la novia de México”, Angélica María Hartam Ortiz, es una actriz y cantante mexicana, nacida en Estados Unidos, que inició su carrera en la Época de Oro del Cine Mexicano, sin embargo, es más conocida como una de las figuras representativas de la primera época del Rock and Roll en México.
Su debut en el cine nacional se dio durante la Época de Oro del Cine Mexicano con la cinta Una mujer decente, de 1950 a la que siguieron Pecado y La hija de la otra, en el mismo año. Además de haber compartido escenas con actores de la talla de Pedro Infante, Arturo de Córdova y Enrique Guzmán entre 1950 y 1983, cuando hizo una pausa en lo que se refiere a películas.
Sesenta y tres películas conforman el legado cinematográfico de la actriz, quien también se desenvolvió como cantante y conductora de televisión, así como por haber participado en series como Tres generaciones, Mujer, casos de la vida real, La hora marcada, Mujeres asesinas, e incluso El chavo del 8.
Nominada a incontables premios por sus peles, Angélica María ostenta el premio Bravo como Extraordinaria Actriz y Cantante, otorgado en el marco de la celebración por sus 50 años de actividad artística en teatro, cine y televisión; así como un Premio Grammy Latino Honorario a la Excelencia Musical.
Para 2015, y luego de haber debutado en plataformas digitales de música, Angélica María grabó junto a su hija, la también actriz y cantante, Angélica Vale, el álbum Dinastía como homenaje a sus 65 años de trayectoria; mientras que su última aparición en el cine fue para la cinta La Fan, de 2017 producción en la que desempeñó el papel de “Valentina Gardiázabal”.
Actualmente la actriz de 75 años vive en Estados Unidos, desde donde se manifiesta con buena salud, pues cuando comenzó la contingencia sanitaria derivada por el coronavirus, se encontraba en México, por lo que su regreso a casa la tomó por sorpresa, aunque fue por motivos de seguridad.
Silvia Pinal
Silvia Verónica Pinal Hidalgo, conocida simplemente como Silvia Pinal, es considerada la última gran diva del Cine Mexicano de Oro, pues aunque muchas de sus contemporáneas continúan en activo, Silvia tuvo una proyección internacional que sólo ha sido comparada con la de María Félix.
Nacida en Gauymas, Sonora el 12 de septiembre de 1931, Pinal comenzó su carrera en el teatro en la Ciudad de México, en montajes como Las hijas de Cádiz” y Madama Buterfly, no obstante, su primer paso a la fama se dio gracias a que ganó el título de Princesa Estudiantil de México en un certamen de belleza, en cuya ceremonia de coronación conoció a los actores Rubén Rojo y Manolo Fábregas, con quienes inició una estrecha amistad.
Tras estudiar teatro en Bellas Artes y realizar algunos papeles en montajes menores, Silvia protagoniza la obra Un sueño de cristal”. Quince días después de su debut estelar, Pinal es invitada a participar brevemente en la cinta Bamba, de 1949, protagonizada por Carmen Montejo; a la que siguió El pecado de Laura, en el mismo año, producción en la que compartió créditos con Meche Barba.
Rápidamente, Silvia Pinal logró entrar de lleno en el universo cinematográfico mexicano, pues sus estudios de teatro le brindaron cierta versatilidad, por lo que exploró géneros como la comedia y el melodrama, lo que la llevó a protagonizar su primera cinta Reventa de esclavas, en 1953 en ese mismo año también hizo su primer trabajo de corte musical con Mis tres viudas alegres.
Su trabajo cinematográfico, belleza y popularidad en el cine nacional la llevaron a trabajar en Europa, específicamente en España e Italia, sin embargo, el verdadero reconocimiento internacional llegó al protagonizar tres cintas de Luis Buñuel, quien la consideraba su musa: Viridiana, de 1961; El ángel exterminador, un año después; y finalmente Simón del desierto, de 1965, todas consideradas como de culto en la actualidad.
Ochenta y seis películas conforman el legado de Silvia Pinal, sin embargo su trabajo se extendió además del teatro, a la conducción, series de televisión, telenovelas y se desempeñó como productora, siendo Mujer, casos de la vida real, su programa insignia, pues se produjo de manera ininterrumpida desde 1985 hasta 2008.
La actriz de 88 años se ha mantenido vigente a lo largo del tiempo, siendo la producción televisiva Juntos, el corazón nunca se equivoca, de 2019, el último proyecto en el que se involucró.
Respecto a su vida personal, Silvia Pinal se ha casado en cuatro ocasiones, primero con Rafael Banquells, posteriormente con Gustavo Alatriste, Enrique Guzmán y finalmente con Tulio Hernández. De esos matrimonios nació toda una dinastía de mujeres que se dedican al entretenimiento: la actriz Sylvia Pasquel, la cantante Alejandra Guzmán, y por su puesto sus nietas Stephanie Salas y Frida Sofía, así como su bisnieta Michelle Salas, primogénita del cantante Luis Miguel.
En 2020, en medio de la pandemia por coronavirus, Silvia Pinal tuvo que se intervenida de emergencia debido a una caída ocurrida en su casa, la cual le provocó una fractura en la cadera, de la que se recupera favorablemente en casa.
Ismael Pérez “Poncianito”
Ismael López Arce y Siu, nacido en la popular colonia Guerrero de la Ciudad de México el 9 de junio de 1941, es un actor infantil de la Época de Oro del Cine Mexicano, quien tuvo una carrera breve, pero que logró colocarlo en la memoria de los mexicanos como el entrañable “Poncianito”, personaje con el que debutó a los 5 años.
Fue en la emblemática cinta Río Escondido, protagonizada por María Félix y dirigida por Emilio “El Indio” Fernández, que “Poncianito”, apodo que conservó hasta el final de su carrera, inició su presencia en el cine. Fue tal su desempeño que posteriormente fue llamado para intervenir en otras cintas.
Maclovia, Víctimas del pecado, La bienamada, Siempre tuya y La rebelión de los colgados, son algunas de las cintas en las que participó, y en las que compartió créditos con actores de la talla de Columba Domínguez, Roberto Cañedo y Germán Valdés “Tin Tan”.
Aunque la mayor parte de su filmografía ocurrió durante los años dorados del cine mexicano, “Poncianito” fue llamado para trabajar en Hollywood, para la cinta Bullfighter and the lady, de 1951, protagonizada por el astro mexicano Gilbert Roland.
Su última cinta fue El camino de la vida de 1965, debido a que ya era considerado demasiado mayor para los papeles infantiles, por lo que se retiró del ambiente artístico, sin embargo en 2012 hizo una nueva aparición en la presentación de un libro biográfico de Germán Valdés “Tin Tan”, en la que relató anécdotas que compartió con el comediante.
Actualmente Ismael Pérez se encuentra retirado y atiende una cafetería propia en la Alcaldía de Iztapalapa, donde asegura que la gente lo aborda para preguntarle por su época de actor infantil, en la que fue nominado en tres ocasiones al Ariel.
“Homenajes he recibido pocos, pero son más los afectos y cariño del público que me reconocen en la calle y otros que llegar a mi cafetería para felicitarme y pedirme les hablé de mis historias”, dijo en una reciente entrevista con periódico de circulación nacional.
Todas las anteriores son estrellas que han grabado sus nombres en la historia de México con sus interpretaciones, pero más aún por ser el símbolo de la grandeza de una época dorada para la producción fílmica en el país.