La estudiante Anamely Ramos y el activista Luis Manuel Otero continúan desparecidos, luego de haber sido detenidos por la policía cubana, coincidieron los periodistas cubanos Abraham Jiménez y José Raúl Gallego.
La estudiante de la Universidad Iberoamericana de México, Anamely Ramos González, y el líder del Movimiento San Isidro, Luis Manuel Otero, aún se encuentran en calidad de desparecidos. Lo anterior, luego de haber sido arrestados nuevamente la madrugada de este viernes por la policía cubana, tras una primera detención y liberación junto con un grupo de artistas, activistas y periodistas que se encontraban en la casa de Otero en la calle de Damas, 955 en La Habana, sede del movimiento.
Así lo informó el periodista Abraham Jiménez Enoa, columnista de The Washington Post en español y Revista Gatopardo, durante una entrevista en Aristegui en Vivo. Relató que la noche del jueves, doce personas fueron trasladadas a sus casas donde permanecen en arresto domiciliario, después de que la policía cubana las desalojara de la sede del Movimiento San Isidro. En ese lugar, nueve personas realizaban una huelga de hambre -cuatro de ellas también de sed- para protestar por el juicio sumario al rapero Denis Solís y pedir su liberación.
Aristegui Noticias ha contactado con la embajada de Cuba en México, para solicitar una posición oficial sobre lo ocurrido, sin que hasta el momento exista un pronunciamiento público.
En el caso de la estudiante del doctorado en Antropología de la Universidad Iberoamericana, Anamely Ramos, y Luis Mariano Otero, rostro del Movimiento San Isidro, Jiménez señaló que todavía están en paradero desconocido, porque los habían liberado y volvieron a ser arrestados. “Hay mucha tensión alrededor de toda esta situación y un clima de inestabilidad. En los últimos meses se ha desatado en Cuba una represión que no se había visto en las últimas décadas, un poco por el auge de los medios independientes que han surgido y el empoderamiento de la sociedad civil que ha nacido con la llegada de Internet a la isla. Evidentemente el gobierno está muy molesto con esa realidad que está brotando y está saliendo a la luz pública”, comentó.
Explicó que el jueves a las ocho de la noche, la policía allanó la casa de Otero, detuvo a catorce personas y en las horas siguientes los regresó a sus casas en arresto domiciliario: “En la madrugada terminaron de liberar al último, que fue Luis Manuel Otero, pero a él no lo quisieron llevar de vuelta a su casa, que es la sede del Movimiento San Isidro, porque al parecer hicieron demasiados destrozos, allanaron completamente la vivienda. Lo llevaron a la casa de otro activista, él se negó a quedarse en una vivienda que no fuera la suya y por esa nueva protesta fue arrestado y hasta hoy no se sabe dónde está”.
Simultáneamente Anamely Ramos, quien conoció lo ocurrido con Luis Manuel Otero, “se negó a quedarse en su casa y quiso proseguir con la protesta; fue vuelta a apresar y estas son las horas que, desde las 3 o 4 de la madrugada, no se sabe nada, ni dónde están ni qué va a suceder con ellos”.
Comentó que, al parecer, el rapero Denis Solís se enteró de lo ocurrido y entró en huelga de hambre y sed dentro de la prisión: “Salió a la luz por familiares de Denis que éste se había enterado, porque está incomunicado; desde que lo apresaron no le han permitido llamar a su casa, no han permitido que ningún abogado acceda a él. Estaba totalmente incomunicado, pero al parecer pudo hablar con alguien y también entro en huelga de hambre y sed dentro de la prisión; de él no se sabe nada, no hay manera de tener noticias”. Apuntó que el resto del Movimiento San Isidro declaró su intención de continuar con la protesta hasta que Solís sea puesto en libertad.
“Lo que estamos viendo es un conflicto que no ha llegado a su fin y que está lejos de acabarse, porque el gobierno cubano ha dado todas las señales contrarias al diálogo, a sentarse a la mesa a escuchar a estos jóvenes artistas y al parecer no da su brazo a torcer”, aseveró.
De los catorce detenidos en el primer momento, no todos pertenecen al movimiento. Hubo un par de activistas opositores y activistas de la sociedad civil que se sumaron al acompañamiento, además del periodista Carlos Manuel Álvarez, quien fue uno de los primeros liberados.
Para Abraham Jiménez, “los cuerpos diplomáticos están sumamente preocupados por el auge y el aumento de la represión”. Aseguró que varios gobiernos como el checo y el holandés, así como la Unión Europea en su conjunto, se han pronunciado públicamente al respecto. “También, en un hecho inédito al menos en los últimos años, este incidente ha motivado que las comunidades de cubanos en el extranjero en varios países de Europa, también en América Latina, se pararan frente a las embajadas de Cuba a protestar con carteles, exigiendo la liberación de Denis Solís y protestando por el abuso policial de los últimos tiempos en Cuba”, puntualizó.
Por su parte, José Raúl Gallego Ramos, periodista y estudiante del Doctorado en Comunicación de la Universidad Iberoamericana, comentó que lo sucedido el jueves es el último episodio de “más de dos semanas constantes de hostigamientos, acosos y detenciones, que comenzaron cuando apresaron de manera arbitraria al rapero contestatario Denis Solís”.
Solís, quien es miembro del Movimiento San Isidro, “había sido apresado anteriormente por problemas políticos, por salir a la calle con un cartel. La policía cubana y los medios oficiales cubanos lo han presentado como un delincuente”.
Explicó que el origen de la reciente detención y condena en estos términos: “Lo que llevo a este problema fue que un policía entró el día 6 de noviembre -sin permiso y sin ningún tipo de documentación- a la casa de Denis Solís. Éste lo echó de la casa en un intercambio verbal fuerte, dónde Denis ofendió al policía, pero el policía estaba violando lo establecido en la ley cubana al entrar sin ningún tipo de permiso a su casa. Tres días después, Denis es apresado en la calle y durante tres días está desaparecido”.
Los miembros del movimiento presentaron un recurso de habeas corpus en los tribunales para que fuera presentado ante un juez. También preguntaron en las prisiones, sin que les dieran razón de su paradero. Fue el 12 de noviembre cuando se supo que Solís había sido detenido y que, “en poco más de 48 horas había sido juzgado sumariamente y había sido condenado a 8 meses por desacato”. A partir de ese momento el reclamo del Movimiento San Isidro es la liberación de Denis y un juicio justo para él, con derecho a un abogado y todas las garantías procesales.
“Estas personas decidieron reunirse frente a la estación de policía a leer poesía; durante tres días fueron detenidos constantemente y liberados en la noche en sus casas”, luego de ser interrogados por la Seguridad del Estado. Ante esta situación, el 16 de noviembre decidieron concentrarse en la sede del Movimiento San Isidro para leer poesía y exigir la liberación del rapero. Según Gallego, ese día la policía cubana rodeó el lugar “con un operativo policial desproporcionado”. La siguiente acción fue cortarles el suministro de alimentos.
El pasado 18 de noviembre, nueve personas se declararon en huelga de hambre, cuatro de ellos también en huelga de sed. “La seguridad del Estado cubano acudió a medios como lanzarles ácido por encima del techo, que cayó incluso en el depósito de agua de las viviendas. Al día siguiente enviaron a una persona que con un martillo destrozo la puerta y les lanzó botellas. Lo último que hicieron fue este operativo de anoche, con policías disfrazados de médicos utilizando el pretexto del coronavirus. Los sacaron a todos, destrozaron la puerta, los sacaron y los llevaron a unidades de policía, luego los liberaron”.
No obstante, aclaró que a esta liberación siguió la “vigilancia policial arbitraria”, como una forma de reprimir el disenso. “Es otra de las técnicas que usa la seguridad del Estado cubano, te ponen una patrulla fuera de la casa sin ninguna explicación, sin ninguna norma legal que lo respalde y te impiden salir de la casa. Si decides poner un pie fuera de la casa te arrestan y eso fue lo que hizo Anamely”.
Gallego coincide con Jiménez en señalar que durante los días que los activistas estuvieron en huelga de hambre, desde el 16 hasta la madrugada del 27, el gobierno cubano no buscó el diálogo. “Porque el gobierno cubano no dialoga con sus ciudadanos, con los ciudadanos que mantienen disenso, que se oponen. El gobierno cubano no dialoga, el gobierno cubano reprime y esto ha sido lo que ha pasado con estas personas”, mencionó.
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