SAN ANTONIO – Las actividades al aire libre
durante la pandemia de COVID-19 no son tan seguras como se creía, según un
estudio de la Universidad de Texas en San Antonio.
La investigación reveló que las condiciones del
viento pueden afectar la manera en la que la enfermedad se propaga, sugiriendo
que los vientos bajos pueden ayudar a que el virus se mantenga vivo por hasta
30 minutos y se pueda esparcir por hasta una milla.
Las condiciones ventosas, al contrario, no son
ideales para que las partículas de COVID-19 se propaguen, de acuerdo con el
estudio.
Tras los hallazgos, el informe también detalló
que las áreas al aire libre no están tan protegidas como se pensaba inicialmente,
pues la sana distancia de seis pies no ofrecería la seguridad adecuada para las
personas al estar expuestas a los elementos.
La investigación, publicada en Environmental Research, Science Direct, destacó la importancia del uso de mascarillas y equipos de protección personal a la hora de realizar actividades al aire libre para prevenir un contagio.
El estudio fue liderado por la doctora Kiran
Bhaganagar, profesora de ingeniería mecánica y coinvestigadora principal del
Centro de Mediciones Avandas en Eventos Extemos de la NASA en UTSA, en base a
los patrones meteorológicos registrados en la ciudad de Nueva York durante
marzo y abril de 2020.
Esta sería la primera investigación de su clase
para medir la propagación al aire libre del virus que causa la enfermedad de
COVID-19.
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