NUEVA YORK – La posibilidad de que las personas vacunadas con la pauta completa sean hospitalizadas al contraer COVID-19 se reduce en más de un 70% respecto a los no vacunados, según constató un amplio estudio publicado en The Lancet.
Los resultados difundidos por expertos a cargo de la investigación “Zoe COVID” también revelaron que aquellos que dan positivo después de ser vacunados con las dos dosis (infección post-vacunal) tienen casi el doble de probabilidades de ser completamente asintomáticos.
Asimismo, el estudio indicó que el riesgo de contraer COVID-19 de larga duración (cuando los síntomas persisten después de 28 días desde la infección) se reduce a la mitad entre los vacunados con la pauta completa.
Las personas más vulnerables ante una infección post-vacunal después de recibir una dosis son los “adultos mayores frágiles” (de más de 60 años), así como otros “adultos mayores” que tienen otras patologías, como obesidad o enfermedades cardíacas, renales y pulmonares.
En todos los grupos de edades, señaló la investigación, las personas que viven en zonas desfavorecidas, como entornos urbanos con alta densidad de población, tienen más posibilidades de padecer una infección después de haber sido vacunados.
“Estamos en un momento crítico de la pandemia, cuando hay un aumento de los casos en todo el mundo debido a la variante Delta. Las infecciones tras la vacuna son esperables y no invalidan el hecho de que estas vacunas están haciendo exactamente lo que fueron diseñadas para hacer: salvar vidas y prevenir una enfermedad grave”, explicó en un comunicado Claire Steves, del Kings College de Londres y coautora del estudio.
Los dos principales programas de bienestar social del gobierno estadounidense corren peligro debido a los cuantiosos desembolsos causados por la pandemia del coronavirus y por el retiro de la enorme generación de la posguerra.
La experta recordó que otras investigaciones han demostrado que la tasa de mortalidad para pacientes hospitalizados con COVID-19 han llegado a situarse en el 27%, si bien se puede “reducir ese número en gran medida” a través de las vacunas, “evitando que acaben en el hospital”.
“Nuestros hallazgos destacan el papel crucial que desempeñan las vacunas en los esfuerzos destinados a prevenir las infecciones por COVID-19, que aún deberían incluir otras medidas de protección personal como el uso de mascarillas, pruebas frecuentes y distanciamiento social”, agregó Steves.
Para este trabajo, los investigadores contaron con las respuestas de un cuestionario efectuado en el Reino Unido entre 1.2 millones de adultos entre los pasados meses de diciembre y julio.
Del total de sujetos que recibieron al menos una dosis de alguno de los preparados de Pfizer-BioNTech, Oxford-AstraZeneca o Moderna, menos del 0.5 % reportó una infección post-vacunal detectada más de 14 días después del primer pinchazo.
Entre los adultos que recibieron dos dosis, menos del 0.2 % padeció una infección después de siete días del segundo pinchazo.
Para los sujetos que padecieron una infección post-vacunal, la posibilidad de que la enfermedad fuese asintomática aumentó en un 63% tras recibir una dosis y en un 94% después de la segunda.
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