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Emilio de Justo, el colmo de la desdicha
Cuando Emilio de Justo se perfiló para matar al primero de la tarde, la plaza de Las Ventas guardó un sonoro silencio de expectación. El torero tenía en la mano el primer trofeo de un festejo que no pudo tener mejor comienzo. Soplaba una ligera brisa, la tarde soleada, ambientazo de gala en los poblados…