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Esperando las armas en el frente de Luch: “Ni mi comandante tiene una ametralladora decente”
Los seis primeros soldados en llegar al destacamento se toman un respiro apoyados en el muro. El primero se afloja los cordones de las botas, el segundo apura el cigarro y el tercero se limpia el sudor con un pañuelo tan negro como las cartucheras. Dos más, exhaustos, aparecen detrás cargando una aparatosa ametralladora y…