Estados Unidos acusó este martes a Rusia de incumplir los términos del Nuevo Tratado de Reducción de Armas Estratégicas (START) al negarse a permitir la presencia de inspectores en sus territorios y obstaculizar los esfuerzos de Washington para abordar dicha cuestión.
En un comunicado, un portavoz del Departamento de Estado dijo que “la negativa de Rusia” no solo impide a Washington “ejercer importantes derechos en virtud del tratado”, sino que también “amenaza la viabilidad del control de armas nucleares” entre ambas naciones.
El portavoz añadió que Rusia tenía un “camino claro” para volver al cumplimiento permitiendo las actividades de inspección, y que Washington sigue dispuesto a trabajar con Moscú para aplicar plenamente el tratado.
Washington y Moscú prorrogaron en 2021 el Tratado START por un plazo de cinco años, dotándose así ambas naciones de margen suficiente para entablar nuevas conversaciones sobre seguridad estratégica, según recoge la agencia Bloomberg.
En 2020 las inspecciones tuvieron que ser paralizadas por la pandemia de coronavirus. Sin embargo, desde agosto del año pasado, cuando se volvieron a dar las condiciones para retomar dicha actividad, Rusia se ha negado a reanudar dichas visitas, en parte, debido a las tensiones entre ambas potencias por la guerra en Ucrania.
En noviembre se tenía programada una reunión en Egipto entre los dos países para abordar la reanudación de las inspecciones. No obstante, Rusia las aplazó y ninguna de las partes ha fijado una nueva fecha para el encuentro.
El tratado busca limitar el despliegue de armas nucleares de alcance intercontinental por ambas partes, permitiendo comprobaciones frecuentes de los programas de cada país por parte del contrario.
El acuerdo permite a Washington y Moscú desplegar hasta 700 misiles balísticos intercontinentales y 1,550 cabezas nucleares en esos misiles.
Si se pone fin al acuerdo, o expira sin una renovación, los arsenales nucleares de las dos mayores potencias nucleares del mundo no tendrían ninguna limitación por primera vez desde la década de 1970, en plena Guerra Fría, pues ninguna de las partes podría controlar los arsenales del contrario.
La advertencia del Departamento de Estado se da en un momento en que las relaciones entre la Casa Blanca y el Kremlin pasan por sus horas más bajas en años debido a la guerra entre Rusia y Ucrania y el envío de armamento estadounidense a las Fuerzas Armadas ucranianas.
(Con información de Reuters y Europa Press)
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