Los patrocinadores estadounidenses que solicitan traer venezolanos a Estados Unidos bajo un nuevo programa están recibiendo aprobaciones en horas o pocos días, un ritmo vertiginoso que pronto podría llenar los espacios disponibles, según patrocinadores y defensores.
Algunos patrocinadores son familiares de venezolanos que viven en Estados Unidos y están ansiosos por huir de la crisis política y económica, pero otros, como la consultora de negocios del sur de la Florida María Antonietta Díaz, están dispuestos a ayudar a los extraños.
Díaz, una defensora venezolano-estadounidense que ha vivido en Estados Unidos por 25 años, se puso en contacto con venezolanos que buscaban patrocinio a través de las redes sociales. Desde que se lanzó el programa humanitario el 18 de octubre, ya recibió la aprobación para patrocinar a nueve venezolanos, seis de Maracaibo, en Venezuela, y tres que están en México en camino a Estados Unidos.
El programa no tiene requisitos de ingresos explícitos, pero Díaz y su esposo ganan 150,000 dólares al año, muy por encima de los aproximadamente 23,000 dólares que normalmente se requieren para patrocinar a alguien en Estados Unidos.
Alrededor de 7,000 venezolanos han recibido aprobación bajo el nuevo programa desde el lanzamiento del 18 de octubre, dijo a Reuters una fuente familiarizada con el asunto, que no informó de cuántos lo habían solicitado.
“Es claro que esta forma ordenada y limitada de vivir y trabajar en Estados Unidos está dando incentivos a los venezolanos para que no pongan su vida en manos de los contrabandistas“, agregó la fuente que pidió permanecer en el anonimato para compartir cifras internas.
La solicitud de Díaz para apadrinar a un venezolano en Cuernavaca fue aprobada en solo una hora, dijo. Presentó otro patrocinio a medianoche para dos mujeres que estaban en Ciudad de México y a las 7 de la mañana, cuando despertó, estaba aprobado. Otras organizaciones que siguen el programa también dijeron que las solicitudes se autorizan rápidamente.
“Es increíble”, agregó Díaz, calificándolo de “enorme progreso” en comparación con el ritmo normal del procesamiento de inmigración en Estados Unidos, que puede llevar años en algunos casos.
El presidente de Estados Unidos, Joe Biden, anunció el mes pasado un enfoque doble para disuadir los cruces fronterizos ilegales. Los venezolanos atrapados cruzando ilegalmente ahora son expulsados de regreso a México bajo una orden de la era de la pandemia conocida como Título 42, mientras que hasta 24,000 venezolanos podrán ingresar legalmente a través del programa si lo solicitan mientras están en el extranjero.
Biden ha tenido problemas con un número récord de migrantes en la frontera entre Estados Unidos y México durante su mandato, incluidos 187,000 venezolanos en lo que va de 2022. Los republicanos han aumentado sus críticas en su intento de tomar el control del Congreso de los Estados Unidos en las elecciones de noviembre.
El lunes, un video de Reuters mostró como una patrulla fronteriza disparó proyectiles contra migrantes venezolanos y centroamericanos que cruzaban el Río Grande durante una protesta que comenzó en el lado mexicano de la frontera.
Para Victoriana Loaiza, de 23 años, quien fue expulsada de Estados Unidos a México después de caminar durante más de un mes por Sudamérica y Centroamérica para llegar a la frontera, Díaz fue su salvavidas.
Loaiza administraba una tienda de accesorios en Maracaibo, pero dijo que sus ingresos mensuales de 180 dólares no eran suficientes para mantener a su hijo de 5 años, porque una canasta mensual de bienes cuesta alrededor de 375 dólares, según el Observatorio Venezolano de Finanzas.
Después de ser enviada de regreso a México, rápidamente encontró a Díaz a través de un amigo. La contactó el 18 de octubre, solicitó el programa y fue aprobada el 27 de octubre. Voló a Orlando el lunes, donde conoció a su novio, quien había llegado antes, pero que no pudo tener un patrocinio porque ya estaba solicitando asilo en Estados Unidos. Ella espera traer a su hijo una vez que esté instalada.
Los venezolanos aprobados a través del programa, que se basa en una iniciativa similar lanzada a principios de este año para los ucranianos que huyen de la invasión rusa, reciben permiso para residir en Estados Unidos hasta por dos años y pueden solicitar permisos de trabajo.
Loaiza dijo que el programa ofrece una alternativa más segura para los venezolanos que aventurarse a través del Tapón del Darién, una selva que separa a Colombia y Panamá por la que ella viajó a pie. “Evita que muchas personas arriesguen su vida”, dijo.
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