AstraZeneca, la vacuna anglosueca de Oxford que últimamente no se aleja de la polémica tras casos de un grave efecto secundario, suspensiones de su uso, y reportes inexactos de su eficacia, se pasará a llamar Vaxzevria en Europa, según dictó la Agencia Europea del Medicamento (EMA).
El preparado de la Universidad de Oxford no ha dejado de hacer titulares desde que se detectaron múltiples casos de trombos en personas a las que se les había inoculado en Europa. A raíz de esos reportes, países europeos llamaron a revisión por si había algún vínculo entre la vacuna y el efecto secundario; algunos hasta suspendieron temporalmente su administración.
Aunque el cambio de nombre parecía llegar de forma oportuna cuando Europa intenta retomar el uso de la vacuna, se supone que el cambio de nombre es un procedimiento habitual.
“El cambio de nombre a una marca permanente es un procedimiento habitual”, según reportó El Mundo, citando a la portavoz de la farmacéutica, Angela Fiorin, quién asegura el cambio estaba previsto hacía meses.
De acuerdo a Fiorin, el preparado de Pfizer y BioNTech también tiene un nombre diferente en la Unión Europea: Comiranty.
La fórmula de la farmacéutica Anglo-Sueca es una de las vacunas contra el coronavirus.
Hasta el momento, su uso no ha sido aprobado en EEUU.
Después de enfrentar críticas la semana pasada por un informe preliminar de su estudio en EEUU, AstraZeneca emitió datos actualizados del ensayo de fase tres para su vacuna el pasado miércoles, 24 de marzo. Se había primero reportado una eficacia más alta.
Según la compañía, su vacuna es 76% efectiva en la protección contra casos de virus sintomáticos. Un comunicado emitido unos días antes, el 22 de marzo, había reportado una tasa de eficacia sintomática del 79%.
En un comunicado, la compañía admitió que los resultados dados a conocer el lunes pasado eran un “análisis provisional” con datos de hasta el 17 de febrero, pero que “inmediatamente” contactarán con el Consejo de Monitoreo de Datos y Seguridad de EEUU (DSMB, por sus siglas en inglés), integrado por un panel de expertos independiente que asesora al gobierno federal, para darle cifras actualizadas.
El Ministerio de Sanidad canadiense dijo que hasta el momento no se han registrado casos de trombosis con trombocitopenia (disminución de la cantidad de plaquetas en la sangre) en el país, aunque ha recibido información de otros casos aparte de los producidos en Europa.
El DSMB expresó su preocupación por la información publicada por AstraZeneca, al considerar que podía usar datos obsoletos. En los resultados difundidos la empresa decía que su vacuna tiene una efectividad del 79% en la prevención de síntomas del COVID-19.
“Contactaremos inmediatamente con el DSMB para compartir nuestro análisis primario con los datos sobre eficacia más actualizados. Pretendemos sacar los resultados del análisis primario en 48 horas”, subraya la nota.
Antes de conocer esa opinión de sus científicos, la Casa Blanca describió como “alentador” el estudio sobre los ensayos clínicos de la vacuna de AstraZeneca, que indicaban que ese producto muestra un 79% de efectividad previniendo el COVID-19 sintomático y ofrece protección del 100% ante la enfermedad grave y la hospitalización.
En Europa, la EMA volvió a subrayar este miércoles que “no ha cambiado” su posición durante la investigación en marcha de los casos raros de tromboembolismos en pacientes que habían recibido la vacuna del COVID-19 de AstraZeneca, y mantiene que el beneficio “supera” el riesgo de este fármaco.
Es el primer estudio del gobierno sobre el funcionamiento de las vacunas más allá de los experimentos iniciales de las farmacéuticas.
La directora ejecutiva, Emer Cooke, explicó en una rueda de prensa que la EMA convocó el pasado lunes a un grupo de expertos independientes en una variedad de especialidades médicas, incluidos hematólogos, neurólogos y epidemiólogos, que discutieron “aspectos específicos” de los eventos de tromboembolismo detectados.
Sin embargo, estos expertos no han podido identificar factores de riesgo subyacentes del fármaco, mecanismos fisiológicos o datos concretos para caracterizar mejor los casos observados y el riesgo potencial de la vacuna en los casos “muy raros” de coagulación sanguínea inusual como los detectados ya en personas vacunadas con AstraZeneca.
Según la agencia, de momento, la revisión no ha identificado “ningún factor de riesgo específico, como la edad, el sexo o un historial médico previo de trastornos de coagulación para estos eventos muy raros” y tampoco “se ha probado un vínculo causal con la vacuna”, aunque esto “es posible” y por eso continúan con los análisis.
Por ahora, la EMA aún opina que los beneficios de la vacuna de AstraZeneca en la prevención del COVID-19, que tiene un riesgo asociado de hospitalización y muertes, “superan los riesgos de efectos secundarios” que pueda tener el fármaco, aseguró Cooke, que recordó que “las recomendaciones (de la EMA) se guían por la ciencia”.
La vacuna de Pfizer-BioNTech actualmente está aprobada para usar en menores de 16 años.
Las autoridades nacionales siguen notificando a la EMA cualquier caso sospechoso de coágulos sanguíneos inusuales para que el PRAC los pueda evaluar como parte de su investigación.
El comité de seguridad de Europa espera anunciar una recomendación actualizada sobre AstraZeneca durante su reunión plenaria de abril, entre el 6 y 9 de abril.
Esta semana, las autoridades alemanas suspendieran la vacunación con este fármaco en menores de 60 años, y Canadá frenó su uso en menores de 55 años como medida de “precaución”.
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