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Europa lidera el contaminante negocio de la exportación de coches usados a los países más pobres

Coches en una calle de Kinsasa (República Democrática del Congo).Anadolu Agency / Getty Images

La Unión Europea es un referente internacional en la imposición de límites de emisiones contaminantes y de dióxido de carbono al sector del automóvil. Los umbrales cada vez son más estrictos y buscan la descarbonización del transporte por carretera en la UE y mejorar la calidad del aire. Pero el proceso de renovación de la flota de coches europeos tiene una cara b: la exportación de los viejos automóviles hacia países con menos recursos. Un amplio informe del Programa de Naciones Unidas para el Medio Ambiente (Pnuma) sobre los problemas asociados a este mercado sitúa a la Unión Europea como el mayor exportador de vehículos ligeros de segunda mano del mundo. Este organismo de la ONU pide que se creen reglamentos internacionales para controlar este desregulado comercio.

La UE sacó entre 2015 y 2018 fuera de sus fronteras 7,6 millones de coches usados, según se desprende del informe. Los principales destinos fueron África occidental y el bloque de países de Europa oriental, el Cáucaso y Asia central. El trío de los grandes exportadores mundiales lo completan Japón y Estados Unidos. Los tres sumaron 14 millones de vehículos ligeros de segunda mano exportados en ese periodo. Al otro lado de esta cadena está África, que es el principal receptor (acumula el 40% de esos 14 millones) seguido de los países de Europa del este (24%), Asia (15%), Oriente Próximo (12%) y Latinoamérica (9%).

El organismo medioambiental de la ONU advierte de que la ausencia de acuerdos regionales o mundiales sobre el comercio y tránsito de coches de segunda mano está teniendo importantes consecuencias: se ha generado “un comercio mundial de vehículos usados obsoletos, envejecidos, inseguros y contaminantes”. “La mayoría de los vehículos exportados no podría circular por las carreteras en los países que los han exportado”, apunta Rob de Jong, responsable de Movilidad Sostenible del Pnuma.

El Gobierno de Países Bajos decidió realizar hace un par de años un análisis de sus exportaciones a través de los puertos de Róterdam y Ámsterdam. El estudio se centró en los ejercicios 2017 y 2018, en los que se exportaron 35.000 vehículos usados a África occidental desde esas dos ciudades. Marietta Harjono, una de las autoras del informe, señala que la mayoría de esos coches tenían entre 16 y 20 años. Además, se analizaron 160 automóviles y la mayoría tampoco tenía en regla la inspección técnica, por lo que no podrían circular por las carreteras holandesas.

Los 15 países miembros de la Comunidad Económica de Estados de África Occidental (Cedeao) acaban de acordar que a partir de 2021 impondrán unos requisitos mínimos comunes para la llegada de coches de segunda mano. El umbral fijado es la norma Euro 4, que fue aprobada en 2005 por la UE y establece límites máximos para las emisiones de varios contaminantes —la norma actual que rige para los coches nuevos en Europa es la Euro 6—. A partir del próximo año, en esos Estados africanos solo podrán entrar para su venta automóviles que se fabricaran bajo los estándares Euro 4 o superiores. Pero el informe realizado en Países Bajos concluye que “más del 80% de los vehículos” que salieron de los dos puertos holandeses en el periodo analizado “no se podrían exportar con las nuevas medidas que ha aprobado la Cedeao”. “Son Euro 3, 2, 1 e, incluso, 0”, apunta Harjono.

Regulación

El informe de la ONU no solo resalta los problemas de los países exportadores, también apunta hacia los importadores, que mayoritariamente no imponen restricciones duras a la entrada de coches de segunda mano. Los expertos del Pnuma han estudiado las legislaciones de 146 países y concluyen que dos tercios tienen políticas “débiles o muy débiles” sobre la entrada de vehículos usados. Por ejemplo, solo 18 Estados de los analizados han cerrado completamente sus fronteras a los coches de segunda mano. En 66 de los 146 limitan la edad de los automóviles importados, una restricción que va desde los tres a los 15 años.

África, de nuevo, aparece como el mercado regional más laxo. “Solo 10 países tienen una regulación buena o muy buena para la importación”, sostiene Jana Akumu, una de las autoras del informe del Pnuma. Dos ejemplos de buenas prácticas son Marruecos y Ghana, que ya han establecido la norma Euro 4 como límite para la entrada de coches.

El Pnuma propone en su informe que se aprueben reglamentos regionales o mundiales “armonizados” para controlar este comercio y que se vete la venta de los coches “inseguros, sucios y defectuosos”. “Las reglamentaciones deberían endurecerse gradualmente en la próxima década”, apunta la agencia medioambiental de la ONU. “Los vehículos usados de bajas emisiones y emisiones cero deben promoverse como una forma asequible para que los países de ingresos medios y bajos accedan a tecnologías avanzadas”, añade.

“Los países europeos tienen que trabajar conjuntamente con los países africanos”, resume Harjono. El ministro de Medio Ambiente de Países Bajos, Stientje Van Veldhoven, ha admitido este lunes a través de un comunicado que el informe muestra que es necesario “tomar medidas urgentes para mejorar la calidad de los vehículos usados exportados desde Europa”. Pero sostiene que las acciones deben abordarse de forma coordinada en la UE. De todos los países de la Unión, Alemania es el principal exportador de este tipo de vehículos usados, con casi la mitad de toda la cuota europea en el periodo 2015-2018.

Las proyecciones apuntan a que el número de vehículos ligeros en el mundo se habrá doblado en 2050. Y cerca del 90% de ese incremento se dará en los países considerados en desarrollo, los que no forman parte de la OCDE y que son los grandes importadores de coches de segunda mano. Por eso, el Pnuma afirma que “limpiar la flota mundial” de automóviles es una prioridad “para cumplir los objetivos mundiales y locales de calidad del aire y cambio climático”. “La contaminación del aire causa cada año siete millones de muertes en el mundo”, remacha como advertencia De Jong.

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