Evo Morales llega a México como asilado político

El expresidente boliviano, Evo Morales, pisa suelo mexicano. En vídeo, vuelva a ver la llegada del exmandatario (en el minuto 29:00 Morales desciende del avión). FOTO: Mónica González VIDEO: Reuters

Evo Morales ya está en México. El expresidente boliviano ha aterrizado pasadas las 11 de la mañana de este martes en el aeropuerto internacional de la capital mexicana, después de un viaje que ha supuesto una odisea diplomática para el Gobierno de Andrés Manuel López Obrador, que el lunes otorgó el asilo político al líder boliviano por razones humanitarias. Junto a él, han llegado a México, el que fuera su vicepresidente, Álvaro García Linera, y su ministra de Salud y expresidenta del Congreso, Gabriela Montaño.

“Estamos muy agradecidos porque el presidente de México y el pueblo boliviano me salvaron la vida”, aseguró Morales nada más pisar suelo mexicano. Tras ser recibido por el canciller, Marcelo Ebrard, el expresidente boliviano denunció la actitud de la oposición y de los policías y militares que, a su juicio, perpetraron un golpe de Estado: “Quemaron tribunales electorales, quemaron las casas de nuestras autoridades, saquearon la casa de mi hermana, saquearon mi casa en Cochabamba, con políticas de amedrentamiento quisieron denunciar a dos de nuestros alcaldes, al gobernador de Potosí…”, enumeró, antes de incidir en los motivos de su renuncia: “Para que no haya más desangres, más enfrentamientos, hemos decidido renunciar”.

Morales denunció que el golpe de Estado se inició tras los resultados de las elecciones del 20 de octubre. Un controvertido recuento, entre acusaciones de fraude, dio la victoria al líder indígena en primera vuelta, por lo que renovaba de nuevo su mandato. La oposición no reconoció esos resultados y las protestas se intensificaron. “En la última etapa se sumó la policía nacional”, ha criticado para después asegurar que un miembro del equipo de la seguridad del Ejército lo extorsionó: “Pidió que me entregaran a cambio de 50.000 dólares”, ha señalado un Morales visiblemente derrotado. En el hangar donde lo esperaban los medios de comunicación, junto a una tarima montada para la ocasión, también se habían agrupado algunos seguidores que animaron al expresidente con gritos de “Bienvenido, Evo”.

“Pensé que habíamos terminado con la opresión, con la discriminación, con la humillación, pero surgen otros grupos que no respetan la vida, menos la patria”, ha lamentado Morales, quien como ha insistido en los últimos días, achacó todas las protestas a que él es “indígena”. A su llegada a México, el expresidente boliviano se mostró agotado también físicamente. Llevaba la misma ropa con la que se le vio el pasado domingo, un polo azul y un pantalón negro manchado de tierra, los ojos cansados y el cabello despeinado. “Si de algo he pecado es de haber implementado programas sociales para los más humildes, nuestro delito o pecado es que ideológicamente somos antimperialistas”. Morales saludó con el puño en alto, pero habló sin el ímpetu discursivo que lo caracteriza, y se retiró a las oficinas migratorias para realizar su trámite de ingreso, informa José Pablo Criales desde el aeropuerto de Ciudad de México.


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El recorrido de Evo Morales hasta Ciudad de México. EL PAÍS

Morales salió de Bolivia a última hora de la tarde del lunes desde la base de Chimoré, una pequeña localidad del departamento de Cochabamba, en un avión de la fuerza aérea mexicana. La gestión para lograr que el exmandatario boliviano abandonase el país duró casi todo el día, no estuvo exenta de inconvenientes e implicó a varios Gobiernos sudamericanos. En un principio estaba prevista una escala en Lima, pero el avión se tuvo que desviar a Paraguay para realizar una parada técnica de unas cuatro horas. Finalmente, después de atravesar un laberinto entre espacios aéreos y aguas internacionales, ingresó en el país por el Estado mexicano de Oaxaca, desde donde se dirigió a Ciudad de México. A primera hora de la mañana del martes ya lo esperaba en el aeropuerto de la capital mexicana un importante grupo de periodistas. 

“Hermanas y hermanos, parto rumbo a México, agradecido por el desprendimiento del Gobierno de ese pueblo hermano que nos brindó asilo para cuidar nuestra vida”, tuiteó el líder boliviano antes de subirse al avión. “Me duele abandonar el país por razones políticas, pero siempre estaré pendiente. Pronto volveré con más fuerza y energía”, añadió en la red social.

Poco después, Ebrard publicó una foto de Morales en el interior de la aeronave, cubierto por una bandera mexicana: “Ya despegó el avión de la Fuerza Aérea Mexicana con Evo Morales a bordo. De acuerdo a las convenciones internacionales vigentes está bajo la protección de México. Su vida e integridad están a salvo”, destacó el canciller mexicano.

Ebrard celebró la llegada de Morales a México y aseguró que era “un día de alegría” porque el ofrecimiento de asilo había sido “efectivo”. La decisión del Gobierno mexicano, según dijo el lunes el canciller, se dio “en virtud de la situación de urgencia” que enfrentaba en Bolivia, “en donde la vida [de Evo Morales] y su integridad” corrían peligro. Desde su renuncia, Morales se resguardó en el Chapare, la zona cocalera del centro del país, uno de sus principales bastiones, donde gestó su carrera como líder sindical.

En las gestiones para trasladar a Evo Morales a México también participó el presidente electo de Argentina, Alberto Fernández, quien durante la presentación de un libro en Buenos Aires agradeció al mandatario peruano, Martín Vizcarra, su colaboración, informa Federico Rivas: “Mi gratitud al presidente de Perú, porque él habilitó el espacio aéreo peruano para que pueda llegar un avión de México para buscar a Evo”, dijo Fernández. “Se movió diplomáticamente para facilitar la llegada de ese avión. Aún estamos esperando que llegue y espero que llegue pronto. Gracias al presidente Vizcarra. Perú es otro país que muchas veces abrió las puertas a los necesitados y perseguidos de América Latina”, añadió.




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