Exhumados 27 cuerpos sin nombre del conflicto armado en Colombia

Una tumba con nombre en el Cementerio de La Dorada (Caldas), donde se han recuperado 27 cuerpos sin identificación.
Una tumba con nombre en el Cementerio de La Dorada (Caldas), donde se han recuperado 27 cuerpos sin identificación.Unidad para la Búsqueda de Personas Desaparecidas

Bajo una temperatura que supera los 35 grados y sin brisa, un grupo de antropólogos forenses revisa 200 bolsas y contenedores en el cementerio de La Dorada, un municipio colombiano a orillas del río Magdalena, 200 kilómetros al noroeste de Bogotá. Las abren, extienden los cadáveres, buscan detalles, orificios, huellas de violencia, cotejan datos y toman muestras de pobladores. En esa labor, que es apenas el inicio de un trabajo de meses, está la esperanza de miles de familias que buscan a sus desaparecidos en el conflicto armado.

Solo en uno de los puntos de este cementerio, la Unidad para la Búsqueda de Personas Desaparecidas (UBPD), que adelanta el trabajo de identificación, tiene información de al menos 180 cadáveres sin nombre, de los cuales 172 habrían muerto de forma violenta. Pero es solo un rincón de la búsqueda: de acuerdo con su diagnóstico, hay otros 48 puntos de interés en el camposanto. Es decir, otros lugares donde creen que hay uno o más cuerpos.

La dimensión de la desaparición forzada en Colombia es monumental. De acuerdo con cálculos del Centro de Memoria Histórica, un organismo público, hubo entre 80.000 y 100.000 desaparecidos, aunque el Instituto de Medicina Legal estima que todavía hay 200.000 cuerpos sin identificar. Son víctimas de la guerrilla, de los paramilitares, de las Fuerzas Armadas; e incluso excombatientes de algunos de esos grupos ilegales que fueron sepultados sin nombre. “La gran deuda es determinar quiénes son los desaparecidos en Colombia”, ha dicho Luz Marina Monzón, directora de la UBPD, sobre este que es considerado el mayor reto que tiene Colombia en el largo plazo.

Búsqueda en los cementerios

Los cementerios y los ríos se convirtieron durante muchos años en fosas comunes. Recientemente, el exparamilitar Salvatore Mancuso le confesó a Martha Cecilia Domicó que a su padre, el líder indígena Kimy Pernía Domicó, lo habían lanzado al río Sinú, en el departamento de Córdoba; en Dabeiba, Antioquia, se han recuperado 54 posibles víctimas de asesinato por parte del Ejército sepultadas en el camposanto; y en los municipios del Magdalena Medio, organizaciones de víctimas han pedido que se priorice la búsqueda de sus familiares en los cementerios.

Más información

La Dorada es uno de esos municipios ribereños donde el conflicto armado arreció con fuerza. Según la Unidad para la Búsqueda de los Desaparecidos, de los 172 cadáveres sin nombre que están analizando esta semana, al menos 22 fueron recuperados de los ríos. Víctimas que eran lanzadas a ellos y que alguien rescataba y sepultaba como NN. Los cuerpos que analizan en esta exhumación corresponden a personas asesinadas entre 1998 y 2014, los momentos más cruentos de la guerra en este poblado de 98.000 habitantes.

Surgida de los acuerdos de paz con la extinta guerrilla de las FARC, la Unidad hace parte del rebautizado Sistema Integral para la Paz, en conjunto con la Comisión de la Verdad y la Jurisdicción Especial para la Paz (JEP). Ante esas instancias ha llegado información sobre miles de hechos violentos. En otros casos, excombatientes de la guerrilla, los paramilitares y soldados del Ejército están dando información que podría ayudar a ubicar desaparecidos. “El mayor obstáculo es la información”, ha dicho Monzón, sobre la labor que tienen al cruzar y verificar información para no generar expectativas en los familiares. La otra dificultad es que, en casos como el del cementerio de La Dorada, los cuerpos no identificados han sido cambiados de lugar en múltiples ocasiones o exhumados sin orden judicial.

En agosto de 2020 el Movimiento Nacional de Víctimas de Crímenes de Estado (Movice) pidió al tribunal de paz proteger algunos lugares y cementerios en todo el país donde creen puede haber desaparecidos. Así comenzó la búsqueda en Samaná, Victoria y Norcasia, otros poblados caldenses del Magdalena Medio. Solo en el cementerio de Samaná recuperaron 24 cadáveres y lograron confirmar la identidad de siete de ellos. Después de ocho meses de trabajo han hallado las potenciales familias de algunos, pero aún falta hacer el cotejo genético para tener certezas.

Mientras en La Dorada, donde el trabajo de exhumación se extiende hasta el lunes, se han recuperado 27 cuerpos que podrían corresponder a personas desaparecidas del conflicto. Solo en ese municipio hay 537 familias que buscan a sus parientes. “Una vez los cuerpos sean recuperados y analizados preliminarmente por el equipo forense, serán entregados al Instituto Nacional de Medicina Legal, donde se procurará agilizar la identificación y entrega a sus familias”, explicó la directora de la UBPD.

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