La tarde del lunes 4 de marzo, Miguel Hernández visitaba su potrero en la localidad de El Tamarindo, municipio de Rosamorada, Nayarit; iba a revisar su cultivo de tabaco, como lo hacía diariamente, pero esa fue la última vez.
El hombre fue encontrado sin vida, en el predio Los Cerritos, horas más tarde, con dos disparos.
Su cuerpo estaba a 400 metros de donde las autoridades hallaron el cadáver calcinado del oficial Luis Antonio Medina, elemento de la Secretaría de Movilidad del gobierno de Nayarit.
Por este caso, la Fiscalía General del Estado de Nayarit (FGE) emitió una ficha de búsqueda y un comunicado anunciando que el oficial estaba desaparecido, luego otro para confirmar su localización y su identidad.
Imagen: Rocío Aguayo
De Miguel Hernández no dio detalles, ni lo mencionó en sus boletines del martes y miércoles, aunque también lo encontraron elementos de la Policía Estatal, de la Fiscalía estatal, así como de la Policía Municipal de Rosamorada.
Se presume que presenció el momento en el que asesinaron y calcinaron al policía de Semovi, por lo que para silenciarlo, los criminales le quitaron la vida, reportaron otros testigos.
Entre sus cosas hallaron su credencial para votar y por eso dieron con su identidad en el momento, pero no valió para comunicarlo y la atención se centró en el proceso forense que tendría el servidor público.
Rocío Aguayo, quien se identificó como hija de Miguel, ha utilizado sus redes sociales para compartir su indignación por el asesinato de su padre y la injusticia que advierte en la postura de las autoridades al desaparecerlo de los informes oficiales y por la inseguridad que se lo arrebató.
“No acepto la muerte de mi padre. Fue tan injusta. Él trabajaba en su potrero y desgraciadamente le tocó ver cuando esas personas quemaban a una persona, ya que era su camino de diario porque cuidaba su tabaco y para no dejar evidencia prefirieron matarlo (…) ”
El asesinato de Miguel trascendió en la comunidad que mostró consternación, porque la vida de la familia Hernández Aguayo cambió de un momento a otro.
Foto: Rocío Aguayo
Se ofrecieron condolencias de distintos sectores, comerciantes, tabacaleros, agricultores, amigos y familiares que extrañarán a Miguel y tendrán que reponerse para exigir justicia y visibilidad.
“Él tenía una vidaaa, sus nietas, su esposa sus hijos; esas personas no pensaron en nada, así sin pensarlo lo mataron, sin piedad, no hicieron caso si mi papi suplicó. Yo pidooo JUSTICIA en memoria de él, es insoportable buscarlo en mi casa y que no esté, ver su cuerpo que no se mueve, ver a mi madre solaaa…maldita gente no dieron piedad. “, escribió Rocío, aunque en sus letras buscaba hacer notar un grito y reclamo.
La violencia armada en Nayarit se ha hecho notar en la zona norte y serrana, principalmente en Huajicori, donde se reporta desplazamiento forzado de personas a manos de grupos criminales enfrentamientos, ocupación militar y de otras fuerzas de seguridad.
Imagen: FGE Nayarit
También, la aparición de cuerpos mutilados, robos, homicidios y otros, aunados a las desapariciones involuntarias y reclutamiento forzado, de los que las autoridades solo reflejan la postura institucional, la imposición de operativos, decomisos y otros trabajos institucionales.
Pero hasta el momento no hay estimaciones sobre el número de víctimas colaterales de los diferentes delitos, como la movilidad interna.
“Él todos los dias me marcaba para despertarme, ahora yo lo quiero despertar y no obedece…”, se despidió Rocío de don Miguel, quien es velado en la colonia Talpita, en el municipio de Ruiz.
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