El 26 de marzo de 2020 Francisco Javier La Fuente de la Rosa viajaba a bordo de su camioneta por la colonia México de Nuevo Laredo, Tamaulipas, cuando elementos de la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena) le dispararon.
Las balas impactaron un brazo y una pierna causando heridas de gravedad, por lo que murió camino al hospital. Tenía 27 años el día de su muerte, y había salido a comprar alimentos a un centro comercial.
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Han pasado 13 meses desde su muerte y sus familiares piden justicia al presidente Andrés Manuel López Obrador.
Su madre, Silvia Verónica de la Rosa, afirma que era un buen muchacho, y recuerda que, con mucho sacrificio logró terminar la licenciatura en Comercio Exterior por la Universidad Autónoma de Tamaulipas.
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“Exijo justicia, los militares deben pagar, era una buena persona. Mi hijo era el mejor de las personas. Era una persona amigable, que siempre estaba para dar la mano”, denuncia la madre en un video realizado por el Comité de Derechos Humanos de Nuevo Laredo (CDHNL).
Los familiares denuncian que, en lugar de llevarlo a una clínica privada, ubicada a cinco cuadras del lugar de la agresión, fue trasladado al Hospital General de Nuevo Laredo, donde llegó sin vida.
“El no merecía morir de esa manera, menos en este lugar, en la calle”, recalcó Silvia.
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CDHNL afirma que sus agresores le robaron sus pertenencias y, para intentar evadir su responsabilidad, le sembraron cartuchos de arma larga.
“¡Escúcheme, señor presidente!, no quiero ser de las madres que piden y piden justicia y no son escuchadas”.
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