Trabajadores del Tren Maya en Quintana Roo exigen equipo e insumos de protección ante riegos sanitarios por picaduras de animales en las zonas de trabajo, ante un posible brote de Leishmaniasis o “úlcera del chiclero” por la picadura de mosca o incluso por ataques de víboras.
La semana pasada, un grupo de trabajadores acudió en Chetumal a las oficinas de la Secretaría del Trabajo y Previsión Social (STyPS) para interponer una queja en contra de la Secretaría de la Defensa Nacional (SEDENA) -administradora de la obra-, para establecer sus reclamos.
Manuel Orlando Ku, vocero de los inconformes, entrevistado por medios locales, refirió incluso de regularidades en horario y pago.
“Nos mandan a nosotros a trabajar sin ninguna protección, habiendo víboras y nuestro salario es menor al que reciben los trabajadores de otros tramos. Nos están dando un sueldo de tres mil pesos a la semana y entramos de 7:00 de la mañana hasta 5:00 de la tarde”.
De no ser atendidas sus demandas realizarán paros laborales, dijo el trabajador afectado.
Aunado a esto, un posible brote de Leishmaniasis mantiene en alerta a trabajadores, principalmente a quienes no son oriundos de esa región.
A pesar de que no es una enfermedad nueva para los lugareños, la intervención con las obras en la zona selvática, promueve el riesgo de las picaduras de “la mosca chiclera”.
Ante ello, el secretario de salud de Quintana Roo (SeSa) Flavio Carlos Rosado, afirmó que durante 2022 se presentaron 385 casos, y en lo que va del 2023 se confirmaron 31 casos.
En un video comunicado pidió a las personas utilizar repelente de insectos cada dos horas y atender cualquier signo o síntoma relacionado; informó que se dieron en el estado más de 7 mil dosis del tratamiento, Glucantime, para atender a los pacientes.
La Leishmaniasis tiene un período de incubación de 2 a 3 meses, y los efectos discapacitantes de contraer esta enfermedad son altos, y se contagia solamente a partir de la picadura del insecto y no es transmisible entre personas, causa llagas en la piel que pueden convertirse en úlceras, además provoca fiebre, dificultad para respirar, inflamación del hígado entre otras cosas.
A un lado los conflictos , ese tipo de riesgos sanitarios podrían comprometer la actividad de construcción del tren Maya y del aeropuerto de Tulum, ya que los trabajadores solicitan permisos mientras se encuentran en recuperación.
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