Cada mañana Patrick Bateman emprende religiosamente la misma rutina. Todo comienza con una tabla de mil abdominales que ejecuta sin pestañear. Sobre los ojos, un antifaz de hielo para descongestionar las ojeras y bolsas matutinas. A continuación, una meticulosa ceremonia bajo la ducha en la que cada gesto persigue mantener la juventud inalterable de su rostro. “Creo en el cuidado de mí mismo”, proclama Bateman durante la narración del paso a paso.
El protagonista de la novela American Psycho (1991) revela la plenitud de su belleza en un relato inédito del disfrute masculino por conseguirlo. Exfoliadores, máscaras de hierbas, geles para el contorno de los ojos… se agolpan en el tocador de este joven yuppie de American Gardens, en la antesala de ese término metrosexual que se acuñaría más tarde. Entre las baldas saturadas de cremas y lociones, brilla un objeto por encima de todos: el frasco de cristal y las gotas ocre de Pour Homme de Yves Saint Laurent. ¿Casualidad? Nada lo es en la milimétrica vida de Bateman.
Tres décadas más tarde y dejando a un lado ese oscuro secreto que ya augura el rótulo de la novela, este verano reivindicamos ese deleite que experimenta el personaje de Bret Easton Ellis al comienzo del día. Y lo hacemos de la mano de L’Homme de Yves Saint Laurent, una línea de perfumes icono para la nueva masculinidad desde su creación en 2006. La enigmática fragancia creada por los perfumistas Anne Flipo, Pierre Wargnye y Dominique Ropion simboliza ese equilibrio perfecto entre la masculinidad y el refinamiento, entre lo indómito y lo delicado, poniendo fin a obsoletas contradicciones que vivimos en el presente.
Para este 2020, la casa francesa ha ideado una fórmula explosiva de ingredientes olfativos en la versión L’Homme Le Parfum. En esta pócima moderna diluye la frescura del limón Primofiori con el refinamiento del cardamomo y el ozono. En medio, el magnetismo de la albahaca y las hojas de violeta se fusionan con la acidez del geranio. Y como fondo, el toque seductor y ultra masculino de la madera de cedro, el vetiver, la cachemira y el ambroxán.
Una bomba aromática con la que parar en seco y deleitarse en cada una de sus notas. Cuando cae el sol, el misterio también aflora en nuestra piel al pulsar unas gotas de La Nuit de L’Homme Le Parfum de Yves Saint Laurent. Más intensa y envolvente, por ella fluyen notas orientales como el pachulí y la dulzura del anís estrellado haciéndola irresistible a todos los sentidos.
Al igual que su predecesora en la era de Bateman, sentimos decir que los aromas de L’Homme no son aptos para todos los públicos. El hombre que ejemplifica sus aromas es un fiel reflejo de su frasco, esculpido en robusto cristal y diferentes colores. El tapón hexagonal de facetas refinadas reconocible en toda la gama L’Homme, corona este intenso jugo que evoca el poderoso mensaje de su portador. Carismático, audaz y elegante. Uno de esos tipos que dejan su presencia latente unos segundos después de haberse marchado.
Ese gesto de un hombre contemporáneo que disfruta de una rutina de belleza sin prisas y prolongada en cada momento, como rociarse cada mañana con su fragancia favorita. Es casi un ritual. Esparce unas gotas sobre los puntos estratégicos de la piel. Cierra los ojos y deja que el perfume se calme en cada poro. Es el aroma del éxito. El de un día glorioso.
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