Las posibilidades de un cambio sustancial en el sistema de inmigración en Estados Unidos son escasas y, encarado con un Congreso dividido no puede esperarse que el proyectado presidente electo, Joe Biden, dé al asunto la prioridad que le ha otorgado Donald Trump, advirtieron este lunes expertos.
El gobierno del presidente Trump ha restringido el otorgamiento de asilo, separado a miles de menores de edad de sus familias migrantes indocumentadas, y decretado la posible negación de visas de residente legal a extranjeros que, a criterio de los funcionarios de inmigración, puedan recurrir a programas de asistencia pública.
Algunas de estas medidas que se aplican bajo decretos, explicó Sarah Pierce, analista del Instituto de Política Migratoria (MPI), pueden darse por terminadas por el mismo vehículo, como las vedas de viajes ordenadas por Trump en 2017 para residentes de ciertos países o modificaciones en la Acción Diferida (DACA) que abrirían ese amparo migratorio a otros 400,000 extranjeros.
Una primera decisión de Biden podría dar por terminado el llamado Protocolo de Protección de Migrantes (MPP), por el cual Estados Unidos ha enviado a México y Centroamérica a unas 60,000 personas que llegaron a la frontera pidiendo asilo y ahora aguardan el trámite de sus pedidos, dijo Doris Meissner, exdirectora del entonces llamado Servicio de Inmigración y Naturalización.
“Pero no se puede abrir las puertas de par en par”, agregó. “Esto debería hacerse de una manera ordenada. Hay problemas logísticos y debe considerarse qué ocurrirá después”, dijo.
“La orden de emergencia por la cual, desde marzo, las autoridades en la frontera pueden usar los criterios de los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC) para rechazar de forma expedita a los migrantes que puedan tener síntomas de COVID-19 es otro caso de una medida por decreto”, dijo Meissner.
“El futuro gobierno de Biden no ha indicado qué hará con este decreto”, agregó. “Y debe haber cautela. Será enero, las condiciones de la pandemia continuarán y es posible que haya que mantener la orden de los CDC por un tiempo”, opinó.
Musaffar Chishti, otro analista de MPI, reseñó las numerosas oportunidades a lo largo de las últimas tres décadas cuando hubo expectativas de una reforma integral del sistema de inmigración de Estados Unidos y que, tanto con presidentes demócratas como republicanos, fallaron por la división partidista en el Congreso.
“Con un Congreso, otra vez, dividido y polarizado, las perspectivas de algo sustancial son muy pocas”, añadió.
“Biden ha prometido dar por terminadas muchas políticas de Trump”, recordó Jessica Bolter, otra analista de MPI. “Un ejemplo es la construcción del muro en la frontera, para la cual Trump ha pedido 15,000 millones de dólares. Después que el Congreso no le asignó ese dinero uno de los aspectos más controvertidos fue la declaración, por parte de Trump, de una emergencia y la transferencia de fondos del Departamento de Defensa, en 2019, para la obra”, indicó.
“Una de las acciones más fáciles (para Biden) sería el poner fin a la declaración de emergencia, pero entonces queda por decidir qué se hará con los fondos que ya se transfirieron pero no se han usado todavía”, dijo.
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