KIEV, Ucrania — El ejército ruso lanzó este lunes por la mañana un aluvión de misiles contra ciudades ucranianas, incluida la capital, Kiev, y golpeó objetivos civiles, horas después de que el presidente de Rusia, Vladimir Putin, describiera el ataque al puente Kerch de Crimea como un acto terrorista planeado por los servicios especiales ucranianos.
Al menos ocho personas murieron y 24 resultaron heridas en apenas uno de los ataques en Kiev, según los datos preliminares, indicó Rostyslav Smirnov, asesor del Ministerio ucraniano del Interior.
Se reportaron explosiones en el distrito céntrico de Shevchenko, una gran zona que incluye el casco histórico y varias oficinas del gobierno, indicó el alcalde de la ciudad, Vitali Klitschko.
La parlamentaria ucraniana Lesia Vasylenko compartió una foto en Twitter que mostraba al menos una explosión cerca del edificio principal de la Universidad Nacional de Kiev, en el centro de la ciudad.
Tras los primeros ataques de la mañana en Kiev se escucharon más explosiones fuertes, en una intensificación de los ataques rusos que podía iniciar una gran escalada en la guerra.
En otros lugares, Rusia atacó zonas civiles e infraestructura de energía mientras las sirenas antiaéreas sonaban en todas las regiones de ucrania salvo Crimea, anexionada por Rusia, durante cuatro horas seguidas.
Periodistas de Associated Press vieron los cuerpos de varias personas muertas en un recinto industrial a las afueras de la ciudad de Dnipró. Las ventanas de la zona estaban reventadas y los cristales cubrían la calle.
Medios ucranianos reportaron explosiones en otros lugares, incluida la ciudad occidental de Leópolis, que ha sido un refugio para muchas personas que huían de los combates en el este, así como Ternópil, Jmelnitski, Zhitómir y Kropivnitski.
Járkiv fue atacada en tres ocasiones, indicó el alcalde, Ihor Terekhov. Los ataques cortaron los suministros de electricidad y agua. También hubo daños en infraestructura energética en Leópolis, según el gobernador regional, Maksym Kozytskyi.
Los ataques ocurrieron unas pocas horas antes de que el presidente de Rusia, Vladimir Putin, celebrase una reunión con su consejo de seguridad. La guerra en Ucrania está cerca de cumplir ocho meses y el Kremlin ha sufrido humillantes reveses en el campo de batalla en zonas que intenta anexionarse, ante una contraofensiva ucraniana en las últimas semanas.
Las fuerzas armadas de Rusia lanzaron 12 misiles sobre la ciudad.
En una reunión el domingo con el presidente del Comité Investigador Ruso, Putin dijo que “no hay duda de que fue un acto terrorista dirigido a la destrucción de infraestructura civil crítica”.
El puente Kerch es importante para Rusia en el plano estratégico como ruta de suministro militar para sus fuerzas en Ucrania, pero también en lo simbólico, como insignia de sus reclamaciones sobre Crimea. Nadie se ha atribuido el ataque que dañó el puente de 12 millas, el más largo de Europa.
Ante los ataques del lunes, el presidente de Ucrania, Volodymyr Zelenksyy, dijo en su cuenta de Telegram que Rusia “intenta destruirnos y borrarnos de la faz de la tierra”.
“Por favor, no salgan de los refugios (antibombas)”, escribió. “Aguantemos y seamos fuertes”.
Tras los ataques en Kiev se veían varios residentes en la calle con sangre en la ropa y las manos. Un joven con una chaqueta azul se sentaba en el suelo mientras un médico le vendaba la cabeza. Una mujer con vendajes en la cabeza tenía la blusa llena de sangre. Varios autos se veían dañados o completamente destruidos.
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