Pablo Costas, el marinero gallego retenido durante casi un año en Yemen acusado de pesca ilegal por Australia ha sido liberado, según confirman fuentes del Ministerio de Asuntos Exteriores español. Su puesta en libertad se ha producido después de “intensas gestiones diplomáticas en las que ha intervenido el propio ministro [José Manuel Albares]”, añaden las mismas fuentes.
El sindicato Central Unitaria de Traballadoras (CUT), en campaña para la liberación de Pablo Costas, ha asegurado este domingo a través de un comunicado que, “a las 10.45 de la mañana Pablo, un compañero peruano y un grupo de 17 compañeros indonesios” abandonaron el barco y “fueron trasladados a varios hoteles de Al Mukalla”. A pesar de que tuvieron problemas para comunicarse con el marinero gallego, su hermano Víctor Costas y el sindicato han detallado durante la tarde de este domingo que le han devuelto el pasaporte, aunque por el momento no tiene fecha concreta para el regreso a Galicia, informa Europa Press.
Manuel Camaño, portavoz de la CUT, ha explicado que ahora están pendientes de tramitar los billetes de avión y que la “previsión inicial” es que se le pueda facilitar un “convoy de seguridad” para desplazarse desde el puerto de Al Mukalah hasta el aeropuerto, a unos 270 kilómetros. Una vez allí, volaría a El Cairo (Egipto) y luego a Madrid.
El patrón se encontraba detenido junto con los 31 hombres de su barco en el puerto yemení de Al Mukallah tras una acusación de pesca ilegal impulsada por Australia y ejecutada por Yemen. La tripulación y el navío quedaron retenidos en ese Estado árabe, en guerra civil desde 2014, en septiembre de 2020. Al embrollo judicial en el país oceánico se suma el abandono de los marineros por el actual armador del navío, de nacionalidad somalí, y que adquirió la propiedad de la nave cuando esta estaba en alta mar. El barco pesquero que capitaneaba, llamado Cobija, fue clasificado como apátrida y figuraba en la lista negra de la Organización de los Caladeros del Atlántico Sureste (SEAFO, en inglés).
Tras varios meses de proceso, la condena de tres meses de prisión que se le impuso a Costas quedó suspendida, y el marinero gallego pidió la repatriación el pasado 12 de mayo ante los consulados de España en Riad (Arabia Saudí) y Mascate (Omán). Sin embargo, los documentos del juzgado yemení que confirmaran esa suspensión nunca llegaron y no fue hasta varias semanas después que el marinero gallego supo que el fiscal había recurrido la resolución. En una conversación con EL PAÍS a través de audios de WhatsApp, el capitán aseguraba que los tripulantes no tienen ningún cargo judicial, pero más de diez meses después de llegar a Yemen las autoridades no habían permitido que ninguno de los pescadores saliera del puerto.
El sindicato CUT y su familia llevan semanas denunciando la situación de la tripulación, sin acceso a suministros y sin un proceso legal claro. Este miércoles alertaron de que Costas, de 54 años, llevaba seis días sin alimentos y “bebiendo agua hervida de una letrina, con azúcar y té” como único sustento. Además, advertían de que cuatro miembros de la tripulación se encontraban enfermos con “vómitos, desmayos y otros síntomas”. La esposa de Costas pidió la intervención del Defensor del Pueblo. Este sábado, en su localidad natal de Bueu (Pontevedra) se organizó una multitudinaria manifestación para reclamar su regreso.
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