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Extirpan parte de los intestinos a dos niños por un reto viral

Aunque las redes sociales ofrecen muchas cosas buenas para personas de todas las edades, también tienen una parte negativa si no se saben utilizar de forma adecuada. En los últimos años hemos conocido multitud de desafíos que en algunos casos, por desgracia, han acabado con la vida de niños y adolescentes. Esta semana medios del Reino Unido han alertado de un nuevo reto viral que ha obligado a extirpar parte de los intestinos a dos niños de 11 y 13 años después de que ambos ingirieran unos pequeños imanes.

Para entender qué es exactamente lo que ha sucedido, lo primero es saber en qué consiste el reto que se ha hecho viral en redes sociales. Está dirigido a niños y adolescentes, y de lo que se trata es de hacer creer a los padres que se han hecho un piercing y, por supuesto, grabar su reacción.

Lo que hacen es ponerse un piercing falso para hacerles creer que se han perforado de verdad. Y para ello utilizan unos pendientes magnéticos, que llevan una pequeña bola por fuera, y otra imantada que se coloca dentro de la boca para sujetar la primera.

Los expertos alertan del gran peligro de este reto viral ya que es muy fácil ingerir los pequeños imanes por accidente y, tal y como les ha sucedido a estos niños, tener que realizar una intervención quirúrgica para extirpar parte de los intestinos.

El primer caso fue el de un niño de 11 años de Worcester, que tuvo que se intervenido de urgencia, y los cirujanos explicaron a medios locales que incluso los imanes se quedaron pegados al instrumental. El pequeño tenía una infección grave y daños internos en los intestinos.

La madre del niño,  Amy Clarke, publicó el siguiente mensaje en redes sociales para alertar del desafío que casi le cuesta la vida a su hijo: «Esto es una pesadilla. Esta locura de TikTok podría haberle matado si hubiéramos tardado más. Por favor, hablen con sus hijos y díganles lo peligrosas que son las perlas magnéticas, que son mortales si se ingieren».

Pocos días más tarde se registró el caso de un niño de 13 años de Liverpool, al que sus padres llevaron a urgencias después de que presentara fuertes dolores de estómago y vomitara residuos de color negro. En el centro hospitalario los médicos hallaron que tenía incrustadas en el intestino 15 pequeñas bolas magnéticas. Tuvieron que operarle inmediatamente y extirparle parte del intestino.


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