Adiós al reconocimiento facial en la red social más grande del mundo. Facebook ha anunciado este martes que dejará de usar este sistema en su plataforma, que ayudaba a etiquetar a los usuarios automáticamente en fotos, videos y memorias, pero seguirá siendo utilizado en otras funciones. La empresa también ha dicho en un comunicado que borrará los registros biométricos de 1.000 millones de usuarios. El anuncio fue hecho por Meta, la matriz de la red de Mark Zuckerberg, cuyo nuevo nombre fue comunicado recientemente en medios de una crisis de reputación tras semanas de filtraciones y revelaciones sobre la forma de operación de la compañía.
“Esto representa uno de los mayores cambios en el uso de la tecnología de reconocimiento facial en la historia. Más de un tercio de los usuarios diarios han optado por esta herramienta y son reconocidos. Su eliminación resultará en el borrado de plantillas faciales de más de mil millones de personas”, señaló la empresa en un comunicado. La decisión requirió una “cuidadosa consideración” y fue tomada como parte de una política que afecta a toda la empresa. La red social tiene 2.800 millones de usuarios y procederá a la eliminación de la información de quienes tenían activada esta función. No habrá ningún cambio para quienes no la tenían habilitada.
A pesar de su decisión, Meta deja claro en el comunicado que cree en los beneficios de la “poderosa herramienta”. “Hemos visto muchos lugares donde el reconocimiento facial es altamente valorado por personas en la plataforma”, informa la empresa, poniendo como ejemplo a los ciegos, que pueden acceder a descripciones en el 4% de las imágenes y fotografías donde aparecen etiquetadas sus amistades. Facebook seguirá utilizando el reconocimiento facial para algunos casos, entre ellos acceder a cuentas bloqueadas o verificar la identidad de los usuarios en aplicaciones financieras.
La compañía, no obstante, ha admitido las “crecientes preocupaciones” que existen sobre el uso de esta tecnología. Esta ha sido una de las alertas lanzadas desde hace años por activistas y defensores de la privacidad en Internet. “Hay mucha inquietud sobre el lugar que ocupar la tecnología de reconocimiento en la sociedad, y los reguladores aún se encuentran en proceso de determinar un conjunto de leyes que rija su uso”, afirma el texto.
Amazon, Microsoft e IBM ya habían tomado decisiones similares recientemente. La empresa de Jeff Bezos declaró una moratoria de un año en la venta a las fuerzas de policía de su tecnología de reconocimiento facial. Esta fue adoptada en un momento de malestar social y con diversas protestas de Black Lives Matter registrándose en todo el país en contra de la brutalidad policial, iniciadas a raíz del asesinato de George Floyd en Minnesota. En mayo de 2021, la compañía extendió esta decisión sin fecha límite.
Los defensores de derechos humanos han vinculado esta herramienta a algunas detenciones injustas, además de la pérdida de privacidad. Esto ha llevado a algunas ciudades a prohibir el uso del reconocimiento facial para buscar sospechosos. San Francisco fue la primera urbe que suspendió su utilización en 2019.
La decisión de Meta llega antecedida de semanas de revelaciones a los secretos de la operación del gigante creado por Zuckerberg. Frances Haugen, una exempleada de la red social, se convirtió en la garganta profunda que transparentó la forma en que la empresa manipula a los adolescentes en su plataforma de fotografía, Instagram, y cómo los moderadores toleraban contenidos violentos en todo el mundo para extraer más interacciones en Facebook. El escándalo comenzó en septiembre con una serie de revelaciones de documentos internos por The Wall Street Journal, continuó con una entrevista en un programa de máxima audiencia y siguió con un escandaloso testimonio ante una comisión del Senado de Estados Unidos y el Parlamento británico.
Esta serie de revelaciones empañaron el anuncio de presentación del metaverso, una apuesta de la empresa por un mundo virtual al que se accederá con unas gafas especiales y donde avatares de los usuarios podrán compartir con amistades, hacer compras y escenificar charlas que se tienen en algunos servicios de la empresa, como WhatsApp.
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