“La niña va confiada, como si la conociera de mucho tiempo”, refiere María Elena Solís Gutiérrez, presidenta de la AMNRD AC.
Por Gustavo Sánchez B.
El pasado viernes, la fotografía de Fátima Cecilia, una niña de 7 años y pelo castaño claro de hongo, comenzó a circular en redes sociales. La Asociación Mexicana de Niños Robados y Desaparecidos la reportaba como extraviada.
Una cámara grabó a Fátima saliendo junto con una mujer -que no es su madre y cuya identidad se desconoce hasta ahora- de la escuela Enrique Rébsamen, a las 18:31 horas del martes 11 de febrero, cuatro días antes de que la menor apareciera asesinada, con huellas de tortura, en una bolsa en Tláhuac.
Su papá, Luis, y su hermana mayor reportaron la desaparición desde la noche de aquel martes 11. La Asociación Mexicana de Niños Robados y Desaparecidos AC (AMNRD AC) canalizó el caso a la Alerta Ámber para que se diera la mayor difusión posible y se emitió la siguiente ficha:
Primera circular emitida por la Alerta Ámber
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Fue tan precipitada esa ficha, con base en una denuncia de los familiares, que la mamá señaló que la menor se fue “en compañía de una persona del sexo masculino”.
Ya al revisar las cámaras de seguridad, pudieron ver que se trataba de una mujer, de la que hasta ahora no se sabe nada.
Así lo confirma María Elena Solís Gutiérrez, presidenta de la AMNRD AC, en entrevista para Aristegui Noticias, quien apunta que Fátima iba platicando con la mujer, se subió a un Tsuru y prácticamente se les pierde a las cámaras de seguridad de la Ciudad de México. Aquí un fragmento de la entrevista que se publicará más tarde en este sitio:
Circular elaborada el pasado viernes 14 de enero por la AMNRD AC.