Los primeros discursos de Alberto Núñez Feijóo como líder popular —el del viernes todavía como candidato y el de este sábado ya como líder del partido― tenían dos objetivos fundamentales. El primero, hacer creer a las tropas populares que la victoria está cerca como método de pegamento interno tras la crisis que ha derivado en la precipitada salida de Pablo Casado, primer presidente elegido en unas primarias. El segundo, marcar distancias con Vox e inaugurar un nuevo método de oposición, con un tono más moderado y abierto a acuerdos con el Gobierno.
Estas son sus principales propuestas.
“Se ha realizado un congreso ejemplar. Hemos tenido que inscribirnos para poder votar y después votar. ¿Pero para qué vamos a votar si solo se presenta uno? ¿Es que acaso en un partido democrático no se vota? ¿Se puede elegir a un presidente sin votar? En nuestro partido, no”
Legitimidad
En el PP se instaló la idea de que Alberto Núñez Feijóo no se presentó para suceder a Mariano rajoy en 2018 porque quería ser elegido por aclamación, sin rivales, y no lo vio claro. En el congreso de este fin de semana en Sevilla para elegir al nuevo líder del partido, él era el único candidato, pero eso, insistió, no restaba legitimidad a la votación.
“Yo no estaría aquí sin vosotros y no podré seguir adelante sin vosotros. No es una frase, es un compromiso. Este es un momento festivo, un revulsivo. No os oculto que estoy contento, ilusionado, porque veo que estáis contentos e ilusionados. Pero os mentiría si no os digo que siento una gran responsabilidad. Es mi deber manifestarlo porque si alguien cree que ser presidente de este partido es simplemente un honor se equivoca. No es un honor, es una obligación. No es una tarea, es un deber. No es un cargo, es una carga”.
“Hay un sentimiento que late cada vez con más fuerza. Lo he visto recorriendo España en las últimas semanas. Hay hambre de cambio y os pido que cuando regreséis a vuestras casas le digáis a vuestros vecinos que ese cambio ya se ha iniciado. España nos está esperando. Siempre nos invita a gobernar en los momentos de dificultad. España merece más que un Gobierno dividido y nosotros hemos demostrado que estamos unidos”.
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“No se trata de esperar el turno para gobernar. No vamos a esperar a que caiga el Gobierno. Se trata de mostrar a los españoles que hay otra manera de gobernar. No estamos aquí para asistir como meros espectadores de la autodestrucción de los partidos del Gobierno. Salimos a ganar, no a esperar a que los partidos del Gobierno pierdan. Los votantes del PSOE de siempre saben que este no es el mejor Gobierno para este momento. España es mucho mejor que el Gobierno que tiene”.
“Quiero un partido que debate, se corrige y decide con lealtad. Quiero un partido unido. Es la única condición innegociable. (…) no he venido a pedir el seguidismo ciego de nadie, pero sí reclamo adhesiones a un proyecto que vale la pena. He venido para ganar y para gobernar. Si no, no hubiera venido”.
“(…) Yo no tengo un sueño, tengo una convicción. El PP ha sido concebido para ser grande, ni un partido pequeño, ni un partido más, ni un partido bisagra. Reivindico el PP de las mayorías absolutas de José María Aznar y Mariano Rajoy. Ese es nuestro PP. Ese es nuestro compromiso y nuestra determinación”.
Unidad
El propósito de Feijóo en el congreso de Sevilla, como el de su gira previa por toda España, era arengar a las tropas populares tras la crisis que provocó la dimisión del secretario general, Teodoro García Egea, y la renuncia de Pablo Casado a liderar el partido. El presidente gallego planteó la cita como un revulsivo y subrayó en varias ocasiones que veía al partido ilusionado y unido tras la tormenta interna. El PP ha cambiado a Casado por Feijóo, como recordaban este fin de semana los compromisarios, sobre todo, porque cree que con él tiene más posibilidades de ganar las elecciones. Feijóo acumula cuatro mayorías absolutas consecutivas en Galicia.
“No creo en adanes ni en caudillos ni en salvadores. Creo en el trabajo común, en la fuerza colectiva y en la unidad de nuestro partido. Que divididos y endiosados ya están otros partidos”.
“He usado una de las lenguas cooficiales de España en este congreso nacional porque las lenguas no se combaten, se respetan. Los idiomas no están para enfrentar, sino para unir. Es lo que nos diferencia de otros partidos y por eso somos el partido del bilingüismo cordial, de la lengua común, que es el español, y el partido de las lenguas de España. Nosotros las utilizamos para unir y no para dividir”.
“No me gustan las etiquetas. Y además, creo que nadie más que los ciudadanos tiene autoridad para ponerlas. Guárdense sus carnés de demócratas, de gentes del común, de españoles y de patriotas. Guárdense las soflamas y empecemos de una vez a trabajar como adultos en la política española. Dejemos de repartir carnés, de ser más patriotas que nadie. Aquí cabemos todos. Este es nuestro partido. El de todos.
Marcar distancias con Vox
No fueron citados expresamente durante todo el congreso, pero la sombra de Vox planeaba sobre el cónclave de Sevilla. Tras permitir el pacto en Castilla y León por el que la extrema derecha entra por primera vez en un gobierno, Feijóo trató de desvincularse del discurso y las banderas de Abascal. Lo hizo marcando las diferencias con el respeto a las lenguas co-oficiales (Vox acusa al presidente gallego de ser un “nacionalista”), al Estado autonómico y el europeísmo del PP.
“Debemos aceptar las críticas, corregir los errores que como partido o en nombre de nuestro partido se hayan cometido”.
“Todos los peregrinos saben que en el camino de Santiago hay muchas etapas y tramos muy duros. Me gustaría reconocer el esfuerzo del presidente Casado por sujetar la bandera del PP en los tramos del camino de cuesta arriba y enorme dificultad. Mantuvo la bandera del PP hasta que la entrega hoy con un enorme esfuerzo de generosidad”.
“Tenemos que sacar a la política española del enfrentamiento y de la hipérbole permanente. Mi proyecto es un proyecto de entendimiento. De entendimiento interno, porque, si no te apoyan en casa, mal puedes acreditar el entendimiento fuera. Y de entendimiento ente todos los españoles por encima de todo. Esa es mi forma de entender la política y la forma en que creo que se tiene que practicar la política”.
“Yo no vengo a insultar al presidente del Gobierno. Vengo, con todos vosotros, a ganarle”.
“Moderación no es tibieza. Diálogo no es sometimiento”.
“España no está condenada a que tengamos que buscar siempre el enfrentamiento por cualquier cosa. ¿Por qué nos vamos a enfrentar por la igualdad? ¿Por el rechazo al terrorismo? Basta ya de polémicas forzadas, basta de enfrentarnos, de crear problemas, que ya hay muchos. Cerremos los debates estériles y enfrentemos los problemas reales”.
“No he venido a hacer ni la política impostada ni la política frívola e infantil que ahora padecemos. Creo en la política madura, la única política”.
“Yo no he venido ni a crispar ni a insultar. Creo en la moderación y en la serenidad porque sé que eso no está reñido ni con la firmeza ni con los valores”.
Y diferencias también con Casado
Feijóo anunció este sábado, tras ser proclamado presidente del PP, un nuevo método de oposición para llegar al Gobierno. Sin citar a Casado, criticó las hipérboles de la guerra partidista y el enfrentamiento permanente con el rival. El nuevo líder se abrió a apoyar al Gobierno en cuestiones de Estado y para mejorar la vida de los ciudadanos en un momento de incertidumbre por la guerra en Ucrania y la subida de la inflación.
“Hemos gobernado. Yo no he dejado de hacerlo. Somos un partido de Gobierno”
“No soy un recién llegado. Tengo una trayectoria. No estoy en política para seguir la corriente, tengo criterio propio y no me gusta hacer lo que toque porque toque”.
“Esto no es lo mejor para mi familia, ni lo más cómodo para mí. Tengo un vínculo en Galicia indestructible. Os puedo asegurar que esto no estaba en mis planes. (…) no tengo ninguna ambición personal más que servir a mi país y a mi partido”.
Creo en la política inclusiva. No he venido a prescindir ni de los mayores, ni de los jóvenes, ni de las personas que han tenido responsabilidades antes que nosotros. Se puede contar con todos y sobre todo se debe contar con los mejores. También con aquellos que hoy no están en el partido, que han abandonado la política, pero están dispuestos a trabajar por España”.
Vuelven los gestores
Casado inauguró a su llegada a la presidencia del PP la “derecha sin complejos”. Primó la ideología sobre la gestión y sustituyó a exministros y ex secretarios de Estado por polémicos fichajes, tanto para su equipo como para las listas electorales. El PP celebra ahora el regreso de “los gestores” como Feijóo. Creen que la baza de la experiencia de gobierno será más útil para mejorar sus resultados y también para enfrentarse a Vox.
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