El presidente de la Xunta de Galicia, Alberto Núñez Feijóo, y el presidente de la Región de Murcia, Fernando López Miras, el pasado miércoles en la sede del PP.Alberto Ortega – Europa Press (Europa Press)
El PP ha tirado de hemeroteca para revisar el ideario del presidente de la Xunta de Galicia, Alberto Núñez Feijóo, antes de que se abra el proceso para nominar candidatos a la presidencia nacional del partido tras la estampida que acabó con el liderazgo de Pablo Casado. Hay materia de estudio, porque el dirigente gallego lleva en cargos institucionales o políticos de nivel desde 1996, cuando accedió a la dirección del Insalud. El propio Feijóo ha ido dejando señuelos de sus métodos, preferencias y comportamientos desde que hace 19 años se incorporó con un puesto político en la Xunta. Ahora lleva 13 años como presidente. Él mismo dice que le gusta ser “serio y previsible”. En su entorno explican que tampoco le agrada actuar “urgido” o bajo la presión de las prisas. Y aclaran que si opta por dar el salto a la presidencia nacional del PP no tiene por qué cambiar todo lo que hay, y menos al llegar.
Con ese contexto, en las cercanías de Feijóo precisan que lo lógico será que no haya ningún anuncio por su parte sobre su futuro y sus planes en la Junta Directiva Nacional del PP convocada para el martes que viene en un hotel de Madrid de un empresario gallego. Todo calculado. En ese foro se convocará formalmente el cónclave para el 2 y 3 de abril, probablemente en una ciudad andaluza, y quedarán ratificadas las normas del concurso: 100 avales para presentarse (en teoría algo muy fácil) y hasta 15 días para registrar las candidaturas. Nadie duda en el PP, por las experiencias pasadas, que Feijóo apurará los plazos y podría anunciar así sus intenciones en torno al 16 de marzo.
Hasta entonces, y así se consensuó entre Feijóo, los demás barones y Casado, la interlocución para los asuntos del día a día, del Congreso y de posibles contactos con el Gobierno u otros partidos los canalizará la portavoz en la Cámara baja y nueva coordinadora general, Cuca Gamarra. Ante el diseño y composición actual de ese grupo, plagado de casadistas situados en las listas por el defenestrado Teodoro García Egea, Feijóo no parece disponer de muchas opciones viables para relevar a Gamarra, al menos a corto plazo. La figura de Casado, ya de salida, la retrató él ante los barones como el de “la reina madre”, más institucional y representativa que ejecutiva.
“Los ajustes, por ahora, con mucho tiento”, sostienen en el entorno de Feijóo, porque su primer objetivo es “rearmar el PP con un liderazgo fuerte, potente y competitivo, no tanto ideológico como pragmático y transversal, para frenar a Vox”, aclaran esas fuentes. Y señalan que sobre los pactos o coaliciones electorales con el partido ultra que debe resolver ahora en Castilla y León el popular Alfonso Fernández Mañueco tras los comicios del 13-F, Feijóo ya marcó criterio hace tiempo. A Mañueco le dará libertad. Pero el presidente gallego ha llevado en su programa electoral siempre “un principio democrático muy fácil de entender para que gobierne la lista más votada”. Una propuesta que plasmó en Galicia para las elecciones locales, pero que él extendería a nivel nacional.
El PP, mientras tanto, soportará un periodo de tensión y especulaciones internas sobre la decisión de Feijóo y sus planes de futuro. Algunos, muy pocos, los ha comentado con otros presidentes autonómicos, como Juan Manuel Moreno, y su reducido equipo de máxima confianza en Galicia.
“Si al final se decide y se traslada a Madrid, no tiene por qué cambiar todo lo que hay de entrada”, contestan fuentes del PP gallego y nacional cuando se pregunta sobre si podría ejecutar remodelaciones rápidas en la estructura del partido y en los grupos parlamentarios, los de más exposición mediática y política. Para el propio montaje del congreso los barones ya pactaron tener cada uno un miembro de su territorio en el comité organizador.
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