Felipe de Edimburgo ha abandonado la mañana de este martes el hospital privado King Edward VII, en el centro de Londres, donde ha permanecido ingresado 28 días. El marido de la reina de Inglaterra, de 99 años, ha salido del centro médico y se ha dirigido de vuelta a palacio en un coche privado que le ha recogido a las puertas del hospital, donde se ha organizado una comitiva de seguridad y unos paneles que trataban de preservar la privacidad del momento, mientras accedía al vehículo.
El príncipe Felipe fue hospitalizado el pasado 16 de febrero después de que se sintiera mal por una infección no especificada, pero no relacionada con la covid-19 puesto que tanto él como la reina fueron vacunados a principios de año. Dos semanas más tarde de su ingreso, el marido de Isabel II fue trasladado al centro médico de St. Bartholomew, también en la capital británica, donde permaneció varios días para ser intervenido con éxito de una dolencia cardiaca preexistente.
El príncipe Felipe ha disfrutado durante casi toda su vida de una salud excelente y todavía mantiene un estilo de vida activo, pese a su edad. Pero en los últimos años ha luchado contra algunas dolencias. En diciembre de 2011 estuvo cuatro días en el hospital después de sufrir dolores en el pecho por lo que fue sometido a una cirugía en una arteria coronaria bloqueada. En junio de 2012 permaneció seis días ingresado por una infección urinaria. En junio de 2013 se sometió a una cirugía abdominal por una afección no revelada que le llevó a estar hospitalizado 11 días. En junio de 2017 volvió a un centro médico como medida de precaución por una infección derivada de una afección preexistente. En abril de 2018 fue operado de una cadera. Y en diciembre de 2019 recibió tratamiento también en el Hospital King Edward de Londres de nuevo por una “afección preexistente” no especificada.
Nacido en Grecia en 1921 (aunque vivió en el exilio desde su juventud), el duque cumplirá 100 el próximo 10 de junio, una fecha para la que la casa real británica ya está preparando una celebración especial, pese a que él decidió retirarse de la vida pública tras décadas de servicio en agosto de 2017.
Desde su ingreso, el duque solo ha recibido la visita de su hijo y heredero, el príncipe Carlos de Inglaterra. La reina, de 94 años, ha permanecido en Windsor, donde el matrimonio real se ha resguardado durante la pandemia de coronavirus, y ha continuado desempeñando sus funciones oficiales por videoconferencia. El hijo menor de Isabel y Felipe, el príncipe Eduardo, habló hace unas semanas sobre el estado de salud de su padre y contó que estaba “mucho mejor y con muchas ganas de salir, que es lo más positivo”. “Crucemos los dedos”, decía el conde de Wessex. Camilla de Cornualles, la esposa del príncipe Carlos, también señaló hace unos días que estaba “mejorando ligeramente”.
La permanencia del príncipe Felipe en el hospital coincide con una de las mayores crisis de la familia real después de la demoledora entrevista que Enrique de Inglaterra y su esposa, Meghan Markle, concedieron a Oprah Winfrey para hablar sobre los problemas y el trato discriminatorio que vivieron durante su etapa como miembros de la realeza.
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